Recuerdos agridulces de mi padre

Por ÁMBER PARTIDA
EL NUEVO SOL

Yo miro hacia el otro lado cuando veo a un padre con su hija. No quiero pensar en mi padre. Me trae recuerdos agridulces. Cuando veo a un padre con su hija, deseo que sea una influencia positiva en su vida.

Cuando era niña, siempre estaba con mi papá. Mis otros tres hermanos no estaban tan cerca de mi padre como yo. Era mi todo, mi entrenador, mi héroe, mi columna vertebral. Me enseñó a practicar deportes. Me dio pasión por los deportes y me enseñó el significado de la dedicación. Él construyó mi confianza y nunca me dejó pensar que no podía hacer algo porque era niña. Sin embargo, también me mostró cómo herir a la gente. Él me enseñó cómo odiarme en lugar de amarme a mí misma. No vi cuánto ese abuso hirió a mi familia hasta que él murió.

Cuando tenía nueve años, a mi padre le diagnosticaron un tumor cerebral. Siempre fue un hombre enojadizo, pero se puso aún más enojadizo. Era emocional y abusada verbalmente de mí y mi familia. Nos maldecía y gastaba dinero en sí mismo. Era machista. Sin embargo, yo todavía lo amaba.

A medida que crecía, mi padre empeoraba. Él pensaba que mi madre estaba engañándolo y que mis hermanos y yo no lo amábamos. Tenía miedo de irme a casa todo el tiempo. No quería oírlo gritarle a mi mamá o a mis hermanos. Me gustaba pasar más tiempo en la escuela y en mis prácticas de baloncesto porque me sentía segura allí. Le dije a mi mamá que tenía que dejarlo. Este abuso era demasiado para mi familia.

Cuando entré a la universidad, mi mamá dejó a mi papá. Consiguió una orden de restricción y se llevó a mis hermanos. Poco después, mi padre fue desalojado de nuestra casa. El lugar donde viví toda mi vida se había ido. Mi ropa, premios, fotos y más fueron arrojados a la basura. Mi familia ya no era una familia, y yo estaba sola.
Mi padre murió el año pasado de un tumor cerebral. Sólo tenía cuarenta y nueve años. Nunca le dije que lo perdonaba. Sin embargo, creo que él sabía que yo lo amaba. Cuando murió, perdí mi confianza y olvidé cómo ser fuerte. Todavía me siento perdida sin mi papá, pero sigo avanzando por mí misma.

No era el mejor padre, pero era mi padre. Me enseñó a valorar mi educación y lo importante que es respetar a la gente. Me mostró cómo un hombre no debe tratar a una mujer. Me mostró que es importante aprender a amarme a mí misma, aunque él no podía enseñarme. Todavía miro hacia el otro lado cuando veo a un padre con su hija en público o en la televisión. Sin embargo, sonrío porque pienso en los recuerdos agridulces. Sonrío porque él está mirando. No estoy tan segura de mí misma como cuando era más joven, pero me estoy haciendo más fuerte cada día.

Si usted o alguien que conoce es afectada por la violencia doméstica, por favor solicite estos recursos:

Cortes de California – Cómo obtener órdenes de restricción
(en español)

Alianza Latina Nacional para la Eliminación de la Violencia Doméstica (National Latino Alliance for the Elimination of Domestic Violence)  (en inglés)

Servicios Jurídicos Vecinales del Condado de Los Ángeles(Neighborhood Legal Services of Los Angeles County) (en inglés)

Al-Anon – Ayuda para jóvenes cuya vida ha sido afectada por el alcoholismo de otra persona (en inglés)

Mi padre, mis hermanos y yo.


Tags:  alcoholismo Ámber Partida Violencia doméstica

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Ámber Partida
Mi nombre es Ámber Partida y nací en Los Ángeles. Me interés a escribir sobre temas de justicia social, políticas y deportes. Me gusta practicar deportes y leer lo que está pasando en el mundo durante mi tiempo libre. Creo que es importante conocer los acontecimientos actuales. Lee mis artículos en El Nuevo Sol.




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