Opinión / 05/14/2011

Ante la diabetes: optar por decisiones saludables

Por: Nicolaas Koppert
EL NUEVO SOL

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Millones de hispanos que han migrado a los Estados Unidos están en alto  riesgo de contraer Diabetes Tipo II. En este momento alrededor del 40 por ciento de los adultos de edad media y de la tercera edad en este país tienen pre diabetes. También, el comienzo de las etapas puede conducir a problemas de corazón hasta infarto. El punto de toda esta información es que tanto la pre diabetes como el tipo II pueden ser fácilmente prevenidas. Todo lo que toma es un examen regular del corazón y de los niveles de colesterol, los cuales pueden ser mantenidos por medio de una dieta balanceada y ejercicio regular.

Pero la falta de ayuda, educación, información y las pocas herramientas para algunos de los más recientes inmigrantes  hace que esta parte de la población sea la más afectada.“Hay muchas barreras por las cuales ellos reciben un  tratamiento adecuado –desde el lenguaje, las diferencias culturales hasta obtener el permiso en el trabajo,” comentó Kathleen Ell de Ernest P. Larson, Profesora de Etnicidad, Salud y Pobreza del departamento Trabajo Social -en la Universidad del Sur de California

En su investigación sobre el problema de diabetes con la comunidad hispana, Ell y un grupo de investigadores recorrieron calles de Los Ángeles y encontraron que puede ser efectivo implementar tratamientos que muestren un entendimiento de esta cultura.

La manera como los doctores y trabajadores sociales  tratan a los latinos es diferente de la forma como ellos lo hacen con personas americanas, u otros que han vivido toda su vida aquí. Ell también descubrió que dentro de la comunidad hispana no nacida en los Estados Unidos, los niveles de diabetes son más altos en las personas que han vivido en los Estados Unidos por mas de veinte años. Lo que significa que por la aculturación alimenticia,  estas estadísticas son más altas en latinos de edad más  adulta.

Muchas de las personas que vienen a este país no estan acostumbradas a los altos volúmenes de comida procesada. Paradójicamente estos individuos crecieron comiendo frutas y vegetales que fueron obtenidos de procesos naturales u orgánicos.

Muchos líderes comunitarios culpan el hecho de la falta de acceso  a comida saludable con el incremento de la diabetes. Pequeños grupos por toda California se están organizando para unirse en la lucha en contra lo que llaman “justicia alimentaria.”

Una organización, “the Social Justice Learning Institute,” (SJLI) está concentrando su tiempo más en producir sus propios alimentos que en esperar a que el gobierno haga su primera movida. SJLI está trabajando con otra organización llamada Tree People, para enseñarle a grupos de residentes cómo crecer comida fresca en su propios jardines. “La idea detrás de esta iniciativa es que eventualmente hayan 100 jardines en la ciudad de Inglewood”, dice el vocero de SJLI, Derec Steele. “Muchas personas no saben que en Inglewood hay alrededor de 150 restaurantes de comida rápida y sólo existen 5 mercados.”

Jollie Sheppick de la organización WORKS, comenta que primero las comunidades deben de mirar qué pueden hacer por mejorar antes de pedir que se abran nuevas tiendas en sus locaciones. “Invertir en mercados es un proceso a largo tiempo. Nada más convencer a las corporaciones o co-ops que construyan nuevos supermercados significa invertir bastante tiempo”, comentó, “Lo primero que realmente las personas deben hacer es unirse como comunidad.”

Aparte de crecer jardines SJLI, también conduce charlas en comunidades donde habitan minorías para que estos ciudadanos puedan escuchar la importancia de comer saludable y así mismo tengan conciencia de su importancia.

En una reciente conferencia el resultado fue bajo. Sólo 14 personas de 70 que confirmaron su asistencia, se presentaron y se sentaron alrededor de una mesa en forma de herradura. La mayoría de estas personas que fueron no habían ni siquiera planeado en participar.

Una de las mujeres, Adrian Banks, comentó que se sentía en el lugar correcto en el tiempo adecuado. “Sólo venía a recoger el uniforme de baseball de mi hijo cuando este joven me invitó a entrar a este evento y escuchar lo que tenían que decir”, declaro.

“Yo no le tengo confianza a casi ninguno de los supermercados”, comenta Banks,  “Yo manejo a otra ciudad para encontrar comida orgánica de Farmer Joes.”

Menga Bomba trabaja para the Food and Justice Center at the Urban and Enviromental Policy Institute. El centro trabaja para proveer comida fresca y saludable a todas las comunidades y especialmente a las que están más necesitadas. El Centro de Comida y Justicia cree que no es suficiente sólo con preguntar al gobierno que construyan más tiendas donde vendan productos orgánicos. “Las personas son criaturas de hábitos aprendidos y si ellos están acostumbrados a vivir en una situación donde existe un tipo de desierto alimenticio, y opciones nocivas, ellos no necesariamente van a empezar a comprar las opciones más saludables que les presenten” explica Bomba. “Nosotros necesitamos cosas como esta campaña de aprendizaje de alimentación saludable ya que siendo así la demanda incrementará porque la gente va a empezar a querer  optar por las decisiones saludables.”

 


Tags:  diabetes justicia alimentaria Nicolaas Koppert Salud

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