En general, es muy difícil perder a un padre, pero es mucho más difícil perder a uno cuando aun eres menor de edad.
Por LILIANA RAMÍREZ
EL NUEVO SOL
Una persona pasa por muchas emociones y momentos que tal vez pueda marcar su vida para lo bueno o para lo malo. Yo pasé por algo muy difícil en el año 2013 que nunca jamás pensé que me podría suceder. Desafortunadamente, a los 16 años yo perdí a mi papá. Fue un capítulo en mi vida muy triste que no se lo deseo a nadie.
Mi padre se llamaba Pedro Ramírez y él fue una persona muy importante en mi vida. Él murió por complicaciones de enfermedades que tenía. Mi papá me enseñó que todo se puede en esta vida. Cuando era más chica, yo quería ser actriz, modelo y reportera. Mis padres me inscribieron a unas clases de actuación y modelaje a los 13 años. Él siempre me decía “Mija, Querer es Poder, si te propones hacer algo, sí lo lograras”. Esas palabras siempre las llevo en mi corazón y por el estoy haciendo el esfuerzo en graduarme para ser una gran reportera.
En general, es muy difícil perder a un padre, pero es mucho más difícil perder a uno cuando aun eres menor de edad. Yo aun estaba en la prepa estudiando. Yo pienso que uno siempre tiene que seguir sus sentimientos. El día que mi padre murió, yo medio presentía que algo iba a pasar. Ese día, me levanté temprano para arreglarme para ir a la escuela y algo me decía que no fuera. Pero yo ni le hice caso a mis sentimientos, sí fui a la escuela. Después de la escuela esperé que llegara mi hermana para ir a visitar a mi papá. Cuando iba llegando al cuarto, en el pasillo divisé al doctor pasar. Él apenas lo había pronunciado a mi querido padre muerto. No lo podía creer, que por tan solo unos cuantos segundos, o un minuto, yo pudiera despedirme de mi padre. Yo me quedé en shock y no tuve una reacción drástica en comparación con mi hermana que gritó al cielo. Yo lo tomé más calmada y me refugié en la música.
Mi madre y la música en realidad me salvaron de la depresión y de todo. No todos los niños superan la muerte de un padre tan fácil. Hay muchos que se refugian en la droga, el vicio y andan en malos pasos por la depresión. Yo pienso que es muy recomendable que uno vea a un terapista o un psicólogo para que los puedan ayudar a superar a una muerte. De acuerdo con el capítulo “Bereavement: Reactions, Consequences, and Care” de un libro sobre duelo publicado por los Institutos de Salud, 5 por ciento de los niños sufren de la muerte de un familiar directo. 1.5 millones de niños pierden a uno o dos de sus padres a la edad de 15 años. Hay muchos servicios que uno puede obtener para poder superar el dolor de una muerte. Si uno está en el Distrito Escolar de Los Ángeles, se puede obtener ayuda. El distrito ofrece ayuda gratis y recursos en español. También hay un programa que se llama “Alianza Nacional Para Niños de Duelo” donde te uno puede buscar sitios que ofrecen servicios de terapia en tu estado y ciudad.
La lección es que uno no se tiene que deprimir o caer cuando algo malo les pasa en la vida. Uno siempre tiene que sobrevivir y levantarse de los golpes que nos da la vida. Uno tiene que salir adelante y hacer lo que uno se proponga a ser para ser exitoso. Todo lo que yo hago es en honor a mi padre. Desde el cielo, él me va ver que sí logré lo que me propuse hacer y que también me verá en la tele desde donde él esté.
Hola, mi nombre es Liliana Ramírez y yo nací en Los Ángeles. Soy hija de dos mexicanos que emigraron a Estados Unidos para obtener una vida mejor. Estoy agradecida de mis padres. Yo voy a ser una gran reportera en el futuro. Me encanta informar a la gente de lo que está pasando localmente. También, me encanta ir de compras cuando tengo tiempo libre.
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