El club de GSA en Vaughn International Studies Academy en Pacoima es un buen ejemplo de los pasos que pueden tomar los otros clubes y de cómo todavía las cosas pueden mejorar para la comunidad LGBTQ+.
Por CRISTAL MORALES RODRÍGUEZ
EL NUEVO SOL
Gay Straight Alliance, o Alianza Gay-Heterosexual (GSA), es un club de estudiantes de la comunidad LGBTQ+ y aliados. El primer club en el país se formó por primera vez en los 80. Hoy, la red de clubes GSAnetwork.org indica que hay más de 1,100 clubes de GSA registrados en California.
En la preparatoria Vaughn International Studies Academy hay un club que se creó en 2008. En ese entonces, solo había cuatro estudiantes en el club. Las cosas eran más difíciles para los miembros de la comunidad LGBTQ+. Se reunían todos los días en la oficina de la consejera de la escuela porque no se sentían seguros.
2008 fue el año de la Propuesta 8 en California. La propuesta indicaba que solo el matrimonia entre un hombre y una mujer era oficial. En ese año, la escuela tuvo comentarios contra la comunidad LGBTQ.
Pero años después, cuando la Suprema Corte de la nación hizo el matrimonio entre personas del mismo sexo legal cambió la dinámica del club. La clase de 2016 pudo ver el cambio y se sintieron más valientes de expresarse en la escuela y en la comunidad. En ese año, en la fiesta de graduación no hubo rey o reina del baile, era una corte de personas que eran elegidos.
“Es tremendo lo que pueden hacer las leyes”, dice Nicole Mohr, la maestra y consejera del club GSA de la preparatoria Vaughnen la actualidad.
Lesley Estrada fue presidente del club en sus últimos dos años de la preparatoria. Entró al club por un paseo que estaba organizando el club. Desde entones, ella se hizo miembro. Cuando ella iba a entrar, escuchó que era un club divertido y tenía un ambiente de aceptación. Se sentía cómodo y acogedor cuando entraba a las reuniones. Nadie hacía comentarios feos, todos eran aceptados. Esa era la parte que le gustaba más.
Daisy Domínguez también entró en sus últimos años de la preparatoria. Como Lesley, ella sintió que era un lugar seguro para alguien como ella que todavía no sabía cómo identificarse. Dos diferentes historias, con mismas experiencias en el club.
Después de la clase del 2016, cuando la administración del presidente Donald Trump entró, las cosas regresaron a ser inseguras para el grupo. Después de las palabras de Trump contra la comunidad en su carrera presidencial cambió cómo la comunidad se sentía, y eso no ha cambiado desde entonces.
“Mucha gente dice que ya es más fácil para una parte de la comunidad y no toda, pero en verdad todavía es un camino largo y todavía hay mucho qué mejorar”, Mohr dice. “Por eso, las escuelas pueden crear un espacio seguro para los miembros de la comunidad LGBTQ+”.
Primero, los maestros tienen que atreverse a formar un club o ser se aliados visuales para los estudiantes para que se sientan que sí son aceptados en las escuelas.
Segundo, se tiene que buscar un lugar privado para reunirse. Muchos de los estudiantes que no se han definido todavía se pueden sentirse asustados que alguien los vea saliendo de la reunión y les pase algo.
Tercero, lo que hace Mohr en sus reuniones de grupo que ella piensa que esta trabajando son grupos de apoyo entre el club. Donde se comunican en grupos chicos para sentirse más cómodos.
Cuarto, capacitar a los maestros. Para ella, esto es algo que le ayudó. En el 2015, tuvieron entrenamiento para los maestros de cómo usar palabras sin genero y cómo reaccionar si un estudiante sale del clóset. Respuestas como: ¿Alguien más sabe? ¿He dicho algo que te ofenda? ¿Hay algo que yo pueda hacer para que te sientas seguro?
Mohr también habló del cambio de currículo cuando pasó el Fair Act en el 2012. En su favor, el coordinador de currículo es un aliado de la comunidad y trabajan los dos juntos para poder tener libros de literatura e historia que hablen también sobre la comunidad LGBTQ+.
Con la ayuda de la maestra Mohr, abrieron un baño de genero neutral en la preparatoria Vaughn Interntional Studies Academy, lo que significa que cualquier persona puede entrar a usar el baño. Con el apoyo del director, el baño ha permanecido, aunque muchos intentan crear problemas. Él y Mohr no se dan por vencidos. Con la ayuda de un director aliado, también agregaron una columna en la lista de asistencia indicando la preferencia de nombre del estudiante para asegurarse que si hay un maestro substituto, sepa qué nombre usar.
Quinto, educar a la familia. Para alguien que vive en una casa conservadora y tradicional, salirse del clóset es algo peligroso. La preparatoria es más de 90 por ciento latinx, así que muchos miembros de la comunidad LGBTQ+ son latinx y los han corrido de sus casas. Muchos adolescentes temen que eso les pasaría si salen del clóset.
Por ello, se tiene que enseñarles a las familias que correr a sus hijos de la casa no es algo bueno. La preparatoria Vaughn va a tener una junta para que una trabajadora social y aliada bilingüe hable con los padres para enseñarle a las familias que no es aceptable echar de casa a los menores de edad.
Para las estudiantes Lesley y Daisy, así como para la maestra Mohr, es importante que en una comunidad latinx como Pacoima se eduque a la gente. El club de GSA es muy importante para los que tienen miedo en sus comunidades de tener un lugar seguro si no es en su hogar.
La preparatoria tiene letreros para que los estudiantes sepan que sus salones son lugares seguros para ellos.
Para la maestra Mohr, es importante que la lucha siga y que los estudiantes sepan que las cosas sí pueden mejorar. La lucha sigue para que los niños y miembros de la comunidad LGBTQ+ se sientan seguros.
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