Mujer lucha por cambiar sus hábitos alimenticios para derrotar la diabetes

“Yo sé que tengo que perder peso”, dice Verónica Martínez, “pero mi principal preocupación es cambiar mis hábitos alimenticios. Quiero ser el mejor ejemplo para mi hija”.

Por LAURA CAMELO
EL NUEVO SOL

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“Sólo vine porque mi hija insistió en que debemos ir a buscar nuestra naranja”, dice Verónica Martínez. Ella recuerda que hace tres años, viendo la televisión con su hija, de repente salió un comercial sobre el programa 100 Ciudadanos, que en ese momento anunció que las primeras 10O personas que aparecieran recibirán una naranja gratis. Mi hija me dijo: “Mami, vamos a buscar nuestra naranja”…

Verónica Martínez, de 45 años de edad, es nativa de Los Ángeles y trabaja como directora del departamento de religión en la Institución de Educación Religiosa en Santa Rosa. Ella fue diagnosticada con diabetes estacionaria en el 2005 y hace unos cinco años le dijeron que tenía diabetes tipo 2. Algunos de sus síntomas son la sensación de lentitud y orinar con frecuencia.

“Estaba constantemente con mucha sed y sentía mucha fatiga y cansancio”, dice Martínez. Recuerda que su estómago alcanzaba 8 pulgadas, por lo que se le dificultaba realizar muchas cosas. Martínez dice que llegó al punto que si se sentaba con su teléfono celular entre sus piernas, no alcanzaba a verlo. Entonces, fue cuando vio que su salud estaba en riesgo y comenzó a preocuparse. Por tal motivo, decidió que era el momento justo de actuar.

Según la Encuesta de Salud del Condado de Los Ángeles la diabetes entre jóvenes y adultos sigue en aumento, pues en los últimos 14 años se ha incrementado en un 50 por ciento.
La obesidad es el factor de riesgo principal que se debe prevenir para evitar el aumento de la diabetes tipo 2, ya que representa más del 90 por ciento de todos los casos de diabetes.

Martínez está casada, tiene una hija de nueve años. Sonríe cuando afirma: “me río cuando mi marido empieza a quejarse que es gordo, porque sí él tiene su gordura, pero yo soy la que está en sobrepeso y tengo diabetes tipo 2”. Ella empezó el programa debido a que su hija la motivó para asistir por lo cual dice: “Si no fuera por esa naranja, nunca habría estado aquí”. El programa se supone que debe ser de ocho semanas, pero al final se convirtió en uno de doce semanas. Desde el principio, se sintió contenta porque rápidamente observó los resultados.

“Yo no estaba necesariamente perdiendo peso”, dice, “pero sí estaba perdiendo centímetros, mi estómago se estaba hundiendo”. Sus instructores también notaron la diferencia.

“Estoy muy orgulloso de Verónica”, dice Sergio Zambrano, quien se graduó de la Universidad del Estado de California en Northridge y ahora es uno de los voluntarios que trabajan como entrenador del programa 100 Ciudadanos. “Ella tiene una fortaleza mental admirable, es tranquila, y hoy en día me cuenta que su médico le dijo que su azúcar en la sangre se ha reducido y se lo atribuye al ejercicio”.

“Verónica fue una de las primeras en iniciar el programa”, dice Zambrano, quien comenzó a colaborar con el programa el verano pasado. “Lo hizo muy bien y ha bajado de peso satisfactoriamente, pero por desgracia, más tarde el programa dejó de aparecer”.

Martínez inicialmente estaba viendo muchos cambios y la disminución en la ingravidez, pero especialmente en la reducción de su medicina. De pronto, llegó un momento muy duro en su vida que la llevó a dejar de ir al programa de 100 Ciudadanos. Su padre había fallecido y esto ocasionó un bajón en su ánimo.

“El problema de la familia me hizo dejar de venir” dice. Ella se tomó un descanso de todo y subió más de peso y su salud se encontraba en un riesgo más alto. “Es difícil, hay muchos obstáculos. Yo sola estaba tratando de encontrar el tiempo para cuidarme a mí misma, pero en realidad es muy difícil”.

Después de un largo tiempo, para su sorpresa, otro comercial salió del programa de diabetes de san Fernando y esta vez ella dice que no iba por la naranja, pero por su salud. ” Tengo que volver y tengo que seguir adelante y hacer algo por mí”, pensó. El equipo le ha motivado mucho, pero sobre todo ella sabe que lo que está haciendo no es sólo por ella sino también para su hija. “Mi hija comenzó un programa igual y ella dice que lo está haciendo porque quiere seguir mis pasos”.

El programa en el cual su hija está inscrita también requiere que los padres participen en forma activa y física.

“Esto siempre ha sido un reto para mí, pero ahora que lo estoy haciendo puedo unirme con ella”, dice. Su hija y ella tienen un compromiso mutuo en tratar de mejorar su salud.

Martínez comienza su día a las 6:00 am para dejar a su hija en la escuela. Luego, se dirige a la clase de ejercicio. El programa de diabetes comienza a las 8:15 hasta alrededor de las 10 de la mañana. Martínez trabaja sólo mediodía, pero le gusta empezar su trabajo a las 11:00. , Ella dirige un programa religioso que recibe a niños para prepáralos en la primera comunión. Sólo cuenta con un funcionario y varios voluntarios. En el puesto de trabajo se ocupa aproximadamente de 500 niños y ese es el más bajo número que ha tenido en 14 años. Luego, llega a su casa a las 9:30 pm, y cuenta que ya es muy difícil dedicar esta hora para comer. Sin embargo, Verónica dice que ella sabe que tiene que cambiar sus hábitos alimenticios porque pasa horas sin comer y luego por la noche en ocasiones come demasiado y muy tarde.

“Sé que esto es lastimar mi salud”, dice, “pero no hay tiempo, yo sé que tengo que cambiar esto”.

El programa también designa a un entrenador para ayudar a cada participante y así trabajar de uno en uno. Hendro Yauw, de 22 años, es el entrenador-estudiante que trabaja con Martínez en sus ejercicios.

“Verónica es muy tranquila, pero yo trato de empujarla y motivarla mucho”, dice Yauw, quien es voluntario por primera vez. “Cuando viene a entrenar, Verónica se esfuerza mucho y quiere superar los obstáculos que se le presenten, pero tengo que seguir motivándola”.

Desde que Martínez comenzó el programa, ha reducido la medicina que debe tomar debido a la enfermedad. “Sinceramente, creo que si sigo en movimiento, me voy a sentir mejor”, afirma Martínez, quien ha vivido en San Fernando durante 14 años y ha visto el cambio en el parque.

“Este es un programa maravilloso”, dice Martínez. “Lamentablemente mucha gente en la comunidad no sabe nada al respecto”. Martínez admite que su principal objetivo no es perder mucho peso, sino algo más importante.

“Yo sé que tengo que perder peso”, dice, “pero mi principal preocupación es cambiar mis hábitos alimenticios. Quiero ser el mejor ejemplo para mi hija”.


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