Por ANDREA PEÑA REYES
EL NUEVO SOL
Para muchos inmigrantes, la comida es una de las principales cosas que les ayuda mantener su conexión con su país de origen.
Para algunos países latinoamericanos, hay restaurantes alrededor de Los Ángeles. Pero para hondureños, solo hay algunos restaurantes en el valle de San Fernando.
Johanna Reyes es la dueña y chef de Semitas Katrachas, un restaurante hondureño en la ciudad de Arleta. Reyes nació en Olancho, Honduras, una zona rural de Honduras. Reyes recuerda cuándo sus abuelas, desde muy pequeña, le enseñaron a ayudar en la casa. Uno de sus deberes era ayudar en la cocina.
“Como dueña de mi propio restaurante, todavía no lo puedo que tengo un restaurante,” ella continúa, “es un sueño hecho realidad, gracias a Dios.”
En 2012, Reyes y su familia se mudaron a los Estados Unidos. Un amigo de su esposo Edwin Amador, fue quien los ayudó y apoyó.
“Los Estados Unidos siempre es el gran país, nuestro gran país, nuestra gran nación,” Reyes continua, “Para nosotros representa mucho, representa la economía, representa el cambio, representa la seguridad y representa las oportunidades que no tenemos en nuestros países.”
Reyes piensa que la comida y la historia hondureña todavía no son muy conocidas en Los Ángeles. Aunque hay algunos restaurantes que tienen más de 20 años en el negocio, todavía no es suficiente para que se hagan conocidos. Aunque es difícil mantener la autenticidad del sabor por la falta de ingredientes hondureños originales, Reyes dice que los clientes están satisfechos con sus platos.
“Algunos de mis clientes me han dicho ‘así lo hacia mi abuela o así lo hacia mi mamá.” Con historias así hemos logrado llegar a los sabores,” dijo Reyes.
Reyes menciona que fue una sorpresa para ellos saber qué había muchos hondureños en el valle. Uno de sus propósitos en el restaurante es hacer saber a los clientes que están en un lugar seguro.
“Muchos de nuestros clientes son hombres trabajadores. Esta podría ser su primera comida caliente del día o de la noche y quiero que se vayan a casa satisfechos y felices con este lugar”.
Desde el 2018, Los hondureños representan el grupo más grande que cruza la frontera sur de los Estados Unidos en busca de asilo. Aunque muchos de ellos están detenidos en los centros de inmigración, esperan tener la oportunidad de reiniciar sus vidas en los Estados Unidos.
“Una de mis historias favoritas de un cliente, que todavía me sorprende, es cuando me dijo que mi comida lo hizo sentir en su casa en Honduras. Creo que esa es mi misión todos los días.”
Horacio Palma es cliente de Semitas Katrachas desde hace más de dos años. Es de La Ceiba, Honduras, y se mudó a los Estados Unidos a la edad de 14 años. Dice que tener un restaurante cerca de su área lo ayuda a extrañar menos su país. Le gusta comer baleadas porque le recuerda cuando su abuela se las hacía.
“Honestamente, siento que mucha gente subestima al país. Obviamente, es público y todos saben que el país está pasando por una situación muy crítica. Pero es importante sacar el lado bueno de Honduras,” continúa, “en un país donde hay tantos latinos es importante que también se conozca a Honduras.”
Aunque Reyes dice que todavía están aprendiendo a promocionarse en las redes sociales, sus clientes han sido su mejor publicidad. Muchos de ellos les dicen que fueron recomendados. También, dice que tienen el honor de tener clientes de toda parte del mundo.
En noviembre de 2020, Honduras fue devastado por dos destructivos huracanes, Eta e Iota. La pobreza aumentó en un 10%, según el Centro Nacional de Huracanes, con personas viviendo debajo de puentes y en calles inundadas.
El restaurante Semitas Katrachas ofreció una forma para que muchos hondureños en Los Ángeles envíen ayuda como alimentos, ropa, medicinas y muchas otras cosas a los necesitados en Honduras.
“Fue increíble. Pusimos carteles y nuestros clientes empezaron a traer todo tipo de ayudas. Llenamos el lugar y fue muy especial ver como pudimos ayudar,” continúa, “Fue solo un poco en comparación con la cantidad de ayuda que
necesitaban, pero fue agradable ayudar a nuestra gente.”
Johanna Reyes y su familia esperan seguir haciendo crecer su negocio. Uno de sus futuros objetivos es hacer que la comida de Honduras sea más conocida por personas de todo el mundo en el Valle de San Fernando.