“Yo estuve en un matrimonio por 16 años y mi esposo me decía que yo no estaba bonita”, dice Alemán. “Yo le decía: pues tú te equivocas porque a mí, donde quiera que salgo, las mujeres, los hombre y los niños me dicen que estoy bonita, y yo no te voy a creer, porque si 100 personas me dicen que estoy bonita y tú me dices que no, entonces tú estás mal”.
Por PRISCILLA DÍAZ @priscillamontze
EL NUEVO SOL
Con mejillas rojizas, ojos concentrados, cabello atado pero alborotado y gotas de sudor trazando un caminito desde su frente hasta la orilla de su cara, María Luisa Alemán respira hondo al correr, sin perder concentración. Al llegar a la esquina del campo, tensa su cuerpo al ver a la estudiante-instructora, pero se llena de energía al oír que falta solo una vuelta más por correr para terminar el ejercicio. Al finalizar su vuelta, toma agua y regresa a su grupo, felicitando a sus compañeros por haber terminado.
Nacida en Jalisco, México, en 1966, Alemán no recuerda un día de su vida cuando ella no comía saludablemente en su país de origen. No fue sino hasta que ella emigró a Estados Unidos y fue parte de un matrimonio letal cuando empezó a subir de peso y notó una diferencia en su salud.
“Yo emigré a Estados Unidos cuando tenía 23 años y empecé a tomar clases de inglés, cosmetología, y además estaba trabajando”, dice Alemán. “Mis días empezaban a las cuatro de la mañana y terminaban hasta las once de la noche”.
Después de varios años y mucho esfuerzo en la escuela y su trabajo, Alemán, una mujer con mucha energía y ambición, abrió un negocio de belleza, donde sus clientes siempre le decían cumplidos por su esbelta figura. Por varios años, ella conservó su figura y su belleza, pero comenzó a subir de peso y empezó a notar que los cumplidos de sus clientes ya no eran tan comunes.
“Yo tenía unas clientas que siempre me decían: ‘ay que bonita está usted’, pero empecé a subir un poquito de peso y luego ya no me decían lo mismo”, dice Alemán. “En cambio, me hablaban sobre otras cosas”.
Además de haber perdido los comentarios de algunas de sus clientes, Alemán fue parte de un matrimonio donde su pareja la maltrataba psicológicamente, lo cual le bajaba la autoestima.
“Yo estuve en un matrimonio por 16 años y mi esposo me decía que yo no estaba bonita”, dice Alemán. “Yo le decía: ‘pues tú te equivocas porque a mí, dondequiera que salgo, las mujeres y los hombre y los niños me dicen que estoy bonita, y yo no te voy a creer, porque si 100 personas me dicen que estoy bonita y tú me dices que no, entonces tú estás mal”.
El artículo “La violencia de pareja, depresión y sobrepeso/obesidad“, producto de los investigadores Hellen Huang, Wei Yang y Stanley Omaye, dice que no deberíamos ver el sobrepeso y la obesidad solo como un problema de falta de ejercicio o energía. De lo contrario, existen otros factores que causan esta condición. Las personas expuestas a la violencia de pareja íntima (IPV) no solo pueden sufrir lesiones físicas, sino también efectos psicológicos graves, como la depresión y otros cambios de conducta que pueden llevar a esa persona a comer en exceso, causando posteriormente obesidad.
Al final de su matrimonio, María Luisa cayó en una depresión abrumadora que la debilitó. Recuerda estar por tres días acostada, pero consciente de su alrededor. Fue en ese momento cuando ella decidió que solamente ella podría ayudarse a sí misma.
“Y dije yo: ‘¿cómo puedo dejar yo que un ser humano me venga a pisotear mi dignidad? No puede ser posible’, y entonces agarré mi ropa y me fui para Orange County con mis hermanas”, dice Alemán…“Pero cuando llegué, dije yo: ‘¿y ahora, qué vas a hacer?”.
Entonces Alemán decidió ir al doctor pero le cobraron 400 dolares nada más para decirle que estaba deprimida. Asimismo le recentaron bastantes pastillas las cuales ella no quería tomar. Pero sin saberlo una de sus clientes que es chef de comida alcalina [frutas y verduras], empezó a hacer amistad con Alemán y le ofreció clases de como comer y perder peso sin pastillas.
“Yo conocí a María Luisa [Alemán] por pura coincidencia, de las cuales no creo existen, pero recibí una referencia con ella para un corte de pelo y desde ese entonces ella se volvió mi estilista”, dice Andrea Rozsas, la chef de comida alcalina.
“La conocí cuando ella estaba viviendo un tiempo muy difícil en su vida… Yo simplemente le enseñe a comer, beber y a ejercitarse un poco diferente. Perdió mucho peso, recuperó su confianza y se convirtió en una persona mucho más contenta. Su personalidad siempre brilla…”
La hermana de Alemán, Eloísa, le recomendó el programa de 100 Ciudadanos cuando le habló de su amiga Rozsas.
“Escuché del programa yendo al parque por la mañana pero dejé de ir” dice Eloísa, “y luego una amiga me dijo que estaban dando clases de ejercicio gratis en el parque de San Fernando. Entonces, empecé a ir y me gustó a mí mucho porque sí funciona”.
Después de ver los resultados en sí misma, Eloísa le dijo a su hermana María sobre este programa gratuito. El programa lo ofrecen los estudiantes de kinesiología de la Universidad de California en Northridge (CSUN) en los parques del valle de San Fernando.
Al ver que había uno de estos programas cerca de donde vivía su hermana, Eloísa le comentó del programa.
“Yo se lo recomendé porque noté que es bueno, y es bueno el ejercicio” dice.
“Mi hermana me avisó del programa de 100 Ciudadanos en diciembre”, dice María Luisa Alemán, “Ella estaba yendo al programa ya por un tiempo, pero en el parque de San Fernando”.
Para obtener una salud física y mental más saludable Alemán se registró en el programa y desde ese día ha sido una ciudadana más sintiéndose muy feliz con los resultados.
“Me encanta, quisiera que no se acabara, pero entiendo que es solamente un proyecto de ellos para estudiar el cuerpo humano”, dice Alemán. “Me siento livianita y bien a gusto, me siento como que se mi quitaron 100 libras de encima.
Alemán también comparte que se siente como que puede respirar y hasta mucho más contenta.
“Esto que yo siento quiero que la gente que yo veo que no hace ejercicio pudiera sentir”, comenta Alemán.
Ella reflexiona sobre las razones que la gente tiene para no hacer ejercicio y por qué el programa 100 Ciudadanos es importante.
“Estamos muy enfermos porque pasamos mucho tiempo preocupándonos de todo lo que pasa alrededor, y le ponemos mucha atención a todo lo demás, pero no nos cuidamos nuestros cuerpos”, dice.
“No pueden perder esta oportunidad que nos están ofreciendo estos jóvenes”.
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