Por CINDY VON QUEDNOW
EL NUEVO SOL
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Juanita habla de su relación abusiva de casi 35 años como si le hubiera pasado a otra persona. Es porque después de haberse escapado de su esposo en octubre 2008, se ha convertido en una persona completamente distinta.

Su hija Karla dice que si ve fotos de su mamá de aquel entonces, encuentra muchas diferencias en su apariencia y humor.

“Ya casi no me acuerdo de nada, ando muy a gusto en la calle”, cuenta Juanita de 53 años. “Estoy arrepentida de no [haber hecho] eso hace muchos años”.

Los maltratos de su esposo empezaron desde recién casada en Guadalajara, México, y continuaron en Estados Unidos.

Juanita explica el extremo del abuso de su esposo.
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Ya viviendo en un país extraño sin documentos, Juanita se sentía atrapada al lado de su esposo. No tenía familia que la consolara y como no sabía inglés, no podía buscar ayuda. Hasta ese momento, la violencia era parte de su vida, algo normal.

“No sé por qué aguantaba, yo decía: ‘¿Adónde me voy?”, recuerda Juanita. “No puedo ir a ningún lado, nada, no podía, y yo decía: ‘cómo lo dejo, si algún día lo dejo y si yo me voy lejos, algún día me va a encontrar y me va a matar’”.

Juanita revela por qué no pudo escaparse de su abusador.
[audio:http://www.elnuevosol.net/wp-content/uploads/2010/Juanita_Audio_2.MP3]

Después de una erupción de su esposo, Juanita y dos de sus seis hijos adultos decidieron escaparse de la casa. Poco a poco empacaron cosas importantes, documentos, ropa, una computadora, y lo escondían en el cuarto de Karla. Unas amigas los esperaron detrás de su casa una noche mientras el hombre estaba dormido, y Juanita no lo ha vuelto a ver.

Desde entonces, Juanita y sus hijos han empezado una nueva vida en una nueva ciudad, pero aún existen heridas.

“De lo que me hizo, yo pienso que nunca se me va a olvidar, pero de que me siento más a gusto, me siento cien por ciento más a gusto acá”, indica Juanita.

Ella calificó para la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA, por sus siglas en inglés), y está a punto de solicitar su residencia permanente. Juanita es voluntaria en una escuela por su casa haciendo alhajas y está estudiando inglés. Tiene esperanzas de estudiar cocina y abrir un restaurante algún día.

Juanita está agradecida de haber salido de su hogar que compartía con su esposo violento.

“Todavía estuviéramos en la casa, aguantando tantas cosas de él”.

Juanita cuenta la diferencia que ha sentido desde que dejó su verdugo.
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Tags:  Cindy Von Quednow Domestic Violence Ley de Violencia contra la Mujer VAWA Violencia doméstica

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