"En ningún momento decían: no la pueden tomar"

En la comunidad campesina de Kettleman City se sospecha que los defectos en los bebés se debe al consumo de agua contaminada.

 

Activistas y miembros de la comunidad agrícola de Kettleman City expresan descontento con el reporte de la agencia federal EPA (Environmental Protection Agency). Esta comunidad ha estado experimentado un alto nivel de nacimientos de bebés con defectos. Lucas Grace/El Nuevo Sol.

Por: JULISSA REYES
EL NUEVO SOL

Fue en una nota al lado de su recibo mensual del agua cuando Maura Alatorre por primera vez se dio cuenta de que ella y su familia consumían el químico arsénico. “Cuando nos mandaban el bill del agua a veces mandaban una hoja diciendo que iba el porcentaje un poquito alto pero que la podíamos usar, en ningún momento decían ‘no la pueden tomar’… y pues uno la tomaba, inclusive yo pienso que hay mucha gente que todavía la toma.”

En la pequeña comunidad campesina de Kettleman City ha vivido Maura por nueve años. Su familia como muchas otras viaja hasta una hora para comprar agua y comida. Kettleman City sólo tiene algunas tiendas generales y a sólo una milla fuera del pueblo también se encuentran gasolineras y toda una variedad de comida rápida.

Aunque leía los avisos sobre el alto nivel de arsénico en el agua, Maura no paró de usarla para cocinar hasta después de dar luz a su segundo bebé. “Desde que nació mi hijo, como al los tres, cuatro meses, decidí ya no usarla porque yo pensé que también fue una de las cosas que a lo mejor pudo haberme afectado. No la uso, pues nomás para bañarme, lavar los trastes y eso, pero ni para lavar la verdura.”

Al igual que muchos otros miembros de la comunidad y activistas de justicia ambiental, Maura empieza a sospechar que su consumo del agua pudo haber sido causa de los defectos con los que nació su hijo que hoy tiene dos años. Emmanuel nació con labio y nariz leporino, una hendidura o separación facial. Maura es una de las once madres que tuvieron bebés con malformaciones faciales, pero Emmanuel fue uno de los afortunados que está vivo. Tres bebes fallecieron y uno nació muerto.

Después de recibir mucha atención por parte de laprensa, en Enero 2010 el gobernador de California Arnold Schwarzennegger ordenó a la EPA que investigara la causa del alto nivel de bebés nacidos con defectos en un pueblo que tiene menos de 1,500 personas. La EPA revisó la tierra, el aire, y el agua. Estudiaron también los registros médicos de las madres afectadas y las entrevistaron.

Maura fue una de las 6 madres que fueron entrevistadas. Ella recuerda que era difícil responder a las preguntas acerca de la comida que consumía tres meses antes y tres meses después de su embarazo. “Yo les digo , yo no sé. Osea, exactamente la comida, pues no recuerdo bien lo que comía pero lo que sí recuerdo es que yo usaba mucho el agua de la llave. Yo la usaba. Con esa cocinaba. Si hacia caldos de pollo pues toda el agua era de la llave. Los frijoles, todo era con el agua de ahí.”

Según las conclusiones de la investigación de EPA, el agua no fue causa de las malformaciones de los once bebés. Actualmente, EPA sólo advierte que el arsénico es fuertemente asociado con los cánceres de pulmón, vejiga, hígado y piel en los humanos.

La Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades dice que los estudios del efecto que tiene el arsénico en mujeres embarazadas y sus bebés no son definitivos. Sin embargo, la agencia dice que los estudios en animales han demostrado que grandes dosis de arsénico causan enfermedades en las hembras embarazadas al igual que crias de bajo peso al nacer, malformaciones del feto, e incluso la muerte fetal.

Aparte de no encontrar conexión entre el agua y la salud de los bebés, algunas otras conclusiones en la investigación de EPA son las siguientes: el estudio de 27 plaguicidas reveló que era poco probable que la exposición a ellas haya contribuido a los defectos de los bebés. No se encontró ninguna conexión entre los bebés y la instalación de residuos tóxicos, propiedad de Waste Management y vecino de Kettleman City. También se encontró plomo en dos posos, incluso en el que proporciona agua a la escuela primaria.

Marisela Mares-Alatorre es activista y ha vivido en Kettleman City toda su vida. Fueron sus padres quienes fundaron la organización El Pueblo Para El Aire y Agua Limpio. Ella ha estado luchando junto con las madres afectadas desde que surgió la polémica. Mares-Alatorre no está de acuerdo con la investigación de EPA y está convencida de que fueron contaminantes en el ambiente los que afectaron a las madres y sus bebés. Ella dice que aunque la comunidad compre agua embotellada, los riesgos de salud persisten. “Uno no puede evitar usar el agua porque se baña en ella, se lava los dientes. Yo fui a una conferencia en donde oí hablar una señora que es especialista en estudios de agua y contaminación y lo que dijo ella fue que  tomar un baño de 15 minutos es como tomarte un galón de agua contaminada porque está entrando por los poros.”

Junto con El Pueblo Para El Aire y Agua Limpio esta trabajando Acción Verde,  la organización ambiental que reveló la cantidad desproporcionada de bebés nacidos malos cuando actualizaban una encuesta de salud comunitaria.

Director ejecutivo de Acción Verde, Bradley Angel, que tiene una larga historia de activismo ambiental en Kettleman, piensa que es indignante que el gobierno ni siquiera mande camiones con  agua para que la gente llene sus botellas mientras se solucione la contaminación del agua de la llave. Con una risa de sarcasmo Bradley dice que “El gobierno ha dicho que estea tratando de solucionar el problema del agua por más de una década!”

“A principios de diciembre cuando el estado tuvo una junta en la escuela primaria sobre su supuesta investigación, dijeron que en una semana iban hacer un anuncio sobre el progreso del plan de reemplazar el  suministro de agua. No han hecho nada…ni siquiera han finalizado la decisión sobre qué tipo de tratamiento usarían (para limpiar el agua)…Hay mucho de que hablar y nada de acción.”

Maura nunca esperó convertirse por su experiencia en una voz para su comunidad. Por el trauma y los recuerdos le dan ganas de mudarse con su familia pero por razones económicas se le hace muy difícil y no se atreve arriesgarse a irse y luego no tener suficientes recursos para alimentar a sus dos hijos. De cualquier manera ella seguirá combatiendo por su comunidad. “Quiero luchar por la gente que se queda, por esos niños que van estar aquí para que tengan una mejor calidad de vida.”

Mientras que las demandas de los residentes de Kettleman City no sean respondidas por el gobierno, ambos no tomarán el agua de Kettleman City, incluso los agentes de EPA dice Maura. “Si les ofrecemos un vaso de agua no se lo toman, entonces ¿por qué dicen que está buena el agua? ¿que no causa daño? Entonces que se tomen un vaso de agua… Se les ofreció y dijeron ‘miren aquí tenemos una botellita de agua aquí de Kettleman City para que la tomen’. No la tomaron.”


Tags:  Agua contaminación EPA Julissa Reyes justicia alimentaria Kettleman City Latinos Salud

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Julissa Reyes




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