“En 2013, casi 19 por ciento de las latinas entre los 25 y 29 años habían completado una carrera universitaria, comparadas con 23 por ciento de las afroamericanas, 44 por ciento de las blancas y 64 por ciento de las asiáticoamericanas”.
Por ITAYETZI ÁNGELES
EL NUEVO SOL
“¿Como que ya te está dejando el tren, no?”, esa es la típica frase de cada conversación en las fiestas de mi familia. No falta ninguna fiesta en donde no me pregunten por qué todavía no traigo a alguien a la casa. Es tan frecuente la pregunta que empiezo a preguntarme por qué todavía sigo sola.
De niña, nunca imaginé que mi estado civil fuera algo tan importante para mi familia. Yo pensaba que el llegar a los 22 años, soltera, sin hijos y con una educación universitaria, valdría mucho más que el casarme.
Anteriormente, la pregunta no me molestaba, al contrario, me hacía sentir feliz el saber que estaba en el camino correcto para poder realizar mis sueños. Pero esto cambio hace un año cuando mi tío muy seriamente se acercó hacia mí y me dijó: “¿Como que ya te está dejando el tren, no? ¿Este año cumples 22 años y nunca nos has presentado a un novio tuyo, quizá te gustan las mujeres?” Yo le consté y le dije: “Discúlpeme, pero no sabía que el tener un novio era más importante que el tener una educación universitaria, yo respeto mucho a mis padres y nunca traería a cualquier hombre nada más para aclarar que no me gustan las mujeres”. Nunca en mi vida imaginé que mi sexualidad y edad fueran cuestionadas como ese día. En realidad, yo creo que estaba haciendo lo correcto al no traer a cualquier persona y enfocarme en mi carrera.
Desde, ese día comencé a cuestionar mi valor como mujer. Ya no me sentía exitosa. Al contrario, todos esos pensamientos del pasado regresaron. Empecé otra vez a sentirme fea, gorda, tonta y desagradable. Cada vez que me miraba al espejo me enfocaba en mis imperfecciones hasta el punto de que dejé de salir con mis amigas porque no me sentía cómoda de mí misma. Comencé a cuestionarme, si la razón por la cual no tenía novio era porque no era lo suficientemente bonita para que alguien me tomara en serió. Cada vez que un muchacho me hablaba yo creía que era solo para burlarse de mí y no para tener algo serio.
No fue sino hasta que por fin le comenté a mis padres sobre la conversación con mi tío que ellos me ayudaron a entender que para ellos era más importante regresar a casa con un diploma que con un novio. Mi madre me dijo: “El tren todavía no se te ha ido eres muy joven, inteligente y bonita para que te preocupes de esas cosas, la belleza se va, pero tu inteligencia se queda, tú por lo menos vas a tener una carera que nunca nadie te va a quitar y vas a poder darle a tus hijos todo lo que uno nunca pudo.”
Desde esa conversación con mi madre, comprendí que no todo en la vida era ser bonita y querida por un hombre, que lo mas importante era ser educada y exitosa. Y mi enorgullece saber que seré parte de el crecimiento de latinas educadas con una licenciatura. Ya que como registra la doctora Patricia Gándara en el articulo: “Fulfilling Americas Future: Latinas in the U.S.”, las latinas se encuentra en el porcentaje más bajo de avance académico comparado a otros grupos étnicos. La investigación encontró que: “En 2013, casi 19 por ciento de las latinas entre los 25 y 29 años habían completado una carrera universitaria, comparadas con 23 por ciento de las afroamericanas, 44 por ciento de las blancas y 64 por ciento de las asiáticoamericanas”.
El artículo comenta que es un avancé ya que hace una década ni el 2% de las mujeres latinas completaban su licenciatura. El saber que seré una de las pocas latinas con una licenciatura y que ayudaré a otras latinas graduarse de la universidad me ayuda a olvidar la presión de ya encontrar a alguien para traer a casa.
Recursos Para Becas:
https://www.lnesc.org/nbcuniversal-scholarship
https://chicanalatinafoundation.communityforce.com/Login.aspx
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