Por SUA IRIS HERNÁNDEZ
En todo este revoloteo de fracasos económicos, empezando por las empresas bancarias, los más vulnerables han sido totalmente ignorados. ¡Es una injusticia! A muchos inquilinos que han estado pagando su renta de repente les llega un representante bancario a decirles que tienen que desalojar las viviendas. En muchos casos se ha dado la situación de que el dueño de las propiedades es un inversionista oportuno, que ha perdido la propiedad. Como consecuencia, son los inquilinos que a pesar de pagar puntualmente sus rentas tienen que salir. En los casos de reposición de propiedades, son los arrendatarios los que acaban pagando las consecuencias de esta crisis hipotecaria.
Cuando vemos las noticias en los medios de comunicación, comúnmente leemos o escuchamos informaciones sobre la crisis de bienes y raíces con un enfoque centrado en los propietarios que pierden sus casas. En estos discursos se olvida con frecuencia que las víctimas más vunerables han sido los inquilinos, que sin culpa alguna, también están perdiendo sus hogares.
Cuando hablamos con los inquilinos, ellos nos cuentan que han sido responsables, han pagado su renta a tiempo, han sido cuidadosos de su hogar y han hecho todo lo posible por ser buenos inquilinos. Paradójicamente, a pesar de haber cumplido con sus obligaciones contractuales, ellos tienen la desgracia de vivir en una propiedad que está siendo embargada. Los inquilinos vienen siendo las victimas olvidadas.
Estas lamentables situaciones han venido ocurriendo porque a los bancos no les interesa convertirse en propietarios o colectar la renta de las viviendas. El sistema financiero se basa en sacarle ventaja al dinero por lo que las entidades bancarias buscan deshacerse de la propiedad embargada lo mas pronto posible. En esta situación, los inquilinos les estorban.
La injusticia más grande es que a los bancos no se les remuerde la conciencia ver que hay familias se quedan en la calle. Más aún, las entidades financieras vienen demandando del gobierno una ayuda de más de 700 mil millones de dólares para fomentar su estabilidad financiera. Pero, ¿qué tenemos que decir de los inquilinos que por medio de sus impuestos han aportado a la ayuda gubernamental concedida a los bancos? Resulta paradójico.
Un esfuerzo para prevenir esta injusticia es la acción que tomó la ciudad de Los Ángeles el pasado diciembre. El concejal de la ciudad ha respondido a esta crisis con la aprobación de una ley que declara una moratoria de un año, la cual impedirá que los bancos puedan desalojar a los inquilinos que estén viviendo en propiedades que están siendo embargadas dentro de Los Ángeles. Esta ley contempla además protecciones contra desalojos injustos y una justa compensación de reubicación proveídas por la ley de control de renta. Desafortunadamente los que viven fuera de Los Ángeles no pueden contar con la misma protección.
Esta disposición legal fue extendida a todas las propiedades que se están rentando actualmente, con el objetivo de aclarar la confusión que tienen muchos inquilinos que se encuentran en esta desgracia. Sin embargo, por los datos con los que contamos, puedo afirmar que a pesar de la aprobación de esta ley, aún persisten los desalojos injustos. En muchos casos, la situación se torna dramática porque si no los desalojan inmediatamente, el banco simplemente deja de mantener la propiedad. Como consecuencia, hemos visto casos en los que algunos inquilinos se han quedado en viviendas que poco a poco van degradando su situación: se quedan sin agua caliente, sin luz, sin gas, o sin respuesta alguna ante cualquier emergencia relacionada con la plomería.
En mi opinión, los bancos están defraudando al pueblo, diciéndoles que no es necesario pagar la renta para después desalojarlos con el pretexto de que los inquilinos no cumplen con sus obligaciones contractuales. Resulta frustrante si además consideramos que de los impuestos de la gente se está ayudando a estas empresas a salir de su fracaso. El abuso por parte de los bancos es repugnante. ¡No tienen vergüenza!
Sin embargo, estas injusticias en gran parte están pasando porque la gente no está informada de que tienen protecciones. Muchos de los casos que asistimos surgen a raíz de que la gente no sabe que hay leyes establecidas para protegerlos.
Miren, yo sé que la vida es rápida. Yo sé que hay que trabajar; muchas veces hasta dos o tres turnos. También estoy consciente de que aparte de todos estos obstáculos y responsabilidades, hay que atender a la familia. Pero también sé que cuando la gente hace el esfuerzo para informase es menos probable que le vayan les vayan a engañar.
Lo que oigo a muchos decir es que han venido a mejorar su calidad de vida. Y no lo dudo ni un momento. En su gran mayoría, el pueblo latino, especialmente las mujeres, es trabajador, se preocupa por sus hijos, paga impuestos y contribuye a su comunidad. Se me hace una gran injusticia que sean olvidados por los grandes medios de comunicación. Pero es lo que está pasando. Y se me hace aún más injusto que aunque existan medios para protegerse, la gente no esté informada. Al fin de cuentas, lo que más perjudica es la falta de consciencia y lamentablemente, tal conscientización no nos va a caer del cielo. ¡Tenemos que ser proactivos e informarnos nosotros mismos! Les vuelvo a repetir que muchas veces la gente no se defiende porque no saben que tienen como respaldarse.
¡Así que, pueblo, infórmese y defiéndase, que la lucha sigue!
Sua Iris Hernández es organizadora de Coalition for Economic Survival, una organización de base, multirracial y muluticultural dedicada a organizar a personas de bajos o moderados recursos económicos para que luchen por la justicia económica y social.
Tags: Coalition for Economic Survival Derechos de Inquilinos Opinión Sua Iris Hernández