“Era una amargada, despertarme todos los días era horroroso para mí porque yo realmente odiaba ir a clase, no soportaba ni a mis profesores, ni a mis compañeros de trabajo”.
Por CORAIMA HURTADO
EL NUEVO SOL
“Lo que realmente vale la pena nunca será fácil, así que no tiren la toalla”, palabras que mi papá siempre nos decía y aun nos dice a mis hermanos y a mí cuando ve que nos queremos rendir. Mi papá es una persona muy optimista en todos los sentidos, y nos recuerda a mis hermanos y a mí que en los caminos de la vida siempre habrá obstáculos, pero que al final todo vale la pena. Que si todo fuera fácil, no sentiríamos la misma satisfacción de nuestros logros.
Hubo muchas circunstancias en las cuales yo quise tirar la tolla, hubo una etapa en cual yo no me sentía a gusto con mi vida; en otras palabras, me levantaba sin ganas, sin ganas de hacer nada. No estaba satisfecha con la carrera que estaba estudiando ni con mi trabajo, y eso me estaba afectando en mis relaciones de familia, amistad, y hasta en mi relación romántica que tenía en ese entonces.
Era una amargada, despertarme todos los días era horroroso para mí porque yo realmente odiaba ir a clase, no soportaba ni a mis profesores, ni a mis compañeros de trabajo. Pero recuerdo muy bien el día que mi actitud cambió por completo, y fue porque mi papá me dijo: “No se rinda, hija, que usted viene de madera dura, persiga sus sueños, que lo que realmente vale la pena nunca será fácil”.
Fue tres semanas después de que me transferí a la Universidad de Bakersfield para poder obtener una licenciatura para maestra de primaria, y en vez de sentirme contenta por mis logros, me sentía como que lo que yo estaba haciendo no era nada grande y sin chiste. Y eso era porque todo se me hacía fácil en la carrera que escogí para estudiar. Y aunque muchos quisieran que todo les fuera fácil, en la universidad todo me aburría. Estaba estudiando una carrera que no me gustaba simplemente porque no me quería salir de mi zona de confort, tenía miedo de perseguir mis sueños y de lo que yo realmente quería estudiar.
Durante esa semana, llegué de trabajar y mi papá me peguntó: “¿Por qué esa jeta, hija, ¿qué tiene o qué la molesta?” Y en cuanto me peguntó, me solté a llorar de la frustración que cargaba en mí.
Le dije a mi papá: “Apá, ya no quiero estudiar ya voy a dejar mis estudios; no me gusta lo que estoy estudiando, ya me cansé, por favor no se enoje”. Y mi papá solo respondió “¿Por qué?” Y fue ahí donde decidí decirle la verdad. Y la verdad era que yo quería una carrera en periodismo o en conminaciones, pero que ya se me hacía muy tarde para ir tras ese sueño y que tenía miedo. Después de contarle lo que yo realmente quería en la vida, me dijo: “Pos que espera jetona, no se rinda m’ija, que usted viene de madera dura, vaya atrás de sus sueños…… que lo que realmente vale la pena nunca será fácilm así que no tire la tolla”.
Cuando sentí que no había defraudado a mi papá y que él me apoyaba en lo que realmente quería hacer con mi vida, decidí a ir tras ese sueño de ser periodista. Y desde que empecé mi estudio aquí en la universidad de Northridge, he estado contenta. Nada ha sido fácil desde el día que empecé, pero estoy estudiando algo que realmente me llena el corazón.
Por mucho tiempo pensé que era la única que pasaba por esta situación, pero no es así. En realidad hay muchas personas que se encuentran en la misma situación. Uno de cada tres estudiantes de primer año cambian de carrera, inclusive hay individuos que cambian más de una vez. Así que sé que no estoy sola.
Si necesitas más información sobre el tema o quieres entérate sobre los recursos que hay para estudiantes que están considerando escoger otra carrera vista este sitio web del Departamento de Educación: http://studentaid.ed.gov/sa/prepare-for-college/careers
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