Este episodio de la serie Dreamers: Redefinir el Sueño Americano cuenta la historia de Silvia Rodríguez, una joven indocumentada y activista que después de terminar su carrera en la Universidad del Estado de Arizona, fue apoyada por sus mentores y la comunidad para hacer un posgrado en Harvard.

Por JOANNA GUZMÁN y LUIS NÚÑEZ
RADIO NEPANTLA

Joanna Guzmán: Bienvenidos a Radio Nepantla, un podcast de El Nuevo Sol, el sitio multimedia del programa de periodismo en español de la Universidad del Estado de California en Northridge.  Soy Joanna Guzmán.

Este podcast es parte de una colaboración de El Nuevo Sol, el Centro de Recursos DREAM del Centro Laboral de UCLA y el show de Omar y Argelia.

Luis Núñez: Y yo soy Luis Núñez. El nombre de nuestro podcast nació de la palabra Nepantla, que viene del idioma náhuatl y significa “estar en medio”. Los indígenas de México usaban esta palabra para hablar de estar entre una cultura dominante y su cultura de origen. El movimiento chicano hizo de este espacio uno de resistencia cultural que trasciende dos culturas y muchas fronteras.

Joanna Guzmán: Usaremos este concepto de “estar en medio” para hablar de millones de niños y jóvenes que han migrado a Estados Unidos en busca de un nuevo futuro. Muchos de estos jóvenes indocumentados se han graduado o siguen estudiando en las universidades del país y otros han sido deportados.

Luis Núñez: Hemos titulado esta serie: Dreamers: Redefinir el Sueño Americano. Este episodio cuenta la historia de Silvia Rodríguez Vega, una estudiante luchadora que emigró de Chihuahua, México a los Estados Unidos con su familia a la edad de tres años y desde entonces ha luchado por superarse. Joanna y yo les contaremos la historia.

Don Francisco en Don Francisco Presenta: Bueno, nuestra próxima invitada, no se si sale a votar, pero ella es un ejemplo de querer es poder. Es un ejemplo de superación, su padre alcohólico, ella indocumentada, carente de recursos, proviene de una familia de uno de los estados más difíciles para los hispanos en este momento, que es el estado de Arizona. Sin embargo, nada de eso la amilana. Querer es poder. Se gradúa, como digo. Es cientista político y ahora va a hacer un posgrado en la más prestigiosa, o una de las más prestigiosas universidades, para que nadie se enoje, La universidad de Harvard. Un aplauso para recibir a Silvia Rodríguez.

Luis Núñez: Al llegar a los Estados Unidos, Silvia y su familia encontraron un hogar en Phoenix, Arizona, donde ella también comenzó a estudiar en la Universidad Estatal de Arizona. Después de estar dos años en la universidad, la Proposición 300 fue aprobada, la cual revocó la beca de Silvia, le quitó el derecho de recibir asistencia financiera de la universidad, y tuvo que pagar cuatro veces la cantidad, ya que fue clasificada como estudiante fuera del estado. Aunque Silvia se encontró con muchos obstáculos, como tener un padre alcohólico y abusivo, ser indocumentada, y no tener dinero para pagar sus cuentas, ella continuó estudiando para obtener una maestría. Sin embargo, estos obstáculos no fueron suficiente para que Silvia terminara su camino, y la llevaron a recaudar 80 mil dólares para asistir a la Escuela de Graduados de Educación de Harvard, donde se estableció como la primera estudiante indocumentada.

Silvia Rodríguez: Supe que era indocumentada porque quería sacar una licencia de manejar y en Arizona a los dieciséis puedes sacar un permiso. Entonces mi papá estaba: “sí, vamos a sacar tu permiso”. Y yo bien emocionada, pero después supe que no podía sacar una licencia para manejar porque no tenía un seguro social. A los dieciséis todavía no estás pensando en tu futuro, en el colegio, ni nada de eso. Entonces me sentí triste pero porque sabía que no podía manejar, pero ni pensé en el resto de las consecuencias de que sería no tener papeles.

Joanna Guzmán:  Silvia fue parte de muchas protestas en Arizona. Protestas de los trabajadores, estudiantes , y de niños, las cuales marcaron su vida …pero fue su primer protesta la que ella recuerda más.

