Por: VIRGINIA BULACIO
EL NUEVO SOL
“El ser bicultural te abre un panorama enorme porque te da una amplitud de conocimientos y de expresión que otros no lo tienen” explica la profesora Alcira Gentili Jurjo, quien se incoporó a la plantilla docente después de participar como madre de uno de los estudiantes.
Alcira Genil, maestra de primer grado se vino de Argentina hace 20 años atrás con su familia. Cuando llegaron a Los Ángeles, Alcira decidió que su hijo mayor continuaría con sus estudios, pero que también sería parte de este proyecto para mantener no sólo su idioma, sino también su cultura. “Lo empecé a llevar a mi hijo más grande porque no quería que pierda sus raíces, sus culturas, quería que conservara todas sus tradiciones”, señala.
Alcira demostró vocación y ganas de continuar con su trabajo como maestra. Después de participar en esta comunidad escolar, decidió involucrarse como maestra de primer grado de la Escuela Argentina de Los Angeles, experiencia que ya había tenido en su país natal. Como docente, sábado a sábado, se enfrenta al reto de eseñar en español a niños y niñas biligües. “Vivo haciendo mímicas o muecas para que ellos [los alumnos y alumnas] entiendan”, explica. “En el último de los casos siempre hay un compañero que le va a decir una palabra en inglés que es la palabra frase para que ellos se den cuentan.”