Crecí escuchando las conversaciones familiares de esclerosis múltiple; el hormigueo y el adormecimiento en el cuerpo y los dolores impredecibles. Nunca pensé que esto podría ser algo que le sucediera a alguien tan cercano a mí.
Por XÓCHITL HERNÁNDEZ
EL NUEVO SOL
Recuerdo los pies de mi mamá arrastrando (algo que el doctor llamó “pie caído”), sus piernas hormigueando, y los doctores encontrando una lesión en su cerebro. Mi madre proviene de un linaje familiar de problemas de salud, uno de los cuales fue su hermano a quien se le diagnosticó una forma agresiva de esclerosis múltiple cuando tenía 17 años. La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune crónica que implica un daño genético en la vaina de mielina de las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Los síntomas pueden incluir hormigueo o entumecimiento en el cuerpo, visión borrosa, fatiga crónica, dolores severos, migrañas, temblores u otros. Pero lo que hace que esta enfermedad sea increíblemente difícil es que los síntomas y los diferentes niveles de esclerosis múltiple pueden ser diferentes para todos. Esta es la razón por la cual puede ser muy difícil de diagnosticar y tratarla.
Crecí escuchando las conversaciones familiares de esclerosis múltiple; el hormigueo y el adormecimiento en el cuerpo y los dolores impredecibles. Nunca pensé que esto podría ser algo que le sucediera a alguien tan cercano a mí. Pero esto se convirtió en una realidad durante mi segundo año en la universidad, mientras estaba parada afuera de mi clase en el teléfono con mi padre, quien me dijo que el doctor le diagnosticó esclerosis múltiple a mi mejor amiga, mi mamá.
Esto sucedió al mismo tiempo en que a mi tía le diagnosticaron cáncer, el esposo de mi abuela murió de cáncer y mi bisabuela también murió ese mismo año. De toda la familia que tenía problemas de salud y visitas frecuentes al hospital, uno de ellos era ahora mi madre.
Fuimos afortunados de que el neurólogo dijera que la esclerosis múltiple de mi madre era un caso leve. Adaptándonos a la esclerosis múltiple de mi madre ha sido un viaje de dolor, peleas, alegría y sanación. Cada tercer día, a mi madre se le tienen que administrar inyecciones en su estómago como parte de su medicación. A veces la medicación y sus síntomas la vuelve increíblemente emocional y es muy difícil para ella y mí familia. Lidiar con todo esto y ser una estudiante en la escuela todas las días que también trabajaba fue obviamente muy difícil y se sumó a mi ansiedad.
A veces estaba enojada con mi madre por su diagnóstico, aunque no fue su culpa ni estaba bajo su control. Pero aprendí a perdonar las circunstancias inesperadas de la vida, la enfermedad y los grandes dolores, porque el triunfo está a la vuelta de la esquina. Además, nosotros, los Hernández, somos fuertes y nos mantenemos unidos como nos lo enseñaron nuestros ancestros. Cuando las enfermedades, la muerte y los hospitales intentaron destruirnos, aprendimos cómo combatir nuestras batallas mientras disfrutábamos de nuestras bendiciones. Cuando quería controlar la situación, encontré la paz perfecta cuando perdí el control, sabiendo que el único que tiene el control es Dios cuya bondad y misericordia es capaz de todas las cosas.
Sé que no soy la única persona que tiene enfermedades en mi familia. Especialmente para los estudiantes que también pueden tener familiares enfermos o una enfermedad ellos mismos, es importante recibir ayuda en estas circunstancias que pueden afectar la salud emocional de una persona. Me beneficié enormemente de ir a terapia para mi curación emocional, y también para mi madre. Además, los latinos y los afroamericanos tienen menos probabilidades de buscar tratamiento cuando tienen síntomas de la esclerosis múltiple u otras enfermedades, especialmente en el caso de la salud mental.
Deseo concientizar sobre esta enfermedad que afecta queridas personas cercanas a mi y más que 1 milliones en los Estados Unidos y 2.3 millones en todo el mundo. Para más información sobre esclerosis múltiple visita el sitio de la National Multiple Scelorsis Society. Aquí en la Universidad del Estado de California en Northridge, hay grupos de apoyo y servicios de terapia gratis.
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