“Yo misma comencé a trabajar desde los 16 años”, dice Reyna Orellana, una estudiante-investigadora y una de las coordinadoras del proyecto #YOUNGWORKER. “Trabajé en un comercio y en la comida rápida, y por eso quise investigar qué es lo que estaba ocurriendo”.
Por JOSÉ ANTONIO ROMERO
EL NUEVO SOL
El modelo tradicional de la investigación social consiste de un investigador que estudia de manera supuestamente objetiva e imparcial un fenómeno social. En ese modelo, el investigador decide, con base en ciertas teorías y metodología científicas, cómo llevar a cabo su investigación. Un modelo alternativo y participativo consiste en que el investigador, junto con las personas que son supuestamente “investigadas”, decidan en conjunto cómo llevar a cabo la investigación, usando también teorías y metodologías científicas.
Un equipo del Centro Laboral de UCLA, compuesto por estudiantes de la universidad y las profesoras Janna Shadduck-Hernández y Saba Waheed, planificaron este tipo de investigación científica participativa para documentar y diseminar las experiencias de los trabajadores jóvenes de Los Ángeles empleados en industrias de bajo ingreso como los restaurantes, el comercio al menudeo, los supermercados, los servicios de salud, las servicios hoteleros o de salud y los servicios al cliente.
El equipo de investigación, compuesto por las dos profesoras, más de doce estudiantes-investigadores y un equipo de más de veinte encuestadores e investigadores de campo, trabajó por más de un año en producir el informe titulado I am a #YOUNGWORKER. Retail and Restaurant Workers in Los Angeles (Yo soy un #TRABAJADORJOVEN. Trabajadores de comercio al menudeo y restaurantes en Los Ángeles).
“Hemos estado haciendo investigación por muchos años en estas industrias de bajo ingreso como la de costura, conserjes, jornaleros y trabajadoras domésticas”, dice la profesora Janna Shadduck acerca del Centro Laboral. “Nuestro enfoque principal es sobre cuestiones laborales, cuestiones de empleo, trabajadores de bajo ingreso y la integración de la comunidad inmigrante”.Por ello, explica Shadduck, los investigadores asociados al Centro Laboral buscan constantemente proyectos relevantes para los trabajadores.
“En verano, siempre ofrecemos a los estudiantes seis semanas de un curso intensivo donde pueden aprender metodologías de la investigación aplicada, sea cuantitativa o cualitativa, y que tengan la oportunidades de trabajar con comunidades de trabajadores, como un centro de trabajo, un sindicato o una organización comunitaria”, agrega Shadduck.
La diferencia en el verano de 2014 fue que los jóvenes investigadores estudiarían a otros jóvenes trabajadores que han pasado por experiencias similares. Tal es el caso de la estudiante de UCLA Reyna Orellana, quien participó en el proyecto como una de las coordinadoras.
“Yo misma comencé a trabajar desde los 16 años”, dice Orellana de sus primeras experiencias laborales. “Trabajé en un comercio y en la comida rápida, y por eso quise investigar qué es lo que estaba ocurriendo”.
La idea del estudio fue fraguada en el verano del 2014, cuando las profesoras propusieron hacer un trabajo investigativo del cual los estudiantes de UCLA formaran parte y conocieran de casos de personas como ellos. Los universitarios recibieron crédito por ser parte de curso de investigación y algunos que se graduaron fue contratados para seguir con el trabajo investigativo.
“Empecé como trabajadora estudiantil al mando de Jana”, dice Orellana. “Había tomado la clase con ella en la primavera y ella mencionó sobre la pasantía que iba a comenzar en el verano [de 2014] con el tema de los trabajadores jóvenes”.
El equipo de investigadores llevó a cabo páneles de discusión con jóvenes trabajadores y encuestas de trabajadores en paradas de autobuses, en colegios comunitarios y en establecimientos frecuentados por jóvenes. Al final del proceso, los estudiantes-investigadores encuestaron 550 participantes e hicieron entrevistas a profundidad con otros 30.Los resultados del estudio fueron agrupados en tres ejes temáticos que contradicen la percepción estereotipada de la sociedad acerca de los jóvenes trabajadores: (1) los jóvenes trabajan primordialmente para sobrevivir y no para divertirse, (2) los jóvenes hacen malabares para cumplir horarios de trabajo impredecibles y (3) los jóvenes enfrentan condiciones de trabajo difíciles.
De acuerdo con el estudio, 48 por ciento de los trabajadores jóvenes aportan ayuda financiera a sus familias y sólo uno por ciento usa su dinero exclusivamente para actividades recreativas.
Entre los problemas más comunes es un hecho que los salarios son paupérrimos y los sueldos no alcanzan para sobrellevar los gastos. Ergo, el 72 por ciento de los jóvenes busca más horas en su empleo para poder pagar sus gastos, pero enfrentan horarios impredecibles y en muchos casos los jóvenes están literalmente ya sea haciendo guardia cotidiana, esperando a ser llamados, o animados a trabajar por más horas sin la remuneración que la ley indica.
Además de la encuestas y las entrevistas, los estudiantes también desarrollaron una plataforma multimedia con videos animados, galerías de fotos y perfiles de trabajadores jóvenes que detallan la investigación y educan a las personas que no tienen conocimientos sobre sus derechos.
Estreno de video I am a #YoungWorker from El Nuevo Sol on Vimeo.
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