Diferidos, desplazados y deportados: Las múltiples caras de los dreamers

Esta serie sobre tres dreamers de la Universidad del Estado de California, Northridge (CSUN) cuenta tres historias que representan diferentes situaciones en que se encuentran los jóvenes inmigrantes.

Por JACQUELINE GUZMÁN-GARCÍA
EL NUEVO SOL

Después de que ha sido instrumentada la directiva de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), la gran prensa nacional se ha concentrado sólo en las largas filas de jóvenes listos para solicitar lo que algunas voces equivocadas llaman el DREAM Act, mientras que los comentaristas de la derecha se concentran en lo que llaman erróneamente una amnistía. En ambos casos, sin embargo, la perspectiva es incorrecta y muy estrecha acerca de los jóvenes que han formado parte del movimiento de dreamers, quizá el movimiento estudiantil más importante desde la década de los sesenta.

Esta serie sobre tres dreamers de la Universidad del Estado de California, Northridge (CSUN) cuenta tres historias que representan diferentes situaciones en que se encuentran los jóvenes inmigrantes. Mientras que sólo uno de ellos está listo para solicitar acción diferida, otros dos están fuera de Estados Unidos: uno, desplazado para perseguir su sueño en otro país, México, y otra, deportada con su familia a una ciudad fronteriza desconocida. Dos de estas historias son contadas en primera persona, a la manera tradicional del testimonio latinoamericano, y la tercera se cuenta como una semblanza o perfil.

A pesar de que su padre fue deportado y después asesinado en México, Juan Quevedo representa el optimismo y la pujanza de dreamers con grandes ambiciones, ya que su sueño, después de terminar la carrera de ciencia política en CSUN, es convertirse en abogado para ayudar a otros. Él está seguro que en cuanto pueda obtener su legalización necesaria, por fin podrá pagarle al país con hechos y logros positivos.

Pedro Noé Hernández, de origen salvadoreño, obtuvo su licenciatura de biología en CSUN en el 2010. Después de comprobar que asistir a la facultad de odontología en EE.UU. sería imposible, decidió viajar al país natal de su madre, México, para perseguir su sueño ahí: ser dentista. Orgullosamente, él cuenta cómo lo está logrando, y este otoño comenzó su tercer semestre en la facultad de odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México.

La historia de Nancy Landa forma parte de la generación pionera de dreamers. Ella abrió brecha al ser una de las primeras generaciones en poder asistir a la universidad en California gracias la ley AB 540 que les permitió pagar colegiatura como una residente del estado. Esta generación, ya sea por la edad (mayores de 30) o por otras circunstancias, no podrán beneficiarse de DACA. Sin embargo, lo que más le pesa a Landa es saber que no puede regresar al país por 10 años. Y por ello le escribe una carta al presidente Obama pidiéndole una reforma migratoria amplia y humana.


Tags:  AB540 CSUN DACA diferidos desplazados y deportados Dream Act estudiantes indoucumentados Juan Quevedo Los Otros Dreamers Nancy Landa Pedro Noé Hernández Tijuana UNAM

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