"Estoy orgulloso de mí mismo", dice maestro repostero de Homeboy Industries

Aunque Mario Lundes estaba listo para cambiar su vida, se le hacía difícil encontrar trabajo, ya que tenía un récord criminal y bastantes tatuajes en su rostro. Entonces, decidió visitar Homeboy Industries. Lundes dice que gracias a Homeboy Industries su actitud entera ha cambiado para bien y ha tenido muchos logros.

Mario Lundes, maestro repostero de Homeboy Industries, está orgulloso de su trabajo y su nueva vida. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol.

Mario Lundes, maestro repostero de Homeboy Industries, está orgulloso de su trabajo y su nueva vida. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol.

Por VERÓNICA PÉREZ
EL NUEVO SOL

Dan las 4:00 de la mañana y Mario Lundes ya está en la repostería de Homeboy Industries, ubicada en el centro de Los Ángeles. Mario se encarga de supervisar la repostería y también entrena a nuevos trabajadores que en su mayoría son ex pandilleros y/o personas que han estado encarceladas. Detrás de su rostro, lleno de tatuajes, hay una historia, la historia y el testimonio de Mario Lundes.

La Oficina de Estadísticas de Justicia (BJS) estima que los afroamericanos y latinos sumaban el 60 por ciento de los casi 2.3 millones de presos en 2009, aunque solamente representaban, según datos del censo de 2010, el 30 por ciento de la población en Estados Unidos. Mario fue parte de este 60 por ciento. Pero la situación no termina cuando el preso sale de la cárcel. Si el rehén es liberado, la probabilidad de que vuelva a la prisión es muy alta. De acuerdo con el Centro Pew, dos tercios son arrestados otra vez y un tercio son encarcelados de nuevo.

Por esta razón, el Padre Greg Boyle, mejor conocido como “Father G”, fundó una organización no lucrativa, Homeboy Industries, cuyo lema es: “Trabajos, No Cárceles”. La violencia que acompaña a las pandillas fue lo que hizo que Father G hiciera algo.

“Estaba enterrando niños, muchos niños por la violencia de las pandillas”, dice.

La organización, que empezó en Boyle Heights, ahora provee esperanza, entrenamiento y apoyo a ex pandilleros y ex presidarios. Igualmente facilita más de 50 clases cada semana que cubren varios temas, como encontrar trabajo, abuso de substancias y cómo controlar el temperamento, para nombrar algunos. Y hasta el momento, más de 30 estudiante adultos están inscritos en clases y tutoría para obtener su credencial GED. Todos estos servicios son gratuitos.

No obstante, Homeboy Industries también provee trabajos en las industrias que ha forjado Father G. Las industrias son: una repostería, trocas de comida (mejor conocidas como loncheras), una fábrica de estampado y también la manufactura de tortilla chips (totopos) y salsa, los cuales son vendidos en la mayoría de los supermercados Ralphs. Father G dice que la ayuda está ahí para quien la quiere tomar.

El Padre Greg Boyle, mejor conocido como “Father G”, fundó Homeboy Industries, cuyo lema es: “Trabajos, No Cárceles”. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol.

El Padre Greg Boyle, mejor conocido como “Father G”, fundó Homeboy Industries, cuyo lema es: “Trabajos, No Cárceles”. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol.

“Si caminan por nuestras puertas, nosotros nos encargamos de ahí en adelante”, dice el padre Boyle. “Todo lo que tienen que hacer es caminar por nuestras puertas”.

Y eso es exactamente lo que Mario Lundes hizo a los 32 años. Lundes recuerda haber escuchado de Homeboy Industries cuando estaba en el campamento juvenil cuando Father G daba misa todos los domingos, pero dice que él no estaba listo para cambiar su vida todavía.

“Estaba muy ocupado divirtiéndome en las calles”, dice Lundes, “tomando y pasándomela bien con mis homeboys. Teníamos mujeres, carros, joyas. Era una vida buena pero no sabía que tenía consecuencias”.

