Por JACQUELINE GUZMÁN
EL NUEVO SOL
Foto: NELSON LEMUS
EL NUEVO SOL
A pesar de que son indocumentados, Beatriz, 26, y su familia planean llenar el formulario del censo 2010. Siempre lo han hecho y saben que es una de las maneras en que pueden contribuir con el país en el que viven.
La Junta de Vigilancia del Censo de E.U. reveló en un estudio que en el censo de 2000 cerca de 3 millones de personas se perdieron del recuento total y por lo tanto el Distrito de Columbia y 31 estados perdieron $ 4.1 mil millones en fondos federales. Las causas para no llenar el formulario difieren de cada individuo. Sin embargo, para muchos de los 12 millones de inmigrantes indocumentados es el mismo; el temor de que su información se de a conocer a las oficinas de inmigración o ICE.
En el Valle de San Fernando, hay una población estimada de 1.750 millones, incluyendo a muchos inmigrantes indocumentados que se enumeran como no-ciudadanos o de origen extranjero. Según el censo, es crucial que todos se enlisten, a fin de recibir más ayuda del gobierno y tener más influencia política y económica.
Beatriz (cuyo apellido no ha sido revelado por motivos de seguridad) vino a E.U. desde Perú con su madre y dos hermanas cuando tenía 17 años. Vivir en Northridge, California por casi una década le ha hecho darse cuenta de que en este país tiene más posibilidades de sobresalir. Esa es una de las razones principales por las que toda la familia desea contribuir, “Creo que el censo es un proceso que beneficiará a la comunidad, especialmente a las minorías, porque ayuda a determinar qué servicios son necesarios para las personas que viven en diferentes ciudades”, dijo Beatriz.
“El propósito del mismo [censo] es saber quiénes somos y dónde vivimos”, dijo Sandra Alvarado, especialista en medios de comunicación de la Oficina del Censo en Northridge, “Es importante la forma en que se distribuyen los fondos federales para todo lo que necesitamos en nuestras vidas, desde la educación hasta el transporte, servicios médicos, etc., también [el censo] es para distribuir los miembros del Congreso para que cada estado reciba su parte justa de la representación política “, añadió.
Según la Constitución de Estados Unidos, el censo es oficial y “exige un recuento real de la población cada 10 años”. El primer censo oficial se realizó en 1790 y desde entonces se ha llevado a cabo cada diez años en los años que terminan en cero.
Aunque, Beatriz y su familia no están muy familiarizadas con el proceso del censo, están esperando para llenarlo. “Tengo experiencia participando en el censo durante muchos años. Por ejemplo, en Perú existe un censo que se realiza cada cinco años, la diferencia es que allá [en Perú] alguien va a tu casa y te entrevista en persona. Aquí está mucho más fácil, solo se tiene que enviar por correo”, dijo la Sra. Olga, de 56 años, madre de Beatriz.
Este año, el formulario del Censo de 2010 será uno de los más cortos en la historia de E.U., que consta de sólo 10 preguntas y una protección estricta de los encuestados ofrecen información, independientemente de su estatus de inmigración. “La única manera de realizar el censo es mediante el uso de la Oficina Postal. Usted no recibirá nada por Internet, no recibirá una llamada de teléfono, a menos que haya llenado el formulario y puede que no se le entienda a algo”, dijo Alvarado, “Usted recibe un cuestionario por correo a mediados de marzo, solo debe llenarlo y enviarlo de vuelta en el sobre prepagado y es todo por los próximos 10 años”.
Sin embargo, así como la Oficina del Censo continúa su campaña para asegurarse de que todo el mundo se cuente en el próximo censo del 2010, para muchos inmigrantes, en su mayoría indocumentados vive el temor de que al poner su información en los formularios, su situación legal será revelada.
“Hay un miedo durante este fervor creciente ‘anti-inmigrante’ que vemos, que la información que ellos [los indocumentados] dan será utilizado, de que el gobierno vendrá después por ellos y para detenerlos y/o deportarlos”, dijo Marta López-Garza , profesora de estudios chicanos en CSU, Northridge. También agrega que muchos inmigrantes no pondrá su información, por miedo, “No porque están tratando de adoptar una posición, o no porque están tratando de sabotear algo, pero la incertidumbre de lo que va a suceder con la información que den”.
Aunque, la Sra. Olga favorece el censo, también entiende el punto de otros inmigrantes indocumentados, “no tengo miedo de llenar el formulario porque el censo no tiene nada que ver con la inmigración. Es una cosa totalmente diferente y ya llene el censo de práctica”.
“Toda persona que vive en una comunidad y utiliza los recursos de esa zona, si se trata de agua y energía o carreteras o la asistencia médica y escuelas. Si no contamos a cada uno en la comunidad, toda la comunidad sufre porque todavía vamos a utilizar los caminos y todavía vamos a enviar a nuestros hijos a la escuela”, mencionó Alvarado.
Pero esta no es la misma visión que muchos inmigrantes indocumentados tienen a la hora de revelar su situación legal. Algunos grupos se están movilizando para boicotear el censo a medida que se acerca, alegando que primero debe haber una reforma migratoria justa para legalizar los 12 millones de inmigrantes indocumentados y luego contarlos a todos para los beneficios económicos o políticos.
Xotchitl Ketzalcoatl, estudiante indocumentada en Los Ángeles Community College esta a favor del plan de boicotear el censo de 2010 con el fin de poder realizar el tan anhelado “Sueño Americano”. “Muchos de nosotros no calificamos para recibir los beneficios, entonces mi pregunta es: si los políticos no hacen nada por nosotros, ‘¿por qué vamos a ayudarles a mantener sus puestos de trabajo?’ Si no contamos legalmente, tampoco lo haremos físicamente”, dijo Ketzalcoatl en un correo electrónico.
La Oficina del Censo está trabajando por primera vez con cuestionarios en español con el fin de aumentar la participación entre la comunidad hispana. Con anuncios dirigidos a la comunidad esperan reducir el temor de muchos inmigrantes indocumentados.
“Usted puede ser un inmigrante de un país diferente y no tener su documentación legal como residente pero aún contar con el censo. Si desea poder real en el país, debe ser contado”, dijo Alvarado.
Por ahora, Beatriz y su familia esperan que más personas puedan recibir información sobre el censo y hacerse contar, “Deberían haber más programas en las escuelas para educar a los padres y a los miembros de comunidad sobre el censo, porque realmente es triste ver que si los padres tienen miedo del censo, es muy probable es que sus hijos crezcan con esa creencia y teman llenar el formulario”, finalizó Beatriz.
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