Uno de cada 20 mexicoamericanos mayores 45 años está criando a un nieto, una proporción cuatro veces más alta que la de los blancos no hispanos. Muchos de estos abuelos sufren de severos problemas de salud y de pobreza.

María Olvera está entre los 2.6 milliones de abuelos en EEUU que están a cargo de la crianza de sus nietos. Latinos de edad avanzada como Olvera enfrentan desafíos y preocupaciones especiales. María Olvera aparece en la fotografía con Valory, una de los dos nietos que ella está criando en Altadena, California. Foto: Sarah Reingewirtz, cortesía de San Gabriel Valley News Group.

Por ADOLFO FLORES
EL NUEVO SOL

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LOS ÁNGELES, Calif.– Los investigadores comparan la cobertura médica para los abuelos que cuidan a sus nietos con las personas que usan las máscaras de oxígeno en los aviones. ¿Cómo van a cuidar a los niños si no se cuidan ellos mismos primero?

Como muchos abuelos, María Olvera, de 51 años, descuidó su salud porque estaba excesivamente ocupada entre las obligaciones de trabajar y cuidar a sus nietos, Richard, de 2 años, y su hermana Jennifer, de 10. El padre de Richard fue asesinado en un tiroteo desde un coche hace dos años y su madre fue deportada en 2010.

El descuido de su salud legó al extremo de que Olvera estaba perdiendo la vista debido a su diabetes sin tratamiento.

En el 2008, de acuerdo con cifras de la oficina del censo, 6.4 millones de abuelos vivían en casas con nietos menores de 18 años; 2.6 millones de ellos tenían la responsabilidad principal de ser padres.

La cobertura de salud es un reto que los abuelos enfrentan cuando toman el papel de padres de nuevo, dice Jaia Peterson Lent, subdirectora ejecutiva de Generations United (Generaciones Unidas) en Washington, D.C. Procurar cobertura médica para ellos mismos y los niños es crucial, y sin la información correcta, las familias pueden perder.

Analfabeta, indocumentada y con miedo

“Siempre es un reto relacionado con la falta de información, Medicaid usualmente cubre a los niños”, explica Peterson Lent. “Pero muchas veces los abuelos no saben cómo solicitarlo, qué pasos tomar o no están seguros si califican. Yo he escuchado de casos donde los ancianos se acaban el dinero de su jubilación”.

Aunque Olvera vive con sus hijos, ella depende mucho del programa Healthy Start Family Centers de la escuela primaria Madison de Pasadena, para orientación sobre cómo obtener cobertura médica para los niños, hacer citas médicas para ella y comprar provisiones.

El centro ayuda las familias con comida, visitas al hospital y revisión de la correspondencia que reciben. Son mujeres la mayoría de los padres que el centro ayuda.

“Ella [María] siempre titubeaba para buscar ayuda; a veces íbamos a su casa porque tenía miedo que le quitáramos a los niños”, dice Mirsa Serrano, coordinadora del programa. “Es difícil para ella salir adelante porque tiene muchos problemas, además de ser analfabeta e indocumentada”.

Además de ser diabética, Olvera sufre de depresión debido a los años de abuso a manos de su ex esposo. Ella dice que se está cuidado más, pero el 2010 fue un año difícil. Su hermano se murió en enero y su madre en julio.

“Los últimos dos meses han sido difíciles; unos días ni me podía levantar de la cama. No creo que me habría levantado si no fuera por los niños”, recalca Olvera mientras mira a su nieto Richard pasar a su lado.

La necesidad de proporcionar ayuda a abuelos como Olvera es evidente en el portafolio café que tiene rebosante con documentos de derechos de víctimas e información de cómo solicitar una Visa U federal, como sobreviviente de abuso doméstico.

Sin embargo, ya que no puede hablar inglés —y más importante, debido al miedo e intimidación del sistema legal estadounidense—, los papeles han estado guardados sin ser usados por años. Esos recursos le podrían haber ayudado a darle estabilidad.

Más activos, pero vulnerables

El estudio de 2009 de la Universidad de Washington de San Luis Misouri, Grandparents Raising Grandchildren: Ethnic and Household Differences in Health and Service Use, encontró que los abuelos que cuidan a sus nietos tienen una vida más activa, consumen más comida saludable y fortalecen sus objetivos en la vida debido a la tarea de criar los niños.

No obstante, el mismo estudio encontró evidencia de que los abuelos cuidadores de nietos tenían una mayor probabilidad de estar descontentos con su salud, tener enfermedades crónicas como diabetes e índices altos de depresión, comparados con los abuelos que cuidan a sus esposos o hijos adultos.

Los abuelos latinos que cuidan a sus nietos eran menos saludables que los que no estaban a cargo de los nietos, dice Esme Fuller-Thomson profesora de la cátedra de Trabajo Social Sandra Rotman de la Universidad de Toronto, y la investigadora que está a la cabeza en el estudio de los problemas que enfrentan los abuelos.

