Pagar por el derecho de vivir en El Salvador

La violencia en El Salvador está incrementando a una velocidad avanzada y los cobros por el derecho de la seguridad hacia los ciudadanos es un acto común para los integrantes del crimen organizado.

Muchas personas sufren de extorsión por parte del crimen organizado. Cynthia Lemus/EL NUEVO SOL

Por CYNTHIA LEMUS
EL NUEVO SOL
Boris, a quien llamaremos solo así por motivos de seguridad, le gustaba mucho recorrer las calles de su pueblo cuando era niño, nunca se imagino que unos años después esas mismas calles iban a ser testigos de su tragedia, debido a las rentas impuestas por miembros de pandillas salvadoreñas.

Boris era estudiante universitario en El Salvador cuando empezó a sufrir  extorsiones de parte de las pandillas. Esta situación lo obligó a abandonar su país y migrar a los Estados Unidos ya que su vida estaba en peligro.

“Empezaron con unas llamadas cobrándome dinero, dinero que nunca les debí; diciéndome que era por el derecho de vivir allá”,  Boris estableció.

Según Salvador Sanabria, director ejecutivo de El Rescate, las rentas son la práctica de cobrar dinero utilizada  por las pandillas y por el crimen organizado en general.

“Lo utilizan bandas paramilitares, lo utilizan ciudadanos comunes que tal vez por su situación económica han decidido extorsionar a sus mismos familiares, vecinos, amigos, como la única forma de obtener dinero fácil porque no hay empleo o porque la situación económica esta difícil” especifico  Sanabria.

El nivel de crimen que El Salvador está viviendo ha  traspasado límites convirtiéndose en uno de los países mas violentos de Centro América. Según el Centro de Criminología y Ciencias Políticas, El Salvador es el segundo país más violento después de Honduras. La tasa de homicidios alcanza 64.5 por cada 1000 habitantes.

El incremento de esta violencia se puede relacionar a muchos factores entre los cuales salen a flote la situación social, política y económica del país.

Un ex-pandillero Salvadoreño quien prefiere que lo llamemos por su primer nombre, Christian relató: “La economía, la desintegración familiar, la sociedad que los está apretando todo esto  muchas veces influyen a que los niños se metan a las pandillas”.

Según Sanabria, los jóvenes son presa fácil para ser reclutados por las bandas del crimen organizado ya que son más flexibles de controlar y manipular psicológicamente.“Cuando ves esos niveles de violencia en la mente de un joven vos decís aquí hay algo estructural que falló en esta sociedad”, relató Sanabria.

Cada día, el problema de la violencia del crimen organizado esta creciendo considerablemente. De acuerdo a un reporte de la Policía Nacional Civil de El Salvador, el número de delitos de extorsión registrados en el 2009 aumentó 48%. Esto significa que el índice de criminología esta cada vez mas alto y las consecuencias no solo las padecen los ciudadanos salvadoreños sino también las personas que viven en el extranjero pero que todavía tienen un vinculo con ese país. Segun Christian “El problema de la violencia en El Salvador ya traspasó fronteras, ahora ya ni los que estamos acá vivimos tranquilos pensando en los que hemos dejado allá”.

Sanabria asegura que el problema de las rentas se ha convertido en un problema epidémico.

“Esta ola de violencia no solo afecta a las comunidades en los países de origen sino también afecta la salud psico-emocional a nivel transnacional”.

Ya ni el proceso migratorio es seguro ya que este problema a llegado al grado de utilizar los inmigrantes que vienen hacia los Estados Unidos como un blanco mas de la represaría de las rentas. “Los inmigrantes en transito se han convertido prácticamente en una mercancía descartable. Estos grupos del crimen organizados, ya no ven a estos individuos (migrantes) como humanos”, dijo Sanabria.

La lucha por los derechos humanos tanto en El Salvador como en Los Estados Unidos es continua. Cynthia Lemus. EL NUEVO SOL

Un ejemplo de esta clase de tragedias, es la que sucedió en agosto del 2010 en Tamaulipas México en donde según la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) informó que 72 inmigrantes entre ellos centroamericanos y suramericanos, fueron secuestrados, extorsionados y 70 de ellos asesinados por manos de miembros del crimen organizado.

Según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aproximadamente unos 18,000 migrantes fueron secuestrados en México el año pasado en su paso hacia Estados Unidos.

Esta situación es alarmante y la búsqueda de posible soluciones es desesperante por la falta de recursos que el país ofrece. Boris establece que en muchas ocasiones los mismos ciudadanos tratan de armarse y defenderse por si mismos ya que la ayuda policiaca es casi nula.

“Los agentes mismos le tienen miedo a los pandilleros. La mafia ha llegado a crecer (tener influencia) tanto que pueden controlar hasta a la policía”, agregó Boris.

Sanabria considera que la situación de las extorciones se debe en cierta forma a la corrupción en El Salvador. “Hay estructuras gubernamentales que están envueltas en este negocio de explotar las necesidades que tienen nuestros pueblos para buscar una mejor vida para los propósitos de estas bandas que se lucran del sufrimiento de los demás”.

Por esta razón, muchas personas no confían en la ayuda que la policía le puede brindar cuando al problema de extorsiones se refiere. Referente a un estudio hecho por el Instituto Universitario de Opinión Publica, solo el 35% de los delitos de extorsión fueron denunciados en el 2009.

La violencia en El Salvador se ha convertido ya en el problema más alarmante para la sociedad ya que las soluciones para este problema se ven agotadas. Sanabria especifica “Es un problema que no sólo se debe tratar con represión policial, se tiene que fortalecer las leyes, fortaleciendo la seguridad ciudadana, tratando de darle a esos jóvenes que ya son miembros de esas organizaciones una forma de salir a través de una reincorporación a la sociedad y que garantice también empleo”.

Esta situación que pone a la sociedad salvadoreña en niveles extremos de inseguridad, violencia y represión, se percibe como una corriente creciente. Sanabria es consiente de esta situación y afirma que en el presente y el futuro inmediato la situación del crimen organizado tiende a empeorar.

Mientras tanto los ciudadanos salvadoreños se encuentran con el dilema de lo legal o lo ilegal en cuanto a las rentas de vida. Boris expresó, “Eso no es nada legal, esa renta es inventada por los mareros (pandilleros). Ellos son los que han establecido eso y dicen ‘o pagas o te matamos’”.

 


Tags:  Crimen crimen organizado cynthia lemus CynthiaLemus El Salvador ElNuevoSol mexodus pandillas Rentas de vida

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