MADRE TIERRA. Carlos Campero: L.A. Conservation Corps

ElNuevoSol · Carlos Campero: L.A. Conservation Corps

En este episodio de la serie Madre Tierra, Melody Soto entrevista a Carlos Campero, arbolista y directivo de la organización L.A. Conservation Corps.

Por MELODY SOTO
EL NUEVO SOL—Radio Nepantla

Melody Soto: Bienvenidos a Radio Nepantla: La Voz que Traspasa Fronteras. Mi nombre es Melody Soto.
“Madre Tierra” es el nombre de esta serie. Nuestro propósito es destacar a individuos que tienen un compromiso con el medio ambiente.

Históricamente, la comunidad latina sufre más los efectos de la contaminación del aire y el agua. Según investigaciones recientes, los latinos son más vulnerables a los efectos del cambio climático debido a las condiciones que existen en los lugares donde viven y trabajan.

¿Quiénes son las personas activas en temas del medio ambiente en su comunidad?

En este episodio, conozca la historia de Carlos Campero, arbolista y directivo de la organización L.A. Conservation Corps (Cuerpo de Conservación de Los Ángeles).

Carlos Campero: (Audio entrelazado) Yo como cristiano y persona que cree en Dios y tiene fe, mantener [el] planeta y el medio ambiente es algo que humildemente digo es mi deber.

(Audio entrelazado) Porque yo fui culpable. Hace unos años fui a mi high school y allí estaba todavía la marca y me dio sentimiento, porque dije: “Mira lo que le hice al árbol.”

(Audio entrelazado) De generación a generación, tenemos que tratar de inculcar ese mismo respeto para el medio ambiente.

(Audio entrelazado) Para mí, es muy importante poder tratar de enseñar a la comunidad de que tenemos voz, tenemos poder: hay poder en números.

Melody Soto: A sus 52 años, Carlos Campero ha forjado una trayectoria como promotor de su comunidad y partidario de la naturaleza que lo rodea y nutre a diario. Inició su carrera con L.A. Conservation Corps cuando era adolescente. Ahora —más de tres décadas después— desempeña el papel de director de programas de conservación en las instalaciones de Compton y, desde allí también, está a cargo del espacio comunitario Compton Creek Natural Park.

Un chicano que nació y creció en el sur-centro de Los Ángeles, Carlos dice que sus padres priorizaron el tiempo que la familia pasaba en contacto con la naturaleza.

Carlos Campero: Mi papá es nacido en Torreón, Coahuila; mi mamá es de Saín Alto, Zacatecas. Yo fui concebido en Ciudad Juárez, Chihuahua—pero nacido aquí en Los Ángeles.

Desde muy temprano, siempre nos inculcaron estar afuera. Mi papá nos llevaba a Lincoln Park, nos llevaba muy seguido a Echo Park. Ahí pasamos mucho tiempo los sábados, hasta los domingos después de misa. Entonces, para mí siempre era muy bonito estar afuera, oír los pájaros y darle de comer a los patos. Era muy bonito estar afuera en lo verde, debajo de árboles: ver que mi papá descansara debajo la sombra de un árbol.

Melody Soto: Más allá de apreciar y disfrutar de la naturaleza por motivos recreativos, Carlos vivió varios acontecimientos a su corta edad que le enseñaron a tener conciencia del mantenimiento que requiere su alrededor. Una de estas lecciones llegó sorpresivamente de parte de su hermano mayor, Francisco, quien incursionó en L.A. Conservation Corps antes que Carlos.

Carlos Campero: Mi hermano llegó un día y empezó a escarbar un pozo atrás en la yarda y tenía curiosidad: “¿Y qué haces?”

Me dijo: “No, fíjate que acabo de aprender que si haces un pozo y en lugar de tirar los desperdicios —de [cuando] cortamos el zacate o con el rastrillo recogemos las hojas del árbol o [cuando] se hace la limpieza de la yarda, en lugar de tirarlo— si escarbamos un poco y lo ponemos aquí, cada vez que acumulamos más, le damos vuelta y le echamos tierrita y tantita agua, solito, solito, se va haciendo tierra. Y lo podemos usar para ponerle abono a las plantas.”

