Denise Vastola / El NUEVO SOL
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Se mete en medio de las mesas como flecha entre los paraguas amarillos que protegen a los comensales del sol del medio día en el área de comida del campus. La señora de 77 años, quien lava y usa la misma puesta de ropa cada día, sabe que debe ser rápida y arrebatar las botellas de plástico y las latas de los recipientes de basura, antes de que los trabajadores cambien el contenido de las bolsas. Para ser cliché, la basura de una persona es un tesoro para otra.
So Young (no es su nombre real) no puede ganar el mínimo para sobrevivir de su modesta pensión y del seguro social y no quiere que su hijo sepa que ella necesita dinero de los recipientes vacíos.
“La renta esta alta. Yo uso dos ventiladores en mi apartamento, no el aire acondicionado porque cuesta mucho”, dijo So Young, quien vive cerca de la Universidad Estatal de California, Northridge. “Soy diabética y mi doctor me dijo que haga ejercicio, y así es como lo hago”.
Las últimas estadísticas de la oficina del censo, indican que el ingreso de las familias ha caído, incluyendo casas de los nativos y de la población nacida en el extranjero. La disminución en ingresos coincide con el principio de la recesión en diciembre del 2007.
Mientras los datos del censo para el 2008 indican que el índice de pobreza del mismo año era 13.2 por ciento, de 12.5 por ciento el año anterior, el porcentaje de personas con estatus de pobreza en los últimos doce meces en el condado de Los Angeles ha subido de 14.6 a 15.3 por ciento.
Mientras que los ingresos de las personas han bajado y como consecuencia, el índice de pobreza está subiendo; el dinero que se recauda como producto del reciclaje de los envases de las bebidas ha subido.
“Mientras las ventas Reembolso del Valor de California (CRV, por sus siglas en inglés) de envases de bebidas siguió constante en el 2007 y 2008, hubo un significativo incremento en CRV envases regresados para reembolsos en el 2008”, dijo Marl Oldfield, especialista de reciclaje para el Departamento de Conservación de California. “Esto quiere decir que la cantidad del CRV pagado al fondo de reciclaje del Estado se quedó igual en el 2007 y 2008, mientras que la cantidad de CRV pagados en reembolsos se ha incrementado sustancialmente”.
Históricamente, un tercio del volumen de material de CRV reciclado en California viene del condado de Los Angeles, dijo Oldfield.
Los reportes revelan que cada mes la tasa de desempleo continúa al alza y la economía continúa empeorándose. Mientras tanto, las personas que dependen del dinero ganado por vender reciclables encuentran que no sólo están ganando menos dinero por el precio del material reciclable, sino también que están competiendo con más individuos que recolectan artículos por dinero.
“Algunos de mis vecinos y otras personas saben que yo he estado usando el reciclaje como una fuente principal de ingresos durante los últimos dos años”, dijo Arturo Ybarra, director del Watts-Century Organización Latina. “Cada día, más y más personas están buscando latas, botellas y chatarra”.
Los trabajadores de la construcción se vieron afectados negativamente cuando el mercado de viviendas se derrumbó como consecuencia de la recesión. Ybarra dice que muchos de los trabajadores de la construcción que están en desempleo invirtieron dinero en camiones y empezaron a recolectar los metales sobrantes de las construcciones y a venderlos a centros de reciclaje. Los precios de residuos han bajado notablemente y esto ha afectado a la supervivencia financiera de las personas.
Mientras la recesión empeora, los precios de la chatarra en el mercado han caído en picado.
La razón, según Dan Sandoval, un reportero de Recycling Today, es que la demanda de chatarra ha bajado. Los precios de los productos son controlados por las tendencias globales. Si la industria de automóviles de China y América están comprando chatarra, los precios permanecen altos. En cambio, si hay un excedente de chatarra y las compras bajan, también los precios decrecen. Mientras, Ybarra dice que la competencia para recolectar reciclables está creciendo.
“Esto está afectando a las familias con estados migratorios mezclados”, dijo Ybarra. “Los padres que no tienen documentos no pueden encontrar un trabajo. Yo miro a las abuelas, las madres y los niños recolectando botellas y latas para traer comida a la mesa”.
En Los Angeles la gente que recicla botellas de bebidas y latas tienen la opción de redimirlos en locales ofreciendo CRV solamente, que es cinco centavos para contenidos menos de 24 onzas y 10 centavos para contenidos de 24 onzas y más. Este tipo de operaciones, muchas veces encontradas el aparcamiento de un mercado grande, se basan en el número de envases reciclados.
Otros locales como los centros de reciclaje grandes que también procesan papel y cartón, pueden ofrecer CRV más unos centavos más. Estas botellas y latas son reciclados por libras.
Diana Jamgotchian de Chatsworth trae los contenedores de las bebidas al Valle Reciclaje de Northridge. En su viaje, el ingreso que obtiene por siete libras de latas de aluminio, 5.5 libras de botellas de plástico, cinco libras de cartones de leche y 18 libras de botellas de vidrio, es un total de $20.53.
Para la familia Jamgotchian, el dinero que ganan por reciclar dos o tres veces al año lo invierten en los materiales escolares de los niños. Pero otros reciclan para sobrevivir.
“Yo miro a la gente metiéndose a botes de basura”, dice Jamgotchian. “Están tratando de sobrevivir. Están en el desempleo. Yo pienso que lo hacen porque no tienen otros medios de ingresos económicos”.