Hoy mi padre realmente está cuidando su salud y está muy feliz de tener una segunda oportunidad en la vida.
Por RICHIE QUINTERO
EL NUEVO SOL
Recién llegaba al trabajo cuando recibí la peor llamada de mi vida. Fue una llamada de mi sobrina, diciendo que mi padre estaba inconsciente y que le salía espuma de la boca. En el fondo podía escuchar a mi madre en pánico y gritando. Les dije que llamaran a los paramédicos. Se me salía el corazón y me tomó unos minutos para comprender la situación. Le informé a mi jefe lo que sucedía y le dije que tenía que irme debido esta emergencia familiar. Tomé mis cosas, me salí del trabajo y me subí al auto. A pesar de lo rápido que iba y que llegué, se sintió como el viaje más largo que he experimentado. Lo que normalmente me tomaba 45 minutos para llegar a casa de mis padres me tomó 25 minutos. Cuando llegué, mis padres ya no estaban en casa. Mi sobrina me informó que los paramédicos lo habían llevado al hospital más cercano.
Conduje inmediatamente al hospital al que llevaron a mi padre. Cuando llegué ya habían hecho estudios y determinaron que sufrió un derrame y aneurisma cerebral. Los médicos me informaron la importancia de llevarlo en avión al Centro Médico de UCLA para una cirugía de emergencia. Mi madre y yo estábamos asustados por la condición de mi padre y estábamos llorando de miedo. Mi padre era el sustento de la familia y esto significaba un duro golpe.
Avisamos a toda la familia la situación y todos vinieron a apoyarnos y a estar al pendiente de mi padre. La cirugía duró aproximadamente 8 horas y cuando se realizó la cirugía, los médicos entraron a la sala de espera para informar que la cirugía de mi padre fue un éxito, pero que tenía que permanecer en cuidados intensivos durante unas semanas. Después de tres semanas, fue dado de alta, pero tenía que iniciar rehabilitación para ayudar con su terapia cognitiva del habla y física. Rápidamente aprendimos que sufrió pérdida de memoria a corto plazo y nos dimos cuenta de que esta podría ser su nueva normalidad. Pasaron dos meses y milagrosamente mi padre se recuperó y pudo volver a su vida normal.
Hoy mi padre realmente está cuidando su salud y está muy feliz de tener una segunda oportunidad en la vida. Recuperó a pesar del susto las ganas y la fuerza para montar sus caballos, conducir su automóvil y concluir su jubilación. Para mí, fue un llamado de atención para disfrutar más a mi padre y creo que todos deberíamos tomar esta experiencia para no dar por sentado las cosas y decirles a nuestros seres queridos lo que los queremos, ya que todo puede cambiar en un segundo. Gracias a mis padres regresé a la escuela y hoy estoy cursando mi ultimo semestre. Sin ellos no lo hubiera podido hacer. Fue una segunda oportunidad para el y una gran oportunidad para mí.
El tema de un aneurisma cerebral es importante porque es un gran problema que causa efectos al cuerpo y hasta la muere entre personas. Un aneurisma cerebral es un ensanchamiento anormal en la pared de una arteria del cerebro. La mayoría de los aneurismas cerebrales no muestra síntomas hasta que se hacen grandes, filtran sangre o se rompen. Una manera que puede detectarse es si un aneurisma cerebral presiona los nervios en su cerebro, puede causar síntomas. Estos pueden incluir un párpado caído, visión doble u otros cambios en la visión, dolor arriba o detrás del ojo, una pupila dilatada y adormecimiento o debilidad en un lado de la cara o el cuerpo. El tratamiento depende del tamaño y la ubicación del aneurisma, si está infectado o si se ha roto. Si un aneurisma cerebral se rompe, los síntomas pueden incluir dolor de cabeza súbito, náuseas y vómitos, cuello duro, pérdida del conocimiento y señales de un ataque cerebral. Cualquiera de estos síntomas requiere atención médica urgente. Se estima que 6.5 millones de personas en los Estados Unidos tienen un aneurisma cerebral no roto, o 1 de cada 50 personas. La tasa anual de ruptura es de aproximadamente 8 a 10 por cada 100,000 personas. Alrededor de 30,000 personas en los Estados Unidos sufren una ruptura de aneurisma cerebral cada año. Un aneurisma cerebral se rompe cada 18 minutos y los afroamericanos e hispanos tienen aproximadamente el doble de probabilidades de tener una ruptura de aneurisma cerebral en comparación con los blancos. Según un estudio de 2004, en los Estados Unidos los salarios perdidos combinados de los sobrevivientes de la ruptura del aneurisma cerebral y su cuidador durante un año fueron de 150 millones.
Si desea obtener más información sobre derrames y aneurisma cerebral y cómo detectar los síntomas, la prevención y recibir tratamiento. Consulte la página de Medline Plus para obtener un desglose de la enfermedad.
Tags: aneurisma derrame cerebral familia