Y dije yo: “Pues, está loco este.” Yo nunca había oído de algo así, ¿verdad? Yo tenía como 15 ó 16 años.

No nomás eso, sino, también, él empezó a separar las botellas, los botes de aluminio.

Uno sabía de eso porque lo hacías para colectar algún centavo. En México, [para] comprar una soda, tenías que llevar el envase, ¿verdad? Y pues uno sabía que [si] llevabas el envase es por que iban y lo lavaban y lo volvían a usar. Pero de veras que no [captabas] a lo que de veras era: o sea, que estás cuidando el medio ambiente. Estás tratando de usar menos recursos y mantener algo para la siguiente generación.

En este caso, en lugar de mandar toda esta cosa al landfill o al dompe, lo estamos reusando y estamos mandando menos al dompe.

Entonces, mi papá lo vio y dijo: “Oye, ¿qué estás haciendo? Estás haciendo agujeros atrás.”

Pero [mi hermano se mantuvo] fijo a lo que había aprendido y seguimos haciéndolo. Hasta este día, lo hacemos de una manera u otra, no sabiendo que —años y años después— que nuestros abuelos y bisabuelos lo hacían en ese modo también, ¿verdad?, para no desperdiciar.

Melody Soto: Un suceso que le abrió los ojos a la justicia ambiental —y a la fuerza colectiva que nace cuando miembros de sociedad deciden unir sus voces— tuvo lugar a mediados de los ochenta y al principio de los noventa. La comunidad del sur-centro de Los Ángeles liderada por Robin Cannon puso un alto a la construcción de un incinerador de basura en esa comunidad. Carlos comparte que se conmovió al ser partícipe en este esfuerzo grupal.

Carlos Campero: Cuando yo tenía 18 años, en frente de mi escuela Jefferson High School iban a poner un incinerador donde iban a quemar basura. Y llegó un grupo que se [llama] Concerned Citizens of South Central [Los Angeles] y nos explicaron que la razón porque querían poner eso aquí, en nuestra comunidad, es porque pensaban que no nos iba a importar y porque la comunidad era una comunidad de color, o sea, de, latinos y afroamericanos. Y pues me dio coraje y empecé a tomar asignaturas y empezar a dar informaciones acerca de lo que estaban haciendo y pues mucha gente ni sabía. Entonces, gracias a Dios, pudimos poner un alto a ese incinerador y no se hizo—no sé construyó.

Y desde ese entonces yo sabía que mucha gente toma ventaja de las comunidades de bajos recursos, comunidades de color. Traen su basura, construyen sus fábricas que están contaminando el aire. Entonces, para mí es muy importante poder dar lecciones o enseñanzas —y perdóname si estoy hablando en pochismos— tratar de enseñar a la comunidad de que tenemos voz, tenemos poder: hay poder en números.

Melody Soto: Pero la enseñanza que transformaría el camino de Carlos, que lo llevaría a contemplar la carrera profesional de arbolista, llegó solamente algunos meses después. Una plática al aire libre con un científico acerca de lo que siente un árbol al ser dañado físicamente, haría que Carlos se arrepintiera de una acción que tomó como estudiante de secundaria. Esta demostración también lo haría reflexionar en el gran impacto que ocasionan los hechos humanos en los ecosistemas naturales.

Carlos Campero: Yo tenía, yo creo, 18—maybe, 19 años, y empecé a trabajar por el L.A. Conservation Corps. Una de las primeras aventuras, vamos a decir aventuras, fue de llevar a los estudiantes —todos eran de junior high school, de middle school— fuimos a entrenar. Cuando digo entrenar, [los] estaban entrenando a ellos, y a mí también como supervisor, acerca del medio ambiente.

