Me encanta la gente, me encanta entretener y me gustaría ser alguien influente. Trato de mantener una actitud positiva porque al final, pase lo que pase, voy a ser una persona estudiada, algo que nadie me puede quitar.
Por AURABELLA HERNÁNDEZ
EL NUEVO SOL
A los 17 años de edad, empecé mis estudios en la Universidad del Estado de California en Northridge (CSUN). No sabía exactamente lo que quería estudiar, aun se me hacía grandísima la idea de que tenía que planear y escoger todo un futuro siendo tan joven. Estaba a punto de declarar mi carrera de cine, televisión y artes visuales pero después de tomar unas cuantas clases, cambié de opinión.
Siempre me han encantado el baile, el arte, la actuación, el canto, la escritura y muchas otras cosas. Por eso se me hacía tan difícil elegir mi carrera. Siempre me he sentido mediocre porque hago muchas cosas al mismo tiempo, sin poder perfeccionar una especialidad. Pero como dice mi padre: “tienes que saber un poco de todo para que nadie te haga mensa”.
Me empezaron a fascinar las noticias de televisión y decidí declarar mi carrera en periodismo. Después de tomar solo una clase, me enamore. Me gustaba la idea de poder expresarme libremente y de que otra gente iba a darse cuenta de cosas que a lo mejor no sabían antes de mis reportajes o artículos. Me gustan las noticias de política, entretenimiento, salud y casi de todo lo demás.
Pero había un problema, o dos. Igual como me estaba enamorando del periodismo, empecé a desanimarme por unos profesores, el sistema escolar y otras cosas. Muchas personas que han tenido experiencia en el periodismo hablan de apenas tener suficiente dinero para sobrevivir los primero años de trabajar como periodistas.
Hasta me causa miedo de tantas veces que lo he escuchado. Tampoco sé si estoy lista para dejar a toda mi familia y mis costumbres para ir a quizás otro estado totalmente diferente a lo que estoy acostumbrada para obtener trabajo. No me gusta que muchos critiquen a los periodistas porque creen que no hablan de lo que la gente debe saber, pero en realidad no todo lo que los periodistas quieren decir sale al aire. Hay lugares donde es puro negocio y política.
Así como hay cosas que no me gustan, también hay cosas que me encantan. Para mí, es muy importante tener una licenciatura. Aunque no consiga trabajó en algo relacionada con el título, va a valer la pena y va ser más fácil conseguir trabajo con un título universitario. Un estudio del Centro Pew demuestra que es mejor obtener un título de la universidad comparado con nada más graduarte de la preparatoria. La tasa de desempleo para personas con una licenciatura es 3.8 por ciento y para personas que solo se graduaran de la preparatoria es 12.2 por ciento. El estudio enseña que tiene mucho beneficio tener una licenciatura pero también importa el área en la que uno estudia.
Estadísticas del Departamento de Trabajo indican que la media salarial de los periodistas era de $37,200 dólares por año en 2014 y que se estima los trabajos en periodismo declinarían 9 por ciento de 2014 a 2024.
Para mí, es un sueño poder ser alguien “grande” en el mundo del periodismo, pero también tengo otros sueños que son así o más grandes que ese. Pero parece que estoy odiando lo que amo hacer, suena raro pero creo que no soy la única. He escuchado de muchos estudiantes con similares historias. También sé que hay mucha gente que no está trabajando en algo que tenga que ver con sus licenciaturas. Se supone que vamos a la escuela para mejorar nuestras vidas, y para ganar mucho más dinero que el mínimo, pero todavía está ese porcentaje que no llega hacer lo que desean.
Me encanta la gente, me encanta entretener y me gustaría ser alguien influente. Trato de mantener una actitud positiva porque al final, pase lo que pase, voy a ser una persona estudiada, algo que nadie me puede quitar.
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