Silvia Rodríguez: Hay tantas luchas que hemos tenido en Arizona, que todas las protestas se quedan en mi mente. Me acuerdo mucho de una de las primeras protestas de las que fui, fue como en el 2005 ó 2006, cuando estaban peleando contra una tienda de muebles que se llama Pruitts. Ellos contrataban a sheriffs que no estaban trabajando o que estaban retirados, para cuidar su área porque cruzando la calle estaba un Home Depot. Entonces esa protesta fue cuando la gente empezó a salir apenas para marchar,  para protestar, cuando empezamos a ver el sheriff Arpaio, donde empezó a hacer todas sus enredadas. Ahí fue el momento donde empezamos a ver que venía en el futuro. Entonces siento que Arizona siempre ha estado como unos pasos más adelante que el resto del país en casos de inmigración, casos de antiinmigrantes. Pero si, esa fue la primera protesta que me acuerdo. 

Luis Núñez: Como toda persona indocumentada, Silvia siente temor al ver un carro de policia. Las protestas y la brutalidad de la policía en Arizona le han quitado la paz y tranquilidad a Silvia, y han causado un gran impacto en su vida.

Silvia Rodríguez: Aunque ya tengo documentos, cada vez que veo un carro de policia, en vez de sentirme como, o esta bien y nos van a cuidar, en mi mente, rápido se vienen todas las memorias de Arizona, de cuando era indocumentada que la policía representaba ICE, y ICE representa deportación, y deportación representa las familias separadas. Eso fue lo que pensaba y lo que sigo pensando, pero poniendo todo eso en el contexto de hoy, cuando pienso en la policía, pienso en police brutality, en todos los afroamericanos que han matado, o que siguen matando, entonces creo que la policía ha dejado de representar seguridad en las comunidades de color ya desde hace un par de años, pero ahorita en especial es cuando se ha estado viendo la hipocresía.

Joanna Guzmán:  A pesar de tener que enfrentar a la policía y el miedo que le causaba, tuvo que hacer todo mientras estaba sola. Silvia cuenta cómo sobrevivió durante esa época, mientras estudiaba en Arizona.

Silvia Rodríguez:  Cuando mi familia se fue de Arizona tenía diecinueve o veinte años, porque ya estaba en la universidad y lo que pasó es que mi mamá no tiene papeles. Entonces, vivíamos cerca de un centro de jornaleros y cada semana habían “minutemen,” inmigración, ICE, y la policía. Era un lugar bien antiinmigrante, entonces empezaron a buscar a mi mamá. Cuando eso paso, de una semana para la otra tuvieron que irse y se fueron a un lugar así como bien raro, Kansas, y en esa semana regalamos todo. No pudimos ni vender lo que teníamos y ya habíamos vivido en Arizona dieciocho o veinte años. Entonces, tuvimos que regalar todo, vendí mi carro y me fui y le dije a mi mama: “me voy a ir a vivir con mi amiga” o no no no, le dije: “tengo un lugar donde vivir, no se preocupen, váyanse.”

Se fueron y la verdad fue que yo no sabía donde iba a vivir. Pero eso fue cuando me fui a vivir en el dormitorio de mi amiga. Ahí me quede como un año, pero como no tenía permiso de estar ahí, tenía que estarme escondiendo, no tenía llave, unas veces no podía tener acceso a la llave, entonces tenía que dormirme en la biblioteca. No sé cómo explicarlo pero a veces sentía: “por qué estoy batallando tanto en querer terminar mi carrera en la universidad, cuando puedo trabajar en un café, o en cualquier lugar y tener dinero para pagar mi telefono, y poder hacer cosas asi”. Pero no sé por qué razon seguí estudiando. Creo que porque ya estaba tan cerca y ya había pasado tantas cosas, que  para rendirme al último minuto se me hizo como que no quise. Pero ahora si gracias a Dios lo pude terminar.

Pero a veces pienso, si supiera ahorita, o antes, todo lo que me iba a pasar, creo que no hubiera seguido, porque a veces pienso: “que exhausting”. Si hubiera sabido todo lo que tenía que hacer, no lo hubiera hecho. Estoy bien contenta de donde estoy ahorita y me siento muy afortunada de poder haber tenido la educación que tuve, las experiencias, aunque fueron tan difíciles de no tener a mi familia cerca, de no tener un lugar donde vivir, y de estar escondiendote de la ley. Aunque pasé por todas esas cosas, también puedo decir que estudié en unas de las mejores universidades, que he viajado a muchas partes del mundo, que estudio en una de las mejores universidades en los Estados Unidos, que voy a tener un doctorado; cosas que mucha gente no puede decir, desafortunadamente. Entonces no me arrepiento.