Uno de los ejemplos que nos dieron, estábamos caminando y el naturalista nos enseñó un árbol y dijo: “Mira, este árbol, alguien vino y le puso” —sea con un vidrio, sea con un clavo, no sé qué— “su marca.” Pero hay un estudio donde pusieron micrófonos en un árbol y estos micrófonos eran de ultrasonido. Cuando una persona empezó a marcar en el árbol y empezó a marcar sus iniciales, se oía con esos micrófonos que el árbol gritaba.

Entonces, cuando él empezó a explicar eso, yo me quedé —por falta de otra palabra, como dicen— anonadado. Me dio mucho sentimiento, porque estoy viendo un árbol y yo lo veo como una cosa tan bonita, tan maravillosa, tan grande. Y te da sombra, te da… te tapa de la lluvia cuando está lloviendo, te da… o si es frutal, te da fruta, te da de comer, ¿verdad? Si… más adelante, te puede dar leña para darte calor o te da material para hacer un jacal.

Entonces, pues, me quedé muy triste. Y al mismo tiempo, dije… porque yo fui culpable, yo hacía lo mismo en la escuela—yo puse mi marca.

Hace unos años, fui a mi high school y allí estaba todavía la marca y me dio sentimiento, porque dije: “Mira lo que le hice al árbol.”

Y desde entonces, me dio, no sé, me dio algo por querer hacer algo diferente y poco después como parte de este programa —el L.A. Conservation Corps— empezamos a plantar árboles, plantas, limpiar. Y pues ya me dio una idea de que en eso me quería [enfocar].

Melody Soto: Desde que se fundó en 1985, L.A. Conservation Corps se ha concentrado en capacitar a jóvenes en situación de riesgo social, exponiéndolos a la naturaleza y brindándoles oportunidades laborales en el campo de la revitalización y el mantenimiento de espacios verdes públicos. Hoy en día, unas de las responsabilidades principales de Carlos, como director de las oficinas en Compton, es emplear de 25 a 30 jóvenes por ciclo, buscarles contratos de trabajo regularmente y, también, servir de mentor para cada uno de ellos.

Carlos Campero: Para mí, lo más [satisfactorio] es cuando veo que un joven, que viene a trabajar con nosotros, se le prende el foco; en inglés le dicen el light bulb moment. Cuando uno lo dice en español a veces no se oye tan bien, ¿verdad? Pero sin mal entendimiento, cuando un joven que tiene problemas, you know, no tiene dónde vivir o simplemente no entiende de que debe llegar al trabajo a tiempo o temprano y se les prende el foco y dicen: “Oh, me estás ayudando. Y me voy a ayudar [a mi mismo].” Y empiezas a ver el cambio. Y ellos ya cuando terminan su año y medio con nosotros, antes de que termine el año, ya consiguieron un trabajo mejor en otro lugar o decidieron regresar a la escuela. Para mí, eso me rinde mucho sentimiento.

Perdón, no esperaba llorar. Pero, tengo muchos años trabajando aquí y me da mucho gusto cuando un joven cambia su vida. Cuando un joven que estaba en pandillas o estaba homeless o tiene problemas en la casa o gente en su casa que está mala, you know, mala porque está mala físicamente. Y a veces… cuando [estábamos] en la pandemia —todavía estamos en la pandemia— pero cuando [estábamos] en la mera mera pandemia, muchos de los jóvenes que estaban con nosotros eran los únicos que estaban trabajando. Y pues, gracias a Dios el trabajo para nosotros no se acabó. No nos dijeron: “No pueden trabajar.” Seguimos limpiando las calles. Seguimos plantando árboles. Seguimos manteniendo árboles. Seguimos manteniendo los parques, haciendo caminos, trabajando en varios lugares porque era necesario. Y, pues, pudieron ellos mantener a sus familias, ¿verdad?, por esos meses.

Entonces, para mí, cuando un joven les das la oportunidad de sobresalir, de darles los dones para que ellos solitos puedan aprender a saber lo que es trabajar duro y mejorar [su] vida, mejorar [su] modo de pensar y se les prende el foco y ves que sobresalieron y más importante, meses después, años después, estás en la marqueta y te dicen: “Hey, Carlos, ¿te acuerdas de mí?” Y pues como pasan muchos, a veces no me acuerdo, los veo; reconozco la cara, pero no siempre el nombre:

“No… me acuerdo de tu cara, pero, a ver, recuérdame.”

