En mi caso, me he dejado llevar por las redes sociales hasta el punto de no querer seguir o dudar de mí.
Por TATIS IOLANI
EL NUEVO SOL
La mayoría de las personas usualmente dudan de ellos mismos. Más ahora que tenemos el internet y las redes sociales que dan acceso a las vidas personales de gente conocidas que aparece o hasta de nuestros mismos seguidores. Allí también vemos como al meternos al mundo de las redes arruina nuestra salud mental al ver los logros que nuestros compañeros tienen. Todos tenemos un sueño o una meta que quisiéramos alcanzar, pero que se ve tan lejana. Se siente una impotencia al ver a otros conseguir el trabajo que tu deseas tanto tener. Hay un punto donde solicitas a tantos trabajos que sientes frustración al ver que nadie te ha elegido y olvidas de lo que ya has logrado. Eso me sigue pasando a mí, aunque ya he tenido varios logros aun siendo una estudiante.
Por ejemplo, empiezas a crear situaciones como, “quizás no soy bueno para esto” o “ni para que solicitar más, si nadie me va a contratar.” Es muy fácil darse por vencida y al momento que lo hacemos, dejamos de buscar oportunidades que lastiman nuestra autoestima. De acuerdo a La Institución Nacional de Salud, el 10% de adolescentes piensan que alcanzaron un estilo de vida perfecto al imitar a otros tras las redes sociales. En mi caso, me he dejado llevar por las redes sociales hasta el punto de no querer seguir o dudar de mí. El día que aprendí que no debo de dudar en mí trabajo fue en el 2019. En mi último semestre tomé una clase de radio y en ese tiempo mi grupo favorito iba a estar en concierto. Mi profesor me dejó buscar la manera de conseguir una entrevista. Encontré la disquera del grupo y mandé varios correros electrónicos la semana antes del concierto. Pasaron varios días de revisar mi correo electrónico y no recibir nada. Al ver esto, decidí ir al dentista y sugirieron sacarme dos muelas del juicio. Llegó la semana del concierto y aun no escuchaba nada. Me sentí mal, pero mi hermana, quien siempre me motiva a seguir me dijo: “no te preocupes, aun no te tocaba.”
El día antes del evento, decidí revisar mi correo por última vez a ver si había un milagro de que me contestaran. Por suerte, la publicista me contactó y me concedió la entrevista con mi grupo favorito. Le compartí la noticia solo con mi familia y estaban muy emocionados. Llegó el día del concierto, y aun tenía la mejilla hinchada. Me llevaron detrás de los escenarios y empecé mi entrevista. Por fin, unos de mis sueños se cumplieron. Las redes sociales pueden afectarnos de diferente manera. De acuerdo a CNN, algunos pasos que padres pueden utilizar para ayudar a los adolescentes son a evaluar el uso que hacen de las redes sociales, preguntar como les está sirviendo el uso de las redes sociales, animar a los adolescentes a identificar los cambios que desean, y enumerar y comprometerse con los pasos necesarios para conseguirlo. Como todo, hay que también moderar como usar las redes sociales.
Aprendí que todo llega a su tiempo, a no compartir mis metas con nadie más hasta que se cumplan y a compararme a lo que hay en las redes. Unos meses después de mi primera entrevista, conseguí otras con artistas que yo he admirado. Pasó un tiempo y conseguí un trabajo donde entreviste a artistas más reconocidos como Becky G, Grupo Firme, Farruko, y más. Me salí de mi zona de confort y tuve mi primera entrevista en la alfombra roja de un evento donde los mismos artistas pensaron que tenía años entrevistando. En un reciente evento, fue la única Latina en atender el lanzamiento de maquillaje de la actriz Peyton List donde también se me cumplió mí sueño de ser fotógrafa y entrevistar. Habrá personas que te apoyen, y en mi caso, es mi hermana quien creo las tres ‘P’, paciencia, persistencia, y oración (prayer). Le prometí llevarla a eventos conmigo y lo he cumplido las veces que pueda. Recuerda que no todo lo que se ve en las redes es real. Nunca sabes por lo que realmente está pasando la persona detrás de la pantalla. Lo que importa es que tu estes feliz con tus logros y no con lo que piensen los demás. Solo tú sabes que obstáculos tienes en el camino.
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