Los abuelos latinos “estaban en peor posición, tenían menos recursos financieros y [eran] más pobres”, afirma Fuller-Thomson, “cuando ellos son los que deben tener más recursos; esto no tiene sentido, es ilógico”.

En general, dice la investigadora, los abuelos que se ofrecen son especialmente vulnerables. La tarea de criar un niño acelera el declive de su salud o los hace más conscientes de sus limitaciones de salud.

El estudio de 2007 de Fuller-Thomson y Meredith Minkler de la Universidad de California, Berkeley, titulado “Mexicoestadounidenses criando nietos” encontró que uno de cada 20 mexicoestadounidenses mayores 45 años estaba criando a un nieto, una proporción cuatro veces más alta que la de los blancos no hispanos.

A pesar de ser unos de los grupos más empobrecidos, apunta Fuller-Thomson, pocos de ellos usan programas de ayuda estatal, como los vales de comida. Los números para los abuelos centroamericanos son similares. Aunque un cuarto de los abuelos viven debajo del nivel de pobreza, solamente uno por ciento usan la asistencia social.

Bloqueada por el idioma, el sistema

“El uso de los servicios es tan bajo que aunque las abuelas estén aquí legalmente, ellas todavía tienen miedo de usar estos servicios”, Fuller-Thomson explica. “Hay una gran necesidad de llegar a este grupo de cuidadores”.

Además de los problemas de su estatus legal, la barrera del idioma y la falta de familiaridad navegando el sistema pueden bloquear sus esfuerzos. Remover estas barreras es crucial, dice.

“Los abuelos cuidadores de nietos son la primera línea de defensa de los niños mas vulnerables de Estados Unidos”, dice Fuller-Thomson. “Cualquier cosa que podamos hacer para facilitar su bienestar y darles estabilidad tiene sentido”, y agrega: “muchos de los que lo hacen sufren de severos problemas de salud y pobreza”.

Cifras del Censo del 2010 muestran que los latinos representan más de un tercio de la población de California (37.6 por ciento), apunta Catherine Goodman, una profesora de Trabajo Social de la Universidad del estado de California, Long Beach, y quien ha hecho extensos estudios de abuelos cuidadores.

“A medida que la población latina aumenta, todos estos tipos de familias van a aumentar”, dice Goodman, incluyendo las familias en donde los abuelos latinos son los únicos cuidadores.

“Estas familias van a necesitar el mismo tipo de asistencia que familias de otros grupos étnicos, como cuidado temporal de los niños, asistencia financiera, seguro de salud, enlace a servicios y escuelas y apoyo de otros miembros de la familia y amigos”, enfatiza.

Mientras que los nietos típicamente son nacidos en Estados Unidos, y por tanto ciudadanos, los abuelos que los están criando pueden no serlo. Para los abuelos que son indocumentados, obtener servicios de salud es algo que los llena de miedo, dice Goodman.

Ella afirma que California tiene casi 3 millones de los 11.6 millones inmigrantes indocumentados de EE.UU., de acuerdo con el censo de 2008. Pero admite que es difícil tener una cuenta precisa.

“El costo [de salud] los puede disuadir, y a menudo los cuartos de emergencia son la única fuente de asistencia”, dice Goodman. “Las barreras al cuidado médico son la pobreza y los bajos recursos, la falta de seguro médico y el estatus legal, además del idioma”.

La salud escasa de estos abuelos puede causar la incapacidad de cuidar a sus nietos, Goodman agrega. Si los padres descuidan a sus hijos y las familias no pueden proveer a los jóvenes, el sistema de la protección de menores se hace responsable de ellos y los niños son puestos en adopción temporal o en orfanatorios.

Pasos para la independencia son distantes

Debido a que sus nietos son ciudadanos estadounidenses, Olvera espera obtener su custodia completa y convertirse en su madre adoptiva.

El padre de Richard, Rudolfo Reyes, ayudaba a hacerse cargo de cuidar a los niños, Olvera dice, incluyendo aquellos niños que la madre del niño tuvo con otros hombres.

“A él no le importaba que los otros niños no eran de él”, apunta Olvera. “Los llevaba a la escuela y al parque los fines de semana”.

Reyes murió en 2008, tres días después de Navidad, dice Olvera. Un certificado de muerte indica que Reyes murió de varios disparos. Olvera dice que Reyes no tenía afiliación con las pandillas.

“Todo se hizo más difícil para mí después de que él muriera”, recuerda. “Yo trabajaba, cuidaba a los niños y los llevaba a la escuela”.

Los pasos para la independencia están lejos, dice, pero ella tiene esperanza que un día las necesidades de ella y de los niños sean totalmente cumplidas. Por ahora ella se contentaría con un trabajo.

“Cuando encuentre un trabajo, yo me podré salir de aquí e irme con los niños a mi propia casa”, finaliza.

Este articulo es el segundo en una serie escrita por Adolfo Flores, un reportero del Pasadena Star-News y El Nuevo Sol. Flores escribió este artículo por medio de la Beca de la Fundación MetLife para Periodistas, en copatrocinio de New American Media (NAM) y la Asociación Gerontológica de Estados Unidos.


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