Estudiantes sin hogar

Por BETSY GARCIA

Sarah Heart conoce una realidad que muchos estudiantes de su edad no conocen. La joven está localizada en la ciudad de Downey y asiste el Colegio Comunitario de Cerritos.

Un día lleno de clases y trabajo es demasiado para un estudiante. Agréguenle a eso la preocupación de no saber dónde va a dormir esa noche.

“Hay mucha gente loca, pervertidos, acosadores,” contó Heart de una noche muy escalofriante mientras vivía en las calles.

“Un carro se paró una noche en medio en la calle, gritándome. Había como cuatro hombres en el carro y uno de ellos salió con un bate. Gracias a Dios, un carro vino, y ellos se fueron con rapidez”.

No fue un sueño de que se podría despertar después de una larga noche en su cama de bajo de un techo fijo, sino en las calles donde ella se encontraba detrás de un vehiculo.

Para los días de exámenes muchos estudiantes necesitan suficiente horas de dormir y no tener mucho de qué preocuparse; pero los estudiantes sin vivienda no tienen otras opciones.  Ir a la escuela les ayuda a sentirse como un estudiante normal y distraerse de sus problemas.

“Cada noche hay aproximadamente 8 mil personas sin techo viviendo entre 1.8 millones de residentes en el Valle”, señaló Ken Craft, director de la Misión de Rescate del Valle San Fernando, cifrando un estudio que conducen cada año.

Aunque no se sabe el número exacto, en los Estados Unidos hay un gran número de estudiantes que no tienen una casa y luchan sin tener dinero para pagar  la escuela, vivienda, transporte y otras cuentas.

“Si yo fuera un estudiante en la universidad sin dinero yo iría a una iglesia, tomaría el tiempo de conocer a la gente y después les diría mi situación”, Craft comentó. “La gente muy benévola ayudaría; pero en El Valle, no sabría qué más hacer porque no hay muchos lugares a dónde ir…”.

Los programas que pueden ayudar a estos estudiantes sin techo no son anunciados para que la gente se informe. Por otro lado, muchos de estos estudiantes no quieren hacer público que no tienen vivienda porque les da vergüenza.

Lupe Acosta es la directora de voluntarios de Cubriendo Cada Necesidad con Dignidad, (MEND por sus siglas en inglés), una organización que provee ropa, servicios de baño, y comida para la gente que no tiene dónde vivir. También ofrecen servicios de doctores, dentistas, oculistas, clases de inglés, de español, de costura, así como de tutoría para los niños y computación para adultos y niños de bajos recursos o que no tengan hogar en el Valle de San Fernando.

“Hay muchos recursos afuera. Hay más ayuda para la gente vagabunda que para las personas que tienen vivienda”, contó Acosta. “Hay que buscar e ir con la organización apropiada y seguir los pasos”.

Una oficial de la organización Vivienda Familiar Los Ángeles (LAFH por sus siglas en inglés) explicó que esta organización ayuda a gente sin hogar, dándoles un lugar donde vivir, ofreciendo 439 unidades de propiedades y más de 2 mil camas para servicios de emergencia, techo temporal, y viviendas baratas en las áreas de Canoga Park, North Hollywood, el sur de Los Ángeles, Sun Valley, Van Nuys y los distritos de West Adams y Westlake.

Así como otras organizaciones que están dispuestas a ayudar, LAFH también tiene servicios que ayudan a buscar empleo y entrenan para las entrevistas de trabajo. Ofrecen enseñanzas de manejar el dinero, asistencia para la inscripción en la escuela y, la reintegración, entre muchos de los otros servicios.
Acosta dijo que no han visto muchos casos de estudiantes sin techo.

“No lo hemos visto no porque no exista, (pero porque) tienen pena de pedir la ayuda. Yo les sugeriría sobre todo si quieren seguir adelante que para seguir adelante tienen que tener techo y comida”, dijo. “Es muy importante porque no necesitas ser legal o ilegal o decir qué edad tienes, no importa”.

No es fácil averiguar cuáles son los estudiantes que no tienen vivienda porque algunos regularmente van de casa en casa con amigos, o usan carros y bibliotecas.

A veces la situación es muy difícil para estos estudiantes que deciden abandonar las escuelas.

Heart dice que sus compañeros de clase no sospechan de su situación.“Sólo algunos cercanos saben pero no me pueden ayudar”.

Ha luchado con su situación por cinco años y volvió a quedar en la calle hace tres meses. Asiste a la escuela gracias a la ayuda financiera que recibe. En marzo, Heart empezó el semestre de otoño porque su situación de vivienda no la dejó empezar en enero.

Wendy Nave, una muchacha que está por asistir el Colegio Comunitario de Los Ángeles se  quedó sin hogar por su propia depresión y falta de comunicación entre su familia.

“Siempre llamaba a alguien y robaba para sobrevivir”, contó Nave. Mis problemas eran bebiendo, después la marihuana, me volví adicta al cristal y después estaba en negación”.

“Yo no fui a un refugio público porque tenía vergüenza”, agregó. “Nosotras las mujeres queremos vernos bonitas y me alejé de mis amigos porque no quería que vieran cómo me iba empeorando”.

Lo malo es que aunque a los estudiantes se les quite la vergüenza de acudir a un lugar de refugio, se encuentran con el problema de que no hay muchas camas ofrecidas donde ellos puedan dormir.

El Centro Estudiantil de Vivienda en la Universidad del Estado de California Northridge cobra $6,142 por un apartamento doble con cocina por un año académico, $4,955 por un apartamento doble sin cocina y $4,779 por una suite doble sin cocina.

Hay un gran estereotipo de lo que una persona sin vivienda. Lo típico que viene a la imaginación son personas sucias que perdieron todo por abusar de las drogas o el alcohol, pero la realidad es que hay una gran diferencia de gente sin vivienda con multitud de razones. Una persona sin hogar no quiere decir que la persona viva en las calles y duerma en el suelo, dijo Nave.

“Yo nunca juzgaría porque yo he estado en esa situación. Yo tengo esperanzas y sueños como todos y sólo fui desafortunada de perder la casa de pequeña”, contó Heart. “Dicen nunca juzgues un libro por su cobertura, así que no juzgues a una persona porque no tiene casa. Hay muchas maneras porque están en esas situaciones y la gente no debe juzgar”.

Craft sabe que no todos los que están sin hogar tienen el estereotipo de vagabundo.

“La gente es ignorante, y la ignorancia trae miedo. Hay que combatir el miedo con datos e información”, dijo Craft.  “Cualquier persona que piensa que todos los destituidos son así tienen que venir a nuestro refugio y mirar que el 50 por ciento son niños y no han hecho nada malo”.

La crisis económica hace las cosas más difíciles para estos estudiantes donde no es fácil encontrar trabajo y la gente no puede pagar por un apartamento.

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