Recuerdo haberle gritado en inglés: “¡Dad! Dad! Wake up! Stay with me dad stay with me!” Y mi papá no respondía.
Por LUIS ZUÑIGA
EL NUEVO SOL
Parecía un fin de semana como cualquier otro, pero ese sábado 28 de enero del 2017, se convirtió en el día en el cual me llevé el susto más grande de mi vida porque mi papá estuvo cerca de morir.
Cada fin de semana, mis padres y yo nos juntábamos en familia en la casa del hermano de mi papá. Hacíamos carne asada, camarones, ceviche, pollo o cueritos mientras disfrutamos con unas bebidas.
Mis padres siempre han sido personas responsables a la hora de tomar. Si van a tomar una bebida alcohólica, no vuelven a tocar el volante de un carro hasta el siguiente día, y ese día no fue la excepción.
Tomamos un taxi hacia la casa de mi tío porque sabíamos que no íbamos a poder manejar después de tomar unas cervezas.
Después de 5 horas de platicar, tomar, y disfrutar de unos cueritos, se hicieron las 11 de la noche y ya era hora que regresáramos a casa. Nos despedimos de la familia y nos íbamos bajando por las escaleras, porque el novio de mi prima nos estaba esperando para llevarnos a casa.
En este momento casi pierdo a mi padre.
Yo y mi mamá íbamos platicando mientras mi papá caminaba enfrente de nosotros. Siempre teníamos la costumbre de que cuando llegábamos a las escaleras, me esperaban para que les ayudará a bajarse y no se cayeran.
Este día mi papá no me esperó. Se adelantó y se cayó 9 escalones hacia abajo. Mi primer instinto fue tirarme atrás de él para tratar de alcanzarlo.
En el proceso, caí de rodillas y comencé a sangrar, pero en ese momento lo único que me importaba era la salud de mi papá.
Aún recuerdo la manera en la cual su cuerpo iba rodando por las escaleras, y el sonido del golpe que se dio en la cabeza cuando cayó al piso.
Recuerdo haberle gritado en inglés: “¡Dad! Dad! Wake up! Stay with me dad stay with me!” Y mi papá no respondía.
Yo miraba la sangre que le escurría de la parte de atrás de su cabeza. Después de varios intentos, logré despertarlo. Se notaba que estaba desorientado, pero estaba vivo.
Después de que llegó el 9-1-1, recuerdo haberle pedido a Dios que estuviera bien.
Por suerte solo se fracturó un hueso en la espalda y recibió unas puntadas en su cabeza. El doctor nos dijo que estuvo cerca de quebrarse un hueso que lo habría dejado paralizado.
Yo creo que millones de personas alrededor del mundo se pueden identificar con esta historia porque tal vez ellos han tenido un accidente o conocen a alguien que tuvo un accidente cuando estaban tomados.
Esta situación me enseñó a cuidar a mis padres más y a tener más cuidado con alguien que esté intoxicado. De acuerdo con un informe de Institutos Nacionales de la Salud, el alcohol produce aproximadamente 88.000 muertes por año en los Estados Unidos.
Por suerte, mi papá se recuperó completamente de este accidente, pero hay miles de personas quienes desafortunadamente han tenido diferentes resultados.
Sin embargo si usted o alguien que conocen necesitan información sobre el alcohol, hay organizaciones y sitios como MedlinePlus y el CDC quienes ofrecen información gratuita sobre los riesgos del consumo del alcohol.
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