La tasa de embarazo de las jóvenes latinas de entre 15 y 19 años disminuyó dramáticamente en los últimos veinte años, de 104.6 en 1991 a 55.7 por cada mil jóvenes en el 2010, pero todavía es mucho más alta que la tasa nacional de 34.4 embarazos por cada mil jóvenes de entre 15 y 19 años.

Yessenia Medrano, 18, a solo días de recibir a su primogenito. Wendy Aguilar/El Nuevo Sol

Por JOANNA JACOBO, JULIA COOKE y KAYLA RODGERS
EL NUEVO SOL

“Mi relación con mis padres es buena, pero en cuanto a sexo, no me habían hablado mucho de ello antes de quedar embarazada”, dice Freya Victoria, una joven que se embarazó a temprana edad. Victoria, de 20 años de edad, quedó embarazada a sus 19 años. Tiene su bebe de 10 meses y se casó recientemente con el padre de su hijo, por la misma razón. “Lo único que me dijeron [mis padres] fue: ¡no salgas con tu domingo siete!”

De acuerdo a una encuesta realizada por la organización Abogados de la Juventud (Advocates for Youth), el 54 por ciento de los padres de familia no hablan con sus hijos sobre la sexualidad, lo cual implica que más de la mitad de las familias no tienen una relación cercana entre padres e hijos.

A pesar de que las tasas de embarazo entre las jóvenes y adolescentes han bajado a niveles históricos, la historia de Victoria ilustra la importancia de la educación sexual en la familia y en las escuelas de estos jóvenes. De acuerdo con un informe de los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC), la tasa de embarazo de las jóvenes latinas de entre 15 y 19 años disminuyó dramáticamente en los últimos veinte años, de 104.6 en 1991 a 55.7 por cada mil jóvenes en el 2010, pero la tasa de embarazo entre las latinas es la más alta de todos los grupos, incluyendo a las jóvenes afroamericanas, y todavía es mucho más alto que la tasa nacional de 34.4 embarazos por cada mil jóvenes de entre 15 y 19 años.

“No puedo culpar a mis padres, pero sí me hubiera gustado escuchar más de parte de ellos y no sólo de mi escuela”, dice Victoria. Estudios de la organización California Latinas por la Justicia Reproductiva (CLRJ) demuestran que la mayoría de los jóvenes prefieren aprender sobre la educación sexual por medio de sus padres y no solamente por medio de clases que se ofrecen en sus escuelas.

En el estado de California no es obligatorio ofrecer un currículum de educación sexual en las escuelas públicas. Sin embargo, de acuerdo al Departamento de Educación del estado de California,) una ley establecida permite que esto sea opcional. Esta ley permite la educación sexual dentro de las escuelas públicas solamente si el currículum se basa en la ciencia, no en ideas religiosas.

Ena Suseth Villadares y Laura Jímenez hablan acerca de la importancia de la educación sexual dentro de la familia y de las escuelas. Joanna Jacobo/El Nuevo Sol

“Pero en algunas escuelas todavía siguen con un currículum que todavía no está basado en la ciencia”, explica Laura Jiménez, directora de CLRJ, quien trabaja constantemente con este tema. “Es importante tanto para la familia, como para las escuelas, que eduquen a los jóvenes de una manera exacta sobre la sexualidad, anticonceptivos, y no solamente por medio de la abstinencia”.

Varias escuelas públicas de preparatoria del estado ofrecen el currículum establecido por esta ley. Sin embargo, muchas optan por métodos distintos. La preparatoria James Monroe de la ciudad de North Hills ofrece clases extensivas sobre la sexualidad y métodos anticonceptivos. A diferencia de esta escuela, existen otras que sólo ofrecen el método de la abstinencia u optan por no ofrecer clases de educación sexual.

Evelyn Maldonado, 29, futura madre, fue enfermera en una escuela preparatoria de Los Angeles. “Las escuelas dicen promover la educación sexual, pero solamente ofrecen la abstinencia como método preventivo”, explica Maldonado. “Es una contradicción porque no les están enseñando a los jóvenes las consecuencias al no protegerse durante relaciones sexuales”.

“No se cubría en la escuela el embarazo de jóvenes”, comenta Yessenia Medrano, una joven de 18 años que se encuentra en espera de su primer hijo. Durante su primer año de preparatoria a Medrano le ofrecieron una clase de educación sexual en la cual le enseñaron sobre la abstinencia. “No recuerdo que me hayan enseñado sobre otro tipo de anticonceptivo, aparte del condón”.

La organización Visión y Compromiso y el programa Safer Sex se dedican a dar sesiones sobre educación sexual a jóvenes. Visión y Compromiso, a diferencia de Safer Sex, se dedica a educar sobre la sexualidad a todo joven y a los padres de estos jóvenes. Con sus instalaciones ubicadas en el centro de Los Ángeles, esta organización, ofrece sesiones para que padres de familia puedan educar a sus hijos de una manera concreta que ayude a los jóvenes a tomar decisiones informadas sobre este tema.

Safer Sex ofrece sesiones a mujeres jóvenes, comenzando desde los trece años de edad, que tratan sobre las enfermedades transmitidas sexualmente, las consecuencias del embarazo y maneras de prevenir y protegerse de ello.

“La mayoría de las jóvenes que vienen a nuestra clínica ya vienen con un poco de conocimiento sobre el tema de la sexualidad”, dice la doctora Lydia A Shrier, directora de el programa Safer Sex ubicado en Boston. Desde los años noventa, Shrier, junto con otro personal, se han dedicado a la educación de estas mujeres.

Una madre y su hija adolescente hablan sobre el tema de la sexualidad. Julia Cooke/El Nuevo Sol

A diferencia de las clases sobre la sexualidad ofrecidas en las escuelas públicas, estos tipos de programas y organizaciones entienden que no solamente se trata de dar el conocimiento de sexo a los jóvenes, sino ayudarlos a entender su sexualidad para sentirse cómodos consigo mismos y con sus padres.

“Antes de preguntar si está bien o está mal, tenemos que analizar cómo es que nosotros platicamos sobre la sexualidad entre los jóvenes. El embarazo es un aspecto, pero hay muchos otros temas”, dice Ena Suseth Villadares, directora de investigación de CLRJ.


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