Luis Núñez: Siguen existiendo muchas familias separadas de sus hijos porque no tienen papeles. Aunque Silvia está contenta con todo lo que ha hecho, su felicidad no está completa porque no la puede compartir con su familia.

Silvia Rodríguez: Mi papá vive en Arizona y mi mamá vive en Texas. Los dos se sienten bien orgullosos de todo lo que he hecho. Están felices de lo que he logrado, pero a la misma vez, creo que todos en mi familia tenemos un poco de tristeza por todo lo que hemos pasado. A pesar de que ya todos estemos en diferentes lugares, o ya hemos pasado lo más difícil, todavía no estamos juntos. Entonces, siento que ahí puedes ver las consecuencias de las leyes anti-inmigrantes, de que aunque la gente tenga documentos o ya están mayores o no tengan problemas con las leyes, las familias todavía siguen separadas.

Entonces, están orgullosos de mí pero no pudieron ir a mi graduación de Harvard, a lo mejor no van a poder venir a mi graduación en UCLA. Entonces, ha sido un proceso muy solitario. A veces pienso que como mi familia se vino a los Estados Unidos porque mi papá tenía problemas con alcoholismo, pero no tenían que venirse… La historia más típica es de que necesitaban recursos para sobrevivir o necesitaban salir adelante, sacando más dinero, entonces la gente se viene a los Estados Unidos, para trabajar, pero mi papá estuvo en la universidad, mi mamá… toda la familia que tenemos en México están en una situación mucho mejor de la que estamos nosotros aquí. Entonces, no tenían necesidad financiera para venir pero se vinieron porque mi papa tenia problemas alla y querían seguir siendo una familia acá.

A veces pienso: “para qué se vinieron para acá, y tuve que se indocumentada”. Pudiera haber tenido una vida muy facila allá. Pero pensando en todo lo que he pasado, vendido, todo eso, me siento contenta de que se vinieron y de que tuve las experiencias que tuve porque siento como que lo que he hecho, o lo que… el trabajo que he hecho aquí fue un trabajo que siento tiene más impacto de cualquier cosa que yo hubiera podido hacer alla en Mexico. Los artículos que publique y las clases que yo de, o con los estudiantes con quien yo trabaje, puedo hacer un cambio mas grande que trabajando allá y teniendo una posición más comoda y todo eso, y como persona y como mujer, me ha dado mucha independencia, me ha dado el tiempo que necesito para viajar, para pensar…puedo decir que me pagan por pensar. Aunque a veces digo: “qué difícil, ya no quiero estar aquí, ya quiero terminar, o this sucks“, pero la realidad es que me pagan por leer y por escribir y por pensar. Es la coincidencia de que me gusta pensar en cómo podemos mejorar lo que nos está pasando. Pero creo que me ha ayudado a ser una persona mejor de la que pude haber sido en otro lugar.

Joanna Guzmán: Silvia ha estado separada de su familia por más de diez años, y aunque ha tenido que luchar contra el racismo, no tener un hogar estable, y estar lejos de sus seres queridos, ella logró recaudar más de 80 mil dólares para seguir sus estudios y estar donde esta el dia de hoy. ¿Quieren saber cómo? Escuchen.

Silvia Rodríguez: Cuando me admitieron a la Universidad de harvard me dijeron: “Okay, cuesta como 80 mil dólares pero no te preocupes, te vamos a dar una beca de 10 mil dólares”. Ellos pensaban que yo podía recaudar el resto por medio de loans (préstamos), y todas esas becas que tienen para gente indocumentada. Pero creo que la razón por la cual pude lograr eso fue por la Propuesta 300. Años atrás, cuando paso la propuesta 300 en Arizona, todos tuvimos que ponerlos las pilas y pensar en qué podíamos hacer para recaudar fondos porque cada estudiante en ASU, en la Universidad Estatal de Arizona, tiene que pagar 20 mil dólares para tomar clases. Entonces, teníamos que pensar en maneras de recaudar 20 mil dólares por estudiante. Entonces, no nada más estaba pensando en mi beca o en mi carrera, pero en la del resto de la comunidad, y por medio de ese esfuerzo, recaudamos dinero para diferentes estudiantes. Pero ya tenía como la mentalidad de cómo buscar esos fondos, o ver cuáles eran las puertas que siempre han estado cerradas. Entonces, ya tenía un poco de experiencia.

