Eder Díaz, estudiante de periodismo, se decepcionó cuando se dio cuenta que la proposición 8 pasó.

Se oyeron campanas hace cinco meses en California cuando, por primera vez, las personas del mismo sexo tuvieron la libertad de demostrar su amor al unirse en matrimonio. Sin embargo, en las pasadas elecciones de noviembre, un 52 por ciento de votos a favor de la proposición 8 tiró por la ventana la esperanza de muchos homosexuales, entre ellos, Eder Díaz de 23 años.

“A mí casi nunca me ha importado la política, pero esta vez fue un golpe muy personal”, afirmó el estudiante de periodismo de CSUN respecto al triunfo del SI sobre la proposición 8. Díaz nació en Aguas Calientes, México, y sostiene que desde que tiene uso de razón, él siempre ha conciente de su condición sexual. Cuando vivía en México solía guardar las apariencias y pretendía ser heterosexual relacionándose con mujeres e incluso teniendo novias, básicamente para que su padre no se llegara a enterar. “Era algo que jamás le iba a decir a nadie, algo que me lo iba a llevar a la tumba”, afirmó.

En un tiempo confuso y gris, Díaz decidió tomar terapias, e incluso hablar con tres sacerdotes para poder llegar a un balance en su vida religiosa y homosexual. Fue una visión personal y algo que tuvo que trabajar interiormente: “Toda mi vida me preparé para el rechazo,” señaló. Sin embargo, creció una valentía en él para finalmente revelar su secreto, y ya hace tres anos que salió del closet. Díaz se cree afortunado, pues comparado con otras historias, su experiencia no fue difícil al contárselo a su familia y amigos.

La primera persona en saber la verdad fue su papá, y a pesar de que él era una persona muy machista, lo tomó serenamente: “Pensé que me iba a matar, y llevarme a misa para que me sacaran el diablo”, señaló Díaz. Después de una plática que duró hora y media, su papá le dijo que lo quería de cualquier forma, y que un verdadero hombre, es hombre por su respeto y sinceridad.

Hasta ahora Díaz no había llegado a sentir ese rechazo que temía. Ese rechazo que ahora se ha hecho evidente al demostrarse una mayoría a favor de la imposición que proviene de la proposición 8. Según ésta, el Estado de California sólo reconoce como matrimonio a la unión oficial entre un hombre y una mujer. Quienes no están a favor de esta proposición sostienen que ésta no es más que un acto de discriminación ante los derechos de las persons que tienen otras preferencias sexuales.

La importancia de esta proposición se ha hecho evidente en la inversión que ha supuesto la campaña mediática montada alrededor. Según un artículo de la revista, ésta ha sido la segunda campaña más cara en el país, después de la propia campaña presidencial. Y además ha sido la más controversial. De entre la votación de las minorías étnicas del país, fue destacada la votación de los latinoamericanos, que entregó el 52 por ciento de sus votos a favor de esta proposición, por encima de los votos de afroamericanos y asiáticos.

“Sentí que me andaban atacando”, expresó Díaz. Pero, él tuvo el apoyo de su familia, que como otras personas sin ser homosexuales vieron esta propuesta injusta y votaron no a la proposición 8. “Me dió gusto porque cambié algunas mentes, no al mundo… pero algunas cabezas, y eso ya es ganancia”.

Para Gina Masequesmay, profesora de estudios asiáticos y homosexuales en CSUN, la proposición 8 es muy similar a las leyes del pasado, donde la supremacía anglosajona usa la Biblia y los pseudos-científicos como referencia. Masequesmay, explicó que en el siglo XX se inventaron leyes contra el matrimonio de parejas que fueran interraciales, “porque no era natural mezclar las razas”. En nuestros días, en pleno siglo XXI, la proposición 8 concibe inapropiado el matrimonio entre parejas del mismo sexo, simplemente basándose en que “lo normal es la relación heterosexual”.

“La supremacía blanca y la heterosexualidad usan la Biblia y los pseudos- científicos para apoyar su posición que bloquea a un grupo, a una minoría de gente que quiere alcanzar la felicidad”, opinó Masequesmay. Otra gente, igual como ella, opinan que la heterosexualidad es una manera de separar a la gente y hacerla sentir inferior. “Nosotros deberíamos aspirar a ser una humanidad que valora el amor y la aceptación”, comentó.

Sin embargo, del otro lado de la moneda, existen personas como el Pastor Luís Lara que tienen una opinión bien distinta: “Como Pastor no los ataco. Aunque no estoy de acuerdo con su estilo de vida según lo establecido por Dios en la Biblia. Simplemente digo que busquen su espacio de vida sin obligar a la gente a que acepte lo que ellos viven”.

Lara explica que si estas personas tienen diferente preferencias sexuales, la sociedad en general, aunque no este de acuerdo, los respeta. El piensa que estas personas homosexuales se están casando por conveniencia económica, para poder incluirse en los beneficios de trabajo, médicos, etc. “En cuanto a querer revertir el resultado de las votaciones donde la propuesta 8 ganó, estas personas junto a los jueces que les están siguiendo el juego están declarando que no les importa los votos de la gente. Lo que les importa es que se acepte lo que ellos quieren”, opinó.

“Si decidieran anular el triunfo de la propuesta 8, se daría un mensaje a la nación: ‘No votes porque tu voto no vale.’ Los jueces están muy por encima de la constitución que dice que la voluntad del pueblo al votar debe respetarse”, Lara concluyó.

Díaz explicó que la corte volverá a intentar sacar la propuesta, o tal vez estará lista en unos cuatro años y, por eso, no se debe perder la esperanza. “Así como siempre van a ver dos lados en una moneda, siempre va a ganar un no o un sí en una propuesta,. Lo necesario para ganar y hacer un cambio son votos, son voces. Tal vez así una minoría puede ser la mayoría”.