Lundes estuvo en muchas correccionales juveniles como camp Gonzalez y camp Holton, entre otros. Casi su entera adolescencia estuvo fuera y adentro de las correccionales juveniles. Al cumplir la mayoría de edad, Lundes seguía en lo mismo. No fue sino hasta cuando tocó fondo que Lundes decidió cambiar su vida. Acabo en el hospital por envenenamiento de alcohol.

“El alcohol se fue a mi cabeza”, dice. “Estuve en coma por más de una semana. Me desperté gracias a Dios”.

Mario Lundes

Mario Lundes admiraba a sus hermanos y tíos porque tenían tatuajes, pero hoy se admira a sí mismo, por sus logros. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol.

Aunque él estaba listo para cambiar su vida, se le hacía difícil encontrar trabajo, ya que tenía un récord criminal y bastantes tatuajes en su rostro. Entonces, decidió visitar Homeboy Industries. Lundes dice que gracias a Homeboy Industries su actitud entera ha cambiado para bien y ha tenido muchos logros.

“Agarré mi licencia de manejar, recibo un cheque honesto, acabé de pagar mi manutención” dice.

Lundes también da pláticas a adolescentes que están en riesgo de estar en prisión o en pandillas. Él les cuenta lo que él ha vivido y espera que ojalá tomen algo de lo que él les dice y que no cometan los mismos errores que él cometió. Lundes recuerda que admiraba a sus hermanos y tíos porque tenían tatuajes y quería ser como ellos, pero ahora dice que hoy se admira a sí mismo, por sus logros.

“Ahora puedo decir que estoy orgulloso de mí mismo,” dice Lundes.

El célebre escritor, empresario, activista y experto en pandillas, Luis J. Rodríguez, dice que él no cree en prisiones y castigos. Él cree que en realidad lo que eso ocasiona es más resentimiento y que es inhumano porque el castigo nunca amerita al crimen.

“Yo estoy por la restauración. Hay consecuencias por lo que haces, pero parte de eso debería ser ir ayudar y restaurar a la comunidad de la víctima que le hiciste daño y ayudarte a ti mismo a transformarte a ti y a otros. Hay cosas mejores que podemos hacer que solo castigar,” dice Rodríguez.

El escritor Luis J. Ródriguez, quien aboga por la justicia restaurativa en vez de las prisiones, durante su visita a CSUN. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol

El escritor Luis J. Ródriguez, quien aboga por la justicia restaurativa en vez de las prisiones, durante un homenaje en la Universidad del Estado de California en Northridge, CSUN. Foto: Verónica Pérez / El Nuevo Sol

Rodríguez también dice que la forma en que el problema de las pandillas está siendo confrontado no está funcionando.

“Están queriendo resolver el problema con más prisiones, leyes municipales contra el pandillerismo, y aburguesamiento. Esa no es la manera de hacerlo, porque solamente se está marginando más. Por ejemplo, 20 a 30 por ciento de la comunidad afroameriana ha sido marginada debido al aburguesamiento ”, dice Rodríguez.

Homeboy Industries muy pronto va a crecer, ya que compararon el edificio junto de ellos. De este modo, van a poder ayudar a más personas que quieran un cambio en sus vidas, como Mario Lundes. Por el momento Lundes supervisa la repostería de Homeboy Industries y espera seguir prosperando.

Edificio de HomeBoy Industries y del restaurante HomeGirl Café. Foto: Verónica Pérez.

Edificio de Homeboy Industries y del restaurante Homegirl Café. Foto: Verónica Pérez.


Tags:  Boyle Heights ex pandilleros Father G Homegirl Café Homewboy Industries justicia restaurativa Mario Lundes Padre Greg Boyle trabajador de repostería trabajos no cárceles Verónica Pérez

Bookmark and Share




Previous Post
La hipertensión arterial es el asesino más silencioso entre los latinos
Next Post
Aunque DACA le ha dado un respiro, Dreamer sigue en busca de su sueño profesional



Verónica Pérez




You might also like






More Story
La hipertensión arterial es el asesino más silencioso entre los latinos
“Me di cuenta que tenía alta presión cuando fui a un chequeo físico, y me la detectaron, me quedé sorprendida porque...