Un informe de UNICEF titulado “Children Left Behind” indica que hay millones de niños que están en mí misma situación ese año, pero no hay estimados globales del número de niños dejados atrás por la necesidad de sus padres de migrar a otro país en busca de trabajo mejor pagado.
Por LUIS MIRÓN
EL NUEVO SOL
En una familia siempre hay un gran vinculo fuerte entre la madre y el hijo o el padre y la hija o viceversa. En mi familia, mi padre y yo éramos los únicos hombres en una familia dominada por mujeres. Yo, siendo el único hijo, siempre fui muy apegado a mi mamá desde que era niño. El amor a mi madre siempre ha sido profundo y es algo que cuando era niño no sabía cuánto significaba para mí hasta que ella se ausentó de mi vida. Mi madre siempre ha luchado por lo mejor para su familia y hace lo posible para darnos un futuro lleno de oportunidades con o sin la ayuda de mi padre.
Cuando el matrimonio falló, mi mamá decidió emigrar a un mejor país para darnos un mejor futuro a mis hermanas y mí. Antes de salir hacia su nuevo destino, mi mamá habló con mis hermanas y yo, pero mi hermana pequeña y yo éramos muy chicos para poder entender lo que pasaba. Un día por la mañana en el año del 2002 mi mamá dejó México y se fue hacia el norte a un país llamado Estados Unidos. Cuando mi hermana menor y yo despertamos, nos dimos cuenta que mi mamá ya no estaba, en ese momento las lágrimas no paraban y yo por mi parte sentía un gran vacío dentro de mí. Mis dos hermanas mayores nos consolaron y nos explicaron que mi mamá no nos pudo decir adiós esa mañana porque al vernos llorar no iba a tener el valor de dejar a sus cuatro hijos. Dentro de mí, sabía lo que mi mamá estaba haciendo por mis hermanas y yo, pero al saber que no estaría con ella por un largo tiempo me hizo sentir solo y como si hubiera perdido un pedazo de mí.
Los días se sentían más largos de lo normal y las noches llenas de lágrimas eran eternas al estar tan lejos de mi querida mami. Uno pensaría que con el tiempo las cosas cambiarían, pero no fue así para mí. Mi mamá nos llamaba por teléfono casi todos los días a mi hermana y a mí y la misma pregunta que siempre le hacía era que cuándo iba a regresar, ya que la extrañaba con toda mi alma.
Después de casi un año de noches llorando y extrañando a mi mamá, llegó el día de reunirme con mi hermosa madre en Estados Unidos. Si mi memoria no me falla, creo que ese día le di uno de los abrazos más grades que le pude haber dado a mi mamá. Ese año lejos de ella me enseñó a apreciar cada momento con ella y con el resto de mi familia.
Uno, como humano, sin darnos cuenta a veces no apreciamos el tiempo con nuestros familiares y no valoramos esos lindos y pequeños momentos con ellos. Ese año que para mí hasta el día de hoy sigue siendo el más largo de mi vida, cambió la forma de cómo veo y convivo con mi familia. Disfruta y convive con tu familia, no dejes que otras cosas como la tecnología o los malos vicios te alejen de ellos.
Un informe de UNICEF titulado “Children Left Behind” indica que hay millones de niños que están en mí misma situación ese año, pero no hay estimados globales de los millones de niños dejados atrás por la necesidad de sus padres de migrar a otro país en busca de trabajo mejor pagado. En algunos países exportadores de trabajadores, estás cifras son muy altas. En Filipinas, por ejemplo, 9 millones de niños (27 por ciento de todos los niños del país) tienen al menos un padre trabajando en otro país.
Gracias al esfuerzo que mi mamá hizo al venir a Estados Unidos, yo les puedo contar esta historia que impactó mi vida y me hizo crecer como persona. Yo corrí con mucha suerte y regresé a estar con mi mama, pero no todos los niños tienen la misma suerte. Hablar sobre lo que pasa es la mejor manera para ayudar con la ausencia de una figura materna o paterna.
Recursos
Efectos psicológicos en los niños por la separación de los padres debido a la migración.
Llevar a su hijo a un terapeuta.
Tags: Luis Mirón migración separación familiar