De tanta lluvia sale el arcoíris. El día llegó en que yo me prometí decirle a mi madre que era gay. Cuando le conté se puso a llorar.
Por JAIRO JIMÉNEZ
EL NUEVO SOL
De niño, siempre me gustaba jugar con carritos y monitos de súper héroes. Pero también cuando llegaban mis primas con sus muñecas también me gustaba jugar con ellas. Mis tíos siempre me decían que no jugara con los juguetes de las niñas. Mi padre nunca me dijo con quién juntarme o con qué juguete jugar. Mi madre si se enojaba y me decía que jugara con mis primos.
La conexión que yo y mi padre teníamos siempre fue cercana. Mi padre siempre me defendía cuando mi madre me regañaba porque no me portaba bien. Pero, a través del tiempo la conexión con mi padre disminuyó.
No sé dónde fue cuando yo comencé a distanciarme. Pienso que fue cuando yo comencé a sentirme diferente hacía mí mismo. Mi papá siempre ha sido serio y nunca se metía con nadie. Desde que estuve en tercero de primaria comprendí que era diferente que los otros niños. Entendí que no me gustaban las niñas, pero me gustaba jugar con ellas en el recreo.
Durante mis años en la secundaria, siempre me junte con amigas. Yo ya aceptaba que era gay, pero hubo momentos en los cuales me hacían bullyingy es cuando le preguntaba a Dios: ¿Por qué yo era así? Pasé momentos llorando, deseando que fuera diferente y que fuera como los otros niños. Duré casi toda mi secundaria y los principios de mi preparatoria con la pregunta que los muchachos me hacían: ¿Que si yo era gay? Pero como en broma para hacerme sentir mal.
A pesar de todo lo que viví, yo ya estaba cansado de esconderme detrás de puertas y fue cuando decidí prometerme a mí mismo que le iba decir a mi mamá la verdad. Y fue así cuando yo le dije a mi madre el día de mi cumpleaños. Cumplía yo 16 años en agosto del 2016, y recuerdo muy bien lo que sucedió.
Mi madre caminaba de su cuarto hacia mí para felicitarme sin saber lo que venía. Le comenté a mi madre que le tenía que decir algo. Ella me preguntó qué era. Yo no me animaba en decirle pero ella me seguía preguntando qué era. Fue hasta la cuarta, quinta vez que le dije la verdad. Al decirle no sabía que esperarme.
Ella, con lágrimas en su rostro, me dijo que pensaba lo peor, pensó que alguien había abusado de mí. Agrego diciéndome que no le importaba lo que yo fuera que de todos modos soy su hijo y que me amaba. Fue así cuando yo me sentí liberado y meses después lo publiqué en Instagram que era gay. Toda la escuela se dio cuenta y al regresar a clases se terminó todo el bullying que me hacían.
Es bueno abrir tu corazón hacia esos individuos que más aprecias. Te sentirás liberado porque al fin del día las personas que más aprecias son los únicos que te pueden juzgar. Si algún día te sientes devastado y si no tienes alguien con quien platicar hay muchos recursos en línea y son totalmente gratuitos.
Recursos para los chicos en español:
https://espanol.stopbullying.gov/bullying/lgbtq
https://www.somosfamiliabay.org
http://www.imatyfa.org/index.html
https://www.genderspectrum.org
Escucha mi historia en este episodio de Radio Nepantla: Jairo Jiménez encuentra aceptación familiar y una carrera sin obstáculos:
Tags: Gay Jairo Jiménez latino LGBTQ