“No pues, soy fulano de tal y yo fui empleado tuyo y trabajé contigo y me ayudaste y ahora soy groundskeeper en la ciudad de Culver City,” o “Yo tengo mi negocio. Gracias a lo que me enseñaron ahí en el L.A. Conservation Corps puedo sobrevivir; he sobrevivido, sobresalí. Y tengo mi trabajo, tengo [a] mis hijos.”

Y pues para mí, eso me da, pues ya ves, me da sentimiento. Porque eso es lo que, para mí, yo creo, Dios me puso en este lugar —y por tantos años— es para poder ayudar… En inglés, le dicen mentor, para poder ayudar a jóvenes. No todos tenemos lo mismo. Yo tuve a mi papá y a mi mamá y me inculcaron bastante y gracias a Dios soy lo que soy porque ellos [me] enseñaron. Pero hay muchos jóvenes que no lo tienen.

Entonces, para nosotros es importante tratar de buscar cómo ayudarlos para que se ayuden a ellos mismos. Yo sé que hablo mucho, dispénsame. Pero, para mí, eso es muy importante y, al mismo tiempo, están ayudando a construir ese parque, a quitar ese graffiti, limpiar ese callejón, limpiar esa calle, plantar los árboles en las ciudades: para poder mejorar nuestra comunidad. Ellos están trabajando, se están enseñando a trabajar, a ser respetuosos, a ser responsable.

Melody Soto: Carlos además recalca las oportunidades que existen dentro de la industria de la arboricultura. Tradicionalmente, los puestos de poder en este campo de trabajo están ocupados en su mayoría por hombres blancos. Dice que le gustaría ver un cambio y por esta razón habla con la juventud a diario acerca de las posibilidades.

Carlos Campero: Saber podar arboles, saber mantener arboles, saber plantar arboles, saber distinguir entre [especies] y [saber] cual especie crece bien aquí y cual especie crece bien allá—ese trabajo lo puedes hacer en donde quiera, cualquier parte del mundo.

Para mí, tratar de inculcarle a un joven, joven hombre, joven mujer, joven quien sea, que tú también puedes hacer este trabajo, pues es una cosa que, pues a mí, me da mucho… me [agrada] mucho poder traer a jóvenes a esta industria, que, para mí, es algo muy bonito.

Como te digo desde cuando [fui] joven que oí esa historia que los micrófonos oyen cuando sufre un árbol, cuando lo están tallando para poner sus iniciales; un árbol que nos [brinda] tanto, no nomás sombra, sino, vida, porque limpia el aire. Para mí por eso, es una industria muy bonita que nos puede dar mucho. Y para muchos jóvenes les puede dar un trabajo fijo, un trabajo que les da buen salario y, este, pueden trabajar donde quieran.

Melody Soto: Como gerente de Compton Creek Natural Park, Carlos se encarga de sostener el sitio abierto y aseado para uso comunitario. Una propiedad del distrito escolar de Compton, el parque fue fruto de una colaboración entre el distrito escolar y las organizaciones L.A. Conservation Corps, Mountains Recreation and Conservation Authority y Rivers and Mountains Conservancy. Antes de su apertura en 2013, el espacio público era un lote vacío, lleno de hierbas, que atraía basura y el consumo de drogas. El parque fue planeado en tres fases y la última parte —un jardín comunitario— se inauguró en marzo de 2021.

Carlos Campero: Lo que pidió la comunidad fue un lugar donde puedan crecer su verdura, ¿verdad? Entonces, lo hicimos, lo construimos.

