Retos de la dieta familiar saludable

Las familias inmigrantes en los Estados Unidos buscan el punto medio entre comer saludablemente y ahorrar en el gasto.

Patricia Verdugo explica los estragos para conseguir comida saludable para sus hijos. Laura González/El Nuevo Sol

Por Grecia Figueroa, Zaskya Córdova, Julian Reyes
EL NUEVO SOL

Sofía sólo tiene cinco años, y a su corta edad ya cree que se porta mal. Le pregunta a su madre con incertidumbre por qué nunca la han llevado a McDonalds, si a sus amigas de la escuela los padres las llevan si se portan bien. Lo que Sofía no sabe es que su madre está haciendo todo lo posible para darle una buena alimentación. Su madre sólo desea forjarle las mismas costumbres que le enseñaron a ella de joven, viviendo en Venezuela.
Este es el reto que muchos padres deben enfrentar al migrar a los Estados Unidos. El poder tener acceso rápido a comidas saludables, y mercados étnicos sólo en Los Ángeles, se ha convertido en un gran desafío. Los Ángeles cuenta con una población inmigrante de 65%. Aun así, esta ciudad no refleja en productos disponibles al consumidor la influencia cultural extranjera que tiene. [mapa]
Sólo ciertas comunidades en distintas zonas de Los Angeles se han comprometido a construir mercados étnicos, como es el caso de Korea y China Town. Sin embargo, las personas de origen coreano y chino, se expanden mucho más allá de los límites de estos lugares. Lo mismo sucede con las comunidades latinas, asiáticas y del medio oriente.

“Nosotros tenemos que ir a mercados coreanos para conseguir ciertos ingredientes, no los podemos encontrar en Ralphs o Vons.” Dice Min Gyu Kong, mientras comenta que le conviene vivir cerca de Korea Town, pero para personas que viven lejos de este vecindario, ir a la tienda podría convertirse en un verdadero viaje.

Las personas que no han vivido en los Estados Unidos toda su vida, han sido expuestas a otro estilo de vida. En sus países la comida saludable es barata, y uno no tiene que ir a un “Farmers’ Market” para conseguir la cosecha de la temporada. “Aquí la fruta es muy cara, en cambio en Chile todo es baratísimo,”comenta Patricia Verdugo. “El otro día fui a un negocio, y la señora me dijo que de Chile traen la mejor fruta”. “Tienen que traerla de nuestros países, y eso encarece mucho”.

Según el Departamento de Agricultura de los EE.UU.  una persona debe tener $36 al día para consumir una dieta de 2,000 calorias. El problema es que el latino en general sólo tiene de $6 a $7 al día. “Yo trato de comprar lo más barato en todos los negocios” explica Verdugo. “Tengo problemas con mi hija, ella toma mucha Coca Cola, come pizzas, comida con masa, y hace muy poca gimnasia”.

Para estos padres que se han visto en el limbo de dos culturas es difícil encontrar el punto medio, ya que los niños están siendo diariamente influenciados por los negocios industriales. Para estos negocios lo importante es proveer lo más barato y no siempre lo mejor. En Taco Bell se vende por $2 dólares un combo de un burrito de carne, con una soda mediana y una bolsa de papas. Lo que no dicen al consumidor es que el burrito tiene 560 calorías, casi 200 calorías de grasa, y menos de una onza de proteína. La soda contiene un promedio de 220 calorías, y la bolsa de papas 120. Todo da un total de cerca de 920 calorías.  Esto es sin contar los 1530 miligramos de sodio en total consumidos.

Lo que esto significa es que para el resto del día lo saludable sería consumir una ensalada de pollo sin condimentos con dos refrescos, sin contar el desayuno. Este tipo de lugares de comida rápida, abundan alrededor de las escuelas.  Para los estudiantes que solo llevan $2 o $3 dólares en su bolsillo, comprar este tipo de combos se les hace más razonable. Pero esta clase de comida no es saludable, ya que se ha cocinado en aceite altamente saturado, y la carne tiene “fillers”  o rellenos que hace que se vea mas grande, pero esta llena de agua y otros compuestos. “Si usamos aceite que se ha usado varias veces, pasa algo que se llama oxidación” Dice la Dra. de nutrición  Claudia Fajardo-Lira. “Eso hace que en nuestras venas se empiecen a formar depósitos de grasa que no deja que fluya la sangre”.

Este tipo de alimentación se ha proliferado en las ultimas generaciones. Estrategias de publicidad como las Happy Meals o Cajita Feliz, engancha a los niños con juguetes, y son usualmente ellos los que piden que sus padres los lleven a estos establecimientos. Sofía algún día entenderá que su madre sólo trataba de proveer una buena alimentación, y madres y abuelas como Verdugo seguirán dándole a sus nietos comida saludable, aunque ellos las rechacen. “Mi nieto me reclama que no le de pan integral”, comenta Verdugo. “Pero yo le digo que mi abuela me daba a mi ese pan, y yo se lo voy dar a él para que un día se acuerde y le de a sus hijos algo saludable también”.

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