La verdad, hice de todo. Toda mi comunidad, mis amigas, mis amigos, gente con la que trabajaba, empezamos a ver qué podemos hacer, y había gente que decía: “Vamos a vender tacos, voy a vender arte”, pero lo que yo empeze a hacer es hacer eventos comunitarios donde diferentes artistas donában su arte y fue de verdad un esfuerzo comunitario. También apliqué por becas de todas partes y trabajé con una organización en Arizona, que fueron mis agentes fiscales. La gente podía donar a esa organización y ellos abrieron una cuenta. Ese dinero lo mandaban a Harvard, pero la gente que donaba podía escribirlo en sus taxes. Luego que pasó lo de Don Francisco, fue cuando mi blog que tenía en ese tiempo, mucha gente empezó a comentar en mi historia, que me habían visto en el periódico o en ese programa. Entonces, tuve un fondo online donde también podían donar por medio del internet. Entonces hice de todo. Cuando entré y empezaron las clases, todavía no tenía todo el dinero, pero de todos modos fui y fue cuando trabajé con unas personas de Arizona para hacer un documental pequeño como de 5 minutos donde explicaba lo que estaba haciendo, lo que quería hacer, lo que significaba estar allé, y eso fue la última gotita que me ayudó a llegar al total de lo que tenía que recaudar.

Luis Núñez: En el 2006, los votantes de Arizona lograron pasar la proposición 300, la cual requería que aquel que no tenga papeles, y no sea ciudadano, pagar lo que se le cobra a un estudiante llegando de otro estado, sin recibir asistencia financiera del estado. Mientras esta propuesta se llevaba a cabo, Silvia continuó estudiando. Ella nos cuenta sobre lo que hizo para continuar, y sobre el transcurso entre UCLA y Harvard.

Silvia Rodríguez: Pues ya estaba involucrada en la comunidad haciendo campañas para que incrementaran el sueldo mínimo, pero cuando empezamos a saber de la Propuesta 300 todos los estudiantes indocumentados y yo empezamos a hacer una campana, trabajamos con una organización, ACLU, y hicimos marchas, protestas, un montón de cosas pero nos sentíamos como que si pasaba la propuesta, nos íbamos a morir, así como que va a ser el fin del mundo, va a ser lo más horrible.

Un dia estabamos bien, al siguiente nos quitaban las becas, entonces fue como un tiempo muy muy muy horrible y difícil. Donde no nada más era la presión de estudiante indocumentada, pero también como alguien en una familia indocumentada, donde mis papás se fueron del estado…era como un desastre. Entonces, fue muy difícil. Durante ese tiempo, cuando me gradué, aunque me había graduado con honores, tenía dos licenciaturas, no pude usar nada de lo que hice de mi carrera para trabajar porque no tenía papeles para trabajar.

Lo que hice fue aplicar a programas para seguir estudiando y se me hace un poquito chistoso que la única universidad que me aceptó cuando hice mis aplicaciones fue Harvard. Apliqué para otros programas de doctorado y no me aceptaron. Pero creo que eso sí cambió mi vida. Al poder ir…porque todos los dias estabamos peleando…en ese tiempo ya habían presentado la SB 370, donde estaban legalizando “racial profiling” en Arizona, entonces estábamos en protestas cada semana. Cada semana habia una acción, una protesta, un boicot, todo eso. No nada más era las SB 1070, era HB 2281, que estaban quitando “ethnic studies,” entonces la gente indocumentada, la gente de color, en Arizona, la gente mexicana, para ser más directos, fueron atacados de cualquier manera. Si tienen papeles o no tienen papeles, de todos modos el mensaje era de que no nos querían ahí. Al ser una persona donde tu familia ha sido separada y en el estado pasan puros mensaje donde la gente política, la gente en la comunidad, los votantes, todos te quieren sacar. Nadie te respeta, no respetan tus leyes como humano, y cuando me aceptaron en Harvard, todo eso fue como un “FU” a los racistas; al sheriff, a la gobernadora, a todos los que votaron por la Prop 300, a los que votaron por la SB 1070. Fue una manera de darme “validation” fuera del estado.