Mi meta, mía, ha sido comunicar con la comunidad qué aquí estamos, está este jardín para el uso de la comunidad. Está el parque para el uso de la comunidad, para que vengan a caminar, a explorar, si tienen perritos vengan y caminen sus perritos; nomás con que recojan su desperdicio. Gracias a Dios, ha habido más gente que venga y disfrutan del parque, así como yo cuando [era] niño. Últimamente, tenemos un grupo de señoras, mamás de muchos de los niños que van a la escuela enseguida de nosotros, en Washington Elementary School, y tienen clases de zumba de lunes a viernes. Y después de zumba, a veces entran al jardín y allí están manteniendo sus plantas y están creciendo sus tomates y sus chiles y ejotes y varias plantas. Entonces, para mí, es una joya este parquecito—son cuatro acres.

Pero, es un lugar donde, cuando llega uno tempranito, yo abro las rejas a veces cuando me toca abrir [a las] 5:30, 6:00 de la mañana y es una sinfonía de pájaros cantando; como anunciando: “Ya llegó este menso, a despertarnos.” Pero no… es bonito. Y luego cuando volteas [hacia] arriba y estas viendo que está subiendo el sol y [brotan] los rayos del sol sobre los árboles y las plantas, eso es una belleza. Y pues estoy bendecido [de] poder estar trabajando allí, ¿verdad?, en el medio ambiente.

Pero desafortunadamente, no tenemos los fondos necesarios para poder tener el parque abierto desde cuando sale el sol a cuando baja el sol. Así que estamos cerrando… estamos abiertos siete días a la semana, pero a veces tenemos que cerrar a las tres, a veces a las cuatro, [a] más tardar las cuatro. Pero gracias a Dios estamos trabajando con [varias] otras organizaciones donde estamos tratando de buscar los recursos, buscar los fondos, para poder tener el parque abierto más tiempo. Entonces cualquier oportunidad que [haya], [la] buscamos para poder mantener el parque abierto y traer recursos para la comunidad.

Melody Soto: Mientras el jardín comunitario evoluciona, Carlos dice que ha visualizado otro objetivo que le gustaría ver florecer en un futuro cercano.

Carlos Campero: La idea es tener un farmer’s market. Tenemos 32 cajas; son cajas de cuatro por diez [pies], donde la gente puede sembrar su verdura y la escuela tiene otras 24. Entonces, de todas esas cajas, la idea es que cada quien crezca lo que vaya a crecer y lo que te sobre o lo que quieras tu vender, lo [podamos vender] un sábado temprano, poner nuestras frutas [y] nuestras verduras enfrente y cada quien—como un Conasupo, ¿verdad?

Que venga fulano, zutano y pues: “Mira yo tengo ejotes,” y pues: “Yo tengo tomates,” y pues: “Dame un kilo de tomates, y yo te doy un kilo de esto.” Este, o viene alguien de la comunidad y dice pues: “Yo quiero verdura que es orgánica. Que yo sé de dónde viene, yo sé quién la creció, y pues, yo voy a pagar por… digo yo kilo, ¿vedad?, porque yo así me crié oyendo; aquí son libras, ¿verdad?, en Estados Unidos.

Pero por decir: “Dame una libra de tomates y una libra de cebollas y yo sé que son orgánicas. Alguien que tenía el don de crecer estas cosas, las creció.” Yo ya tengo mis plantitas aquí en mi casa, donde las estoy creciendo de [semillas]. Las voy a trasplantar para allá, para [las] dos [cajas] que me tocan. Tengo yo mis espinacas, calabaza, calabaza amarilla, calabaza la que usamos para Halloween y tengo zanahorias y más al rato voy a poner mis tomates. Ando muy excited para poder crecer mis verduras, quiero hacer mi salsa.

Melody Soto: Cuando no está ejerciendo su papel de arbolista, mentor o director, Carlos también comparte tiempo en la iglesia como ministro. Cuenta que su espiritualidad se relaciona directamente con su conciencia ambiental.

Carlos Campero: Para mí, Dios es todo. Soy cristiano, mi mamá y mi papá me [inculcaron] un amor a Dios y van mano [a] mano, ¿verdad?, el amor a Dios y el amor al don que nos ha dado qué es esta tierra. El don de Dios para nosotros es mantener la tierra que nos dio. No hemos hecho un buen trabajo, ¿verdad?, porque mira como es la situación [en la] que estamos. Tenemos menos de ocho años hasta que pase algo crítico. No hay [suficiente] agua. No hay [suficiente] aire limpio. No hay [suficiente] planta o árbol en el medio ambiente para sostener la cantidad de gente que tenemos en [el] planeta. Pero, gracias a Dios, podemos hacer algo, o, más bien, corregir lo que hemos hecho mal.

