Por ALONSO YÁÑEZ
EL NUEVO SOL

Para estudiantes como Lizbeth, obtener una educación superior es una meta tan importante que están dispuestas a hacer un esfuerzo admirable con tal de poder pagar la universidad. Ella, una estudiante AB 540, además de trabajar a tiempo completo en un restaurante es una estudiante ejemplar que se levanta a las 5 a.m., y toma tres buses desde Inglewood para poder llegar a clases.

“Nadie nos ha regalado nada”, dice Lizbeth, quien cursa el último año en la carrera de Estudios Chicanos. “Hemos tenido que luchar durísimo para tener lo que tenemos. Estamos donde estamos por nuestro esfuerzo”.

Lizbeth, que piensa estudiar leyes y especializarse en derechos humanos o migración después de graduarse, llegó a Estados Unidos a mediados de 1998.

A diferencia de los recuerdos escolares que tiene de su Oaxaca natal, en los que estaba acostumbrada a participar en distintas actividades, sus años en la preparatoria en Estados Unidos los compara con volverse “una tortuguita, porque me puse un caparazón para que no me dañaran y no sufrir tanto la transición de adaptarme a este país”.

“Obviamente, por mi situación migratoria me tenía que quedar más calladita para no atraer la atención”, agregó Lizbeth.

Después de graduarse de la Preparatoria Venice, decidió cumplir sus metas académicas y fue a averiguar sobre la posibilidad de registrarse en el Colegio de Santa Monica. Tras un frustrante comienzo en el que ningún trabajador de la oficina de admisiones logró asesorarla adecuadamente, tuvo la suerte de conversar con una consejera familiarizada con la legislación AB 540.

“La falta de información es lo que más nos afecta a los estudiantes indocumentados. El personal de la universidad no está muy enterado de cómo nos pueden ayudar. Hay que educar a profesores y al resto de facultad en las universidades.”

Justamente un grupo de personas busca cambiar esta situación y trabajan arduamente para mejorar el acceso de estudiantes indocumentados a una educación mayor.

A pesar de que han pasado casi diez años desde que el Fondo Salvadoreñoamericano de Liderazgo y Educación (SALEF), ofrece becas a estudiantes AB 540, todavía hay muchas cosas por mejorar que afectan a la comunidad latina.

“AB 540 es sólo un comienzo”, dijo Mayra Soriano, directora de desarrollo de SALEF. “Aunque rebaja un poco los costos de estudios para estudiantes indocumentados, no les da la oportunidad para recibir alguna ayuda financiera.”

“Justo terminé una presentación con consejeros para poder ayudar a los muchachos. No son sólo los muchachos que tienen que saber de esto, sino también los consejeros y profesores que trabajan con ellos”, añadió.

Actualmente SALEF, conjuntamente con otras organizaciones, está impulsando la propuesta de ley California Dream Act, propuesta por el senador Gilbert Cedillo. Ésta legislación permitiría a estudiantes tener acceso a distintos tipos de ayuda financiera.

“El California Dream Act beneficiaría a estudiantes AB540 porque propone que puedan acceder a Calgrants o poder obtener préstamos.”, comentó Ana Grande, directora del programa de juventud y consejería en SALEF.

Aunque el California Dream Act fue rechazado el año pasado, ha sido reintroducido este año y está siendo actualmente debatido en el senado estatal. Si es que es aprobado por el senado pasaría a la oficina del gobernador Schwarzenegger para su aprobación final.

Es importante resaltar que este año casi tres millones de estudiantes se graduarán de escuelas preparatorias en Estados Unidos, de los cuales 60,000 no tendrán la posibilidad de continuar sus estudios, no por falta de motivación, sino por su estatus migratorio.

“Los estudiantes AB 540 no se deben dar por vencidos”, dijo Grande. “También deben unirse con otros estudiantes aunque no sean AB 540 porque en la unión está la fuerza.”

Aparte de los típicos obstáculos legislativos, uno de los principales problemas que aquejan a los estudiantes AB 540 es que muchos de ellos creen que no tienen la posibilidad de entrar a universidades.

“Una de las principales dificultades que afrontan los estudiantes AB 540 es no saber que hay grupos dentro de la comunidad que prestan ayuda a estudiantes de este tipo”, comentó Grande.

“Muchos no saben que tienen el derecho de entrar a universidades como cualquier otro residente”, agregó.

Respecto al tema, Soriano comentó que SALEF está trabajando arduamente para terminar con la ignorancia sobre los beneficios disponibles a estudiantes indocumentados y las limitaciones que los afectan.

“Nosotros hacemos talleres y actividades relacionadas con educación, trabajando con padres y estudiantes”, dijo Soriano.

Asimismo, Soriano resaltó que a pesar de que los estudiantes AB 540 pagan $20 por unidad, como residentes, la falta de recursos financieros sigue siendo el problema más grande para ellos.

“Aún así el costo de los libros es demasiado para estudiantes que no pueden trabajar porque no tienen la residencia y que son hijos de padres de bajos ingresos”, comentó Soriano acerca de los problemas que impiden a estudiantes indocumentados continuar con su educación.

Lamentablemente los problemas para los estudiantes AB 540 no terminan con la ceremonia de graduación.

“Esta ley no ayuda a estudiantes indocumentados a llegar a su meta de poder trabajar en la carrera de la que se graduaron”, comentó Lizbeth.

“Es irónico que nos den la oportunidad de estudiar y de seguir soñando pero al final del camino nos cierran la puerta en las narices”, agregó.

Desde que SALEF comenzó a ofrecer becas en 1998, el número de estudiantes beneficiados se ha incrementado. A comparación de los seis estudiantes que obtuvieron becas en 1998, ahora SALEF ayuda a más de 50. Además, en el año 2000 se estableció un fondo para brindarles ayuda adicional proporcionando becas de cuatro años.

“La mayoría de los estudiantes AB 540 tenemos que trabajar para poder pagar la colegiatura”, añadió Lizbeth.

“Al trabajar, a veces descuidamos un poco nuestros estudios. Por eso necesitamos becas que nos ayuden a pagar la colegiatura para poder enfocarnos más en estudiar”.

“Hay falta de información por parte de los legisladores. No se educan acerca del impacto que los inmigrantes tenemos en este país. No ven que si nos dejan estudiar y trabajar, vamos a aportar más”, concluyó Lizbeth.

Para más información sobre las becas de SALEF, visite: www.salef.org


Tags:  Ana Grande Mayra Soriano SALEF

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