Pero sí me da tristeza de que tienen que pasar cosas tan extraordinarias, que “whoah, Harvard” y todo eso, para que la gente te dé valor como humano. Porque hay tantos estudiantes que no pueden llegar a Harvard, no porque no sean inteligentes, sino porque no nos dan los recursos en las escuelas. Entonces fue como… le veo el lado bueno, porque si me ayudó y me cambió la vida, pero también veo el lado de que es un privilegio tan grande, pero me da mucha tristeza que no haiga más gente que tenga acceso a eso. Entonces, cuando terminé de ahí, mi estatus migratorio cambió. Pude aplicar por la residencia. Eso fue como ya una nueva vida. Ya no tenía que estarme escondiendo. Ya no tenía que estar buscando entradas como loopholes y todo eso. Pero aunque legalmente era documentada, como que mi mente no podía…no me cabía en la mente que ya tenía papeles. Todavia me sentía como que era indocumentada. Pero entonces me vine a California porque iba a estudiar en Claremont, con el profesor, y él me dijo que si tenía papeles, mejor que aplicara a otras escuelas. El quería que estudiara con un profesor en Stanford pero fue que me aceptaron en UCLA, y como es un programa que estaban abriendo el primer doctorado, en estudios chicanos, entonces este es el lugar donde puedo estudiar leyes, niños, inmigración, arte, todo lo que me gustaba, todo lo que me apasiona, todos mis intereses, podía estudiarlos ahí. Por eso empecé ahí y ya voy en el quinto año.

Joanna Guzmán: Muchos criticaban a Silvia y le decían que no iba poder lograr todas sus metas porque era indocumentada y joven pero todas esas palabras negativas fueron las que ayudaron a Silvia a luchar más por sus sueños.

Silvia Rodríguez: Creo que lo que me dio mucha motivación para seguir adelante fueron las voces que me decían que no podía. Porque lo que esperaban de mí era de que me iba a embarazar a los quince y que iba a ser un dropout, y que ahí iba a terminar. Fueron cosas que yo había escuchado de niña y de que eso iba a pasar, y todo eso. Pero escuchando esas voces y las voces que decían, “eres indocumentada, illegal alien, no te queremos aquí, vete para México, ignorant”, todas las cosas que nos dicen y los mensajes que nos mandan, fueron lo que me dieron la motivación para seguir adelante. Entonces, si tuviera documentos hubiera sido más fácil todo y no se si hubiera querido hacer lo que he hecho. Tuve muchísimos mentores que me apoyaron tanto de formas muy básicas, de formas de ayudarte a saber cómo funciona la universidad, de escribirte cartas de apoyo, de recomendación, de invitarte a eventos, pero también de pagar mis libros, sacarme a comer, conocer a sus familias, cosas tan sinceras y básicas que de verdad, fueron más allá de lo que es necesario. La bondad de la gente, de esas personas, fue lo que me ayudó a seguir de un día para el otro, de un mes para el otro, de un año para el otro. Poquito a poquito me ayudaron a vivir y a sobresalir.

Luis Núñez:  Actualmente, Silvia está trabajando en una escuela con niños, en la cual enseña cómo las leyes anti-inmigrantes afectan a niños de familias, por medio del teatro y el arte. Después de terminar su doctorado, a Silvia le gustaría estar trabajando como profesora y a la vez, hacer estudios sobre lo que ocurre en la comunidad latina. En sí, tambien le gustaría publicar un libro y asistir en el cambio de algunas de las leyes de este país.

Joanna Guzmán:​ Muchas gracias por escuchar a Radio Nepantla: La Voz que Traspasa Fronteras. Los invitamos a escuchar el resto de la serie “Dreamers: Redefinir el Sueño Americano”… Ahí contamos las historias de los jóvenes que están luchando para hacer realidad el sueño colectivo de los inmigrantes.

Visítenos en nuestro canal de SoundCloud: ElNuevoSol o en nuestra página web: elnuevosol.net

Si quiere saber más de los dreamers, viste la página web del Centro Laboral de UCLA: labor.ucla.edu Esta fue una producción de El Nuevo Sol, el proyecto multimedia en español de la Universidad del Estado de California en Northridge. Producción y edición: Joanna Guzman y Luis Núñez. Composición y producción musical de Alex Bendaña. Soy Joanna Guzman.

Luis Núñez:​ Y soy Luis Núñez. Gracias por escucharnos. Hasta la próxima.


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Tags:  Centro de Recursos Dream de UCLA CSUN Joanna Guzmán Luiz Núñez Omar y Argelia Radio Nepantla

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