Entonces, yo como cristiano y persona que cree en Dios y tiene fe, para mi, [el] planeta y mantener [el] planeta y el medio ambiente es algo que humildemente digo es mi deber. Como mi deber es amar a Dios, sobre todas las cosas, el don de Dios es [este] planeta [en el] que vivimos y [lo] tengo que cuidar a cualquier costo.

Melody Soto: Con un largo legado ligado a la preservación del medio ambiente, Carlos continúa convirtiendo sus palabras en acciones. Viendo hacia el futuro, mantiene que cada miembro de la sociedad tiene, en sus manos, el poder de afectar un cambio en la huella humana que dejará atrás.

Carlos Campero: Es muy difícil seguir adelante con la actitud de desperdiciar, ¿verdad? Cuando yo era joven, este, la idea de conservar lo que teníamos era por humildad, porque: “No tenemos mucho, hay que conservar lo que tenemos y si alguien más lo puede usar más adelante, pues hay que cuidarlo.” Y esa mentalidad [la] podemos pasar también a cómo cuidamos el medio ambiente.

Ahorita en este momento, nosotros estamos viviendo, estamos respirando este aire, estamos disfrutando de este sol, disfrutando de todo lo que está enfrente de nosotros. Pero hay que conservarlo para esa generación que sigue después de nosotros; sean mis hijos, sean mis nietos, sean mis bisnietos. Entonces, la idea es la misma, de que esto es para alguien más adelante y lo tenemos que cuidar en el tiempo que lo tenemos nosotros.

Melody Soto: Gracias por escuchar Radio Nepantla: La Voz que Traspasa Fronteras. Los invitamos a escuchar el resto de nuestra serie, “Madre Tierra.”

Escúchanos en tu plataforma favorita. O visítanos en nuestro canal de SoundCloud: ElNuevoSol o en nuestra página web: ElNuevoSol punto net.

Esta fue una producción de “El Nuevo Sol,” el proyecto multimedia en español de la Universidad del Estado de California en Northridge.

Producción y edición: Melody Soto.

Voces de Melody Soto y Carlos Campero.

Música de Infraction y E’s Jammy Jams.

¡Hasta la próxima!


¿Sabía que… 

Los adolescentes latinos tienen 40 por ciento más de probabilidad de morir de asma en comparación con los angloamericanos?

Para más estadísticas e información detallada sobre cómo la comunidad latina es afectada por la inequidad ambiental recomendamos que consulte estas investigaciones:

Asthma and Hispanic Americans, 2021

More than 25 million drink from the worst US water systems, with Latinos most exposed, 2021

Los latinos beben el agua de los peores sistemas de la nación, 2021

PM2.5 polluters disproportionately and systemically affect people of color in the United States, 2021t

Most U.S. Latinos say global climate change and other environmental issues impact their local communities, 2021

L.A. County Vulnerability Assessment, 2021

Making Justice40 a Reality for Frontline Communities, 2021

Ethnic disparities in air pollution exposure, 2019

Latino Communities at Risk: The Impact of Air Pollution from the Oil and Gas Industry, 2016

Nuestro Futuro: Climate Change and U.S. Latinos, 2016



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Melody Soto
Mi nombre es Melody Soto y radico en el Valle de San Fernando. Soy amante del arte y la cultura. Opino que estos espacios creativos permiten que el ser humano se exprese como individuo y se desarrolle positivamente. Por estas razones me interesa que mi trabajo periodístico se refleje en estas áreas de enfoque. Dos de mis museos preferidos son la Galería Nacional en Londres y La Casa Azul de la Ciudad de México. ¿A ti te interesa el arte? Cuéntame en Twitter: @MelodiaSoto






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