¿Por qué Sábado Gigante dejó de gustarme?

Después de 53 años, el último capítulo de Sábado Gigante salió al aire el año pasado, el 19 de septiembre. Para muchos, fue el final de un programa extraordinario. Para mí, fue el fin de recordar la muerte de mi abuelo cada fin de semana.

Por GRECIA LÓPEZ
EL NUEVO SOL

Cada fin de semana, nos juntábamos en la casa de mis abuelos en familia. Aunque no teníamos planes de festejar un cumpleaños, siempre estábamos juntos.

Ese sábado sólo estaba mi mamá, mi abuela, mi tía Adriana, mi primo Alfredo, mi abuelo y yo. La noche empezó a oscurecer. Como la mayoría de los latinos en Estados Unidos, cada sábado era el día de ver a Don Francisco y al Chacal. Cuando terminamos de comer, dieron las ocho de la noche y comenzó Sábado Gigante. Todos nos reunimos en la sala, con excepción de mi abuelo. Días antes, él se había quejado de un dolor de cabeza.

Me acuerdo que él no fue a trabajar un par de días y mi mamá y yo lo llevamos al hospital cercano, Kaiser Permanente. Mi abuelo les decía que no aguantaba el dolor de cabeza, que era un dolor fuertísimo. Recuerdo que no se levantaba de la cama y no quería comer por el dolor. Según los doctores, mi abuelo estaba bien. Que sólo era una migraña y se le iba a quitar con unas pastillas. Lo mandaron a casa con una prescripción. Ese sábado, se sentía mal otra vez y no quiso ver Sábado Gigante con nosotros y se fue acostar.

No sé por qué me levante de estar viendo el programa y fui a ver a mi abuelo. Presentí que necesitaba a alguien. Cuando abrí la puerta de su cuarto, mi abuelo estaba morado. Su estómago estaba inflado y su cara estaba entre roja y morada. Empecé a gritarle a mi madre:

“¡Mamá, mamá! ¡Mi abuelo! ¡Mamá! ¡Ven! ¡Corre!“

Mi mamá corrió hacia el cuarto y encontró a mi abuelo en la cama sin poder respirar. Yo me hice a un lado, y juro que lo demás que paso lo vi todo en cámara lenta. Al escuchar a mi mamá gritar: “¡Papá!”, se dejaron venir mi abuela y mi tía Adriana. Mi abuela no sabía qué hacer, corrió por el teléfono y marcó al 9-1-1. Los paramédicos no tardaron en llegar. Nos sacaron a todos del cuarto y entraron al rescate.

Mi tía Adriana no paraba de llorar y gritar: “Papá, no te vayas. No nos dejes”. Los paramédicos nos tenían en angustia cuando de repente salieron con mi abuelo en camilla. Mi tía Adriana intentó seguirlos. Se quería subir arriba de mi abuelo, pero los paramédicos la tuvieron que levantar y abrazarla para que se calmara.

Yo me quedé callada, tratando de comprender todo lo que estaba sucediendo. Cuando salí de la casa, los vecinos también estaban afuera viendo a mi abuela y a mi tía llorando. Mi mamá fue la única que pudo controlar sus emociones y se subió a la ambulancia con mi abuelo. Fue la ultima vez que lo vi.

Los años pasaron, y cada vez que salía Sábado Gigante, me acordaba de mi abuelo y de su fallecimiento. Después de 53 años, el último capítulo de Sábado Gigante salió al aire el año pasado, el 19 de septiembre. Para muchos, fue el final de un programa extraordinario. Para mí, fue el fin de recordar la muerte de mi abuelo cada fin de semana. Jamás olvidaré la cara de mi abuela cuando vio muerto al amor de su vida.

Mi abuelo murió de un derrame cerebral. Mi mamá dice que los doctores que lo vieron en el hospital la semana antes de fallecer no lo atendieron bien y a lo mejor todavía estaría aquí con nosotros. Para conocer los síntomas de un derrame o ataque cerebral, consulte a los Institutos Nacionales de Salud.


Tags:  ataque cerebral derrame cerebral Grecia López Sábado Gigante

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Grecia López
Mi nombre es Grecia López y nací in Lynwood, CA. Tengo 21 años y estoy estudiando periodismo. Me interesa escribir sobre noticias locales y mujeres infértiles. Yo apoyo mucho a las parejas infértiles. Soy miembro de una organización infértil donde tenemos reuniones y cada una de nosotras compartimos nuestras historias. Cada una nos apoyamos como hermanas. En mi tiempo libre, me gusta ver el programa de American Crime.




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