Los negocios se vaciaron, las voces se escucharon

Erik Girón, un immigrant de Guatemala de de 28 años, brincaba de emoción mientras marchaba en el centro de Los Angeles el primero de mayo de 2006. Foto: Julio Cortez / El Nuevo Sol.

Por CONNIE LLANOS
EL NUEVO SOL

La autopista 101 sur parecía un desierto gris. Abandonada, sólo unos pocos carros circulaban sus carriles. La calle Sunset, en Echo Park, usualmente ocupada por mamás con sus bebés en carreolas, estudiantes esperando el autobús y vendedores ofreciendo naranjas o dvds, estaba en silencio y sola.

Llegando a la Olympic y Broadway, se podían escuchar las voces de la multitud.

Era lunes, primero de mayo, y el “día sin inmigrante” ya estaba aquí. En un esfuerzo por demostrar el poder económico y laboral del inmigrante, organizadores del movimiento en contra de leyes antiinmigrantes, como HR4437, promovieron el día como uno donde los inmigrantes no participarían en la economía nacional, no irían a trabajar ni a estudiar y no saldrían de sus hogares excepto para participar en las marchas organizadas por todo el país.

En Los Ángeles, la policía calculó que más de 250 mil personas marcharon por las calles del centro de la ciudad, y más de 400 mil atendieron la protesta en el área de la calle Wilshire. En Chicago, marcharon un aproximado de 300 mil. En Nueva York 100 mil y en Miami 50 mil, para demostrar que la voz de el inmigrante finalmente iba a ser escuchada.

Voces como la de María Elena García. García dijo que aunque ella siente que ya cumplió el sueño americano, no se ha olvidado de lo difícil que han sido los últimos 12 años en este país. Ahora una empresaria y ciudadana, ella quiere ver más inmigrantes alcanzando lo mismo.

“Yo quiero ayudar a mis hermanos latinos, quiero que ellos sigan adelante”, dijo García.

Martha Ugarte, activista independiente y una de las organizadoras de las actividades del primero de mayo, dijo que desde el 25 de marzo, las organizaciones a favor de los derechos de los inmigrantes comenzaron a organizar este evento, con el propósito final de obtener una amnistía para los 12 millones de indocumentados de este país.

Ugarte dijo que la legalización es necesaria para que estas personas, las cuales trabajan y aportan a la economía del país, puedan recibir beneficios.

“Los inmigrantes no deben ser gentes invisibles”, Ugarte dijo.

Ugarte explicó que los inmigrantes están aportando, y por lo tanto sosteniendo a los servicios sociales de los Estados Unidos, sin recibir nada a cambio, y esto no es correcto.

“Lo hacen para no tener que repartir dinero”, dijo Ugarte.

Ugarte también dijo que era importante que la gente anglosajona se diera cuenta que era un gran mito que los cientos de miles de personas que estaban protestando eran indocumentadas.

“Veinte por ciento de los que están marchando son indocumentados”, dijo Ugarte.

“Esto se trata de elevar el nivel de conciencia social”, dijo Dolores Huerta, activista laboral y política.

Huerta fue una de las personas involucradas en la controversia sobre las actividades del primero de mayo. Algunos medios de comunicación promovieron que ella, junto al cardenal Mahoney, el alcalde Antonio Villaraigosa y otras organizaciones que se unieron para formar la coalicion “Somos América”, habian dicho que las personas no deberían participar en el paro laboral, y deberían ir al trabajo o a la escuela, y asistir a las marchas despúes. Huerta negó esos cargos.

“Si la persona puede tomar el día libre, agarrar un día de vacación o enfermedad, sin arriesgar su trabajo, lo deberían hacer”, dijo Huerta.

“Pero algunas personas están arriesgando su porvenir y no creo que nadie quiera poner en riesgo la vida de una familia entera”.

Huerta dijo que si alguien no podía faltar al trabajo, podrían seguir con el paro económico, no comprando nada en las tiendas. También podrían investigar las empresas que están apoyando, económicamente las proposiciones antiinmigrantes para, permanentemente, dejar de comprarle sus productos.

Huerta también dijo que no se debe acabar el moméntum de la protesta hasta alcanzar la legalización.

“Los inmigrantes se han ganado sus ciudadanía con su sudor”, dijo Huerta.

Evelyn Miller, una voluntaria de la Coalición de California para la reforma de la inmigración ilegal, dijo que cualquier persona que esté promoviendo un plan de amnistía está equivocado.

“Eso es promover la anarquía”, dijo Miller.

Miller dijo que no estaba preocupada por el paro económico.

“Muchos programas de televisión y radio han estado motivando a la gente para que compren hoy”, dijo Miller.

“Yo he estado esperando unos meses para comprar una estufa nueva, pienso comprarla hoy”.

Miller también dijo que los inmigrantes no iban a causarle ningún problema a la economía.

“Los inmigrantes sólo son un cargo a la economía”, Miller dijo.

Miles de trabajadores demostraron su contribución a la fuerza laboral del país, cuando optaron por no asistir al trabajo. Algunas de las industrias más afectadas en Los ángeles fueron la agricultura, la industria de servicio y los puertos.

La mayoría de los participantes en la marcha dl primero de mayo ondeaban la bandera de EE.UU. para demostrar que son parte de este país. Ernesto Elizarraraz / El Nuevo Sol.

La mayoría de los participantes en la marcha dl primero de mayo ondeaban la bandera de EE.UU. para demostrar que son parte de este país. Ernesto Elizarraraz / El Nuevo Sol.

La Asociación de Comerciantes de la calle Siete, anunciaron que no iban a comprar ni vender frutas y verduras sus más de 80 distribuidores. Un comunicado de prensa señaló que la distribución del medio mayoreo surte a más de 3000 comercios péquenos o supermercados, más de 4500 restaurantes, más de 15 mil negocios ambulantes y más de 3 mil clientes a menudo diariamente.

El presidente de la asociación, Pedro Astorga, dijo que sus clientes no estaban felices de perderse un día de trabajo, pero les daba gusto ver que se unieran a la causa.

“Vamos a perder un poco de dinero, pero vamos a perder más si no paramos estas leyes racistas”, Astorga dijo.

Astorga dijo que su asociación fue la primera en anunciar su unión al paro económico y laboral, y después siguieron otras compañías. Entre las companías que cerraron el primero se incluyeron los González Market, Liborio Market, Vallarta Market, y La Curacao, la cual abrió sus puertas para ofrecer servicios legales.

“Tenemos que apoyarnos”, dijo Astorga.

“Hay que responder como una comunidad”.

La comunidad afroamericana también se unió a las protestas del día. Después de meses de enfrentamientos en las escuelas secundarias de Los Angeles, las dos minorias se unieron.

Sheilagh Polk, coordinadora de prensa de la coalición de South Los Ángeles, dijo que aunque los medios de comunicación pinten la relación entre los afroamericanos y los latinos como negativa, las dos comunidades sufren condiciones de opresión similares, y la culpa la tienen otros.

“Es cierto que la comunidad afroamericana compite contra la comunidad inmigrante por trabajos y educación, y de esta manera la inmigración ilegal ha afectado a la comunidad negra, pero no es la culpa de los inmigrantes”, dijo Polk.

“La culpa de estos problemas lo tiene las corporaciones, el capitalismo, y los programas como el NAFTA y el CAFTA.”

 

 


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