Sylvia Cornejo comparte que ella tomaba pastillas para hipertensión y después de estar en el programa por cinco meses, el doctor le dijo que estaba muy saludable. “Antes iba al doctor cada tres meses”, dice. “Ahora no tan seguido. El doctor me quitó las pastillas de la presión. Eso me dio mucho gusto”.
Por BRISEIDA HOLGUÍN
EL NUEVO SOL
Sylvia Cornejo, una mujer de la tercera edad, está feliz porque en marzo de 2015 cumplirá un año desde que formó parte del programa Cien Ciudadanos. Cornejo se enteró del programa una mañana mientras ella caminaba en el parque El Cariso, en donde conoció a la coordinadora del programa Jhennylyn Rivera. Rivera la invito al programa, y sin rechazar la oferta, Cornejo aceptó y empezó la siguiente semana.
Antes de ser parte del programa, Cornejo dice que ella casualmente caminaba, pero no hacia ejerció como el que hace hoy. Y desde que ha formado parte del programa, se siente mejor que nunca. Está feliz y describe como se siente ahora:
“Me sentido muy bien, muy liviana, muy móvil, nada se me hace difícil, todo lo puedo hacer”, dice. “Agacharme y sentarme en diferentes maneras lo pude hacer y por eso estoy feliz, porque me siento muy liviana”.
Cornejo comparte que ella tomaba pastillas para hipertensión y después de estar en el programa por cinco meses, el doctor le dijo que estaba muy saludable.
“Antes iba al doctor cada tres meses”, dice. “Ahora no tan seguido. El doctor me quitó las pastillas de la presión. Eso me dio mucho gusto”.
Y aunque Cornejo habla español, dice que eso no le impide intentar los ejercicios: “Me las ingenio, si no me entienden trato de que me entiendan. Todo se puede”
Cornejo sintió tanto entusiasmo por el programa que invitó a Sofía Naranjo, sin conocerla, a que se uniera con ella un día que la vio sentada en el parque. Y desde entonces, las dos se han convertido en amigas. Ellas se motivan a cuidar su salud. Las dos se motivan a cada una porque no tienen a sus familiares acompañándolas en el programa. Naranjo mira a Cornejo y la describe:
“Ella es bien alegare, nos motiva y nos hace reír”, dice Naranjo. Rápidamente se nota como las dos agradecen su amistad.
Cornejo comparte cómo ella ha invitado a su esposo a que la acompañe en las mañanas, pero que a él no le interesa. A veces, su esposo le dice que no vaya, pero Cornejo dice:
“No no no, yo sigo. Aunque esté nublado, yo voy”. Dice que le interesa su salud y que ahora en su vida es tiempo de dedicarse tiempo a ella misma. A pesar de que no tiene el apoyo de su marido, eso no le quita las ganas de seguir atendiendo el programa cada lunes y miércoles por la mañana.
Así como Naranjo describe a Cornejo, la entrenadora Rivera dice algo similar.
“Sylvia [Cornejo] es una persona muy chistosa”, dice “es muy feliz”. Rivera dice que al principio Cornejo respiraba muy fuerte cuando hacía sus ejercicios, pero ahora pude hacer los ejercicios sin modificaciones. “Sylvia está lista para moverse a el segundo nivel de clases, el cual es más avanzado, pero le gusta estafen el grupo básico de Vamos a Movernos”.
Cornejo dice que su alimentación también ha cambiando. “Ya casi no como carne.” Ha tratado de implementar alimentación saludadle no solo para ella sino también para su esposo. Pero es difícil porque a él le encanta la carne de puerco. Cornejo confiesa que sí le dan tentaciones, pero ella intenta mantenerse alejada y seguir su alimentación saludable.
Cornejo es consciente de que uno debe mantenerse activa y cuidarse. Por eso, se motiva a ser parte del programa. Dice que la razón más importante para ir al programa no es su imagen sino su salud.
“Tener salud es lo que quiero, no es vanidad lo que me interesa